Partido Laborista
Comentarios antisemitas como los de la socialista Rubiales acabaron con la carrera del líder laborista Corbyn
El Partido de los Laboristas suspendió de militancia al entonces líder de la formación por no retractarse, además otros militantes fueron sancionados
«Judío nazi», así es como se ha referido la presidenta del PSOE de Sevilla, Amparo Rubiales, al coordinador general del PP, Elías Bendodo. Unos comentarios que en el Reino Unido ya le habrían costado el puesto y su carrera. Como fue el caso del líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, en 2020.
Rubiales ha echado mano de este calificativo, en su cuenta de Twitter, para comentar una noticia en la que el coordinador del PP criticaba el adelanto electoral. El pretendido insulto cobra aún más importancia cuando Bendodo proviene de una familia de judíos sefardíes.
En Reino Unido, este tipo de actuaciones y declaraciones antisemitas se han llevado por delante a más de un político. El Partido Laborista llegó a crear una comisión de investigación para acabar con estas actitudes. El comité concluyo que existía una «atmósfera ocasionalmente tóxica» y «pruebas claras de actitudes ignorantes».
En 2017 se tuvieron que modificar las normas del partido para que la incitación al odio, incluido el antisemitismo, fuera un asunto disciplinario
Las conclusiones del informe provocaron que el entonces líder de los Laboristas, Jeremy Corbyn, renunciara a su cargo. Ya en 2017, se tuvieron que modificar las normas del partido para que la incitación al odio, incluido el antisemitismo, fuera un asunto disciplinario. En 2018, Corbyn fue duramente criticado, por un comentario en su cuenta de Facebook, de 2012, en el que se preguntaba por qué se iba a retirar «Libertad para la Humanidad», un mural supuestamente antisemita.
Corbyn también fue duramente cuestionado por pertenecer a grupos, en redes sociales, principalmente propalestinos, que contenían publicaciones antisemitas. En julio de ese año, el Partido Laborista se vio obligado a pactar una definición de antisemitismo. Tras este nuevo acuerdo, los laboristas emitieron denuncias de antisemitismo contra 350 miembros del partido.
Muchos de ellos acabaron dimitiendo, siendo expulsados o recibiendo advertencias formales, lo que equivale a alrededor del 0,06 % de la membresía del partido. Paralelamente, en mayo de 2019, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) anunció una investigación para determinar si los laboristas habían «discriminado, acosado o victimizado ilegalmente a personas por ser judías».
Las conclusiones, que llegaron en 2020, acabaron con el liderazgo de Corbyn por no retractarse de su afirmación de que la magnitud del antisemitismo dentro del laborismo había sido exagerada por los opositores. Los casos concretos en los que se centra la EHRC son dos.
Ken Livingstone intentó justificar los comentarios antisemitas de la diputada laborista Naz Shah
El primero de ellos apunta al exalcalde de Londres, Ken Livingstone, que intentó justificar los comentarios en Facebook de la diputada laborista Naz Shah, de ascendencia paquistaní. Shah publicó un mapa de Israel superpuesto sobre el de Estados Unidos, junto a la imagen escribió: «Solución al conflicto palestino-israelí. Trasladar a Israel a Estados Unidos. Problema resuelto».
Inmediatamente, Shah fue suspendida de militancia y pidió disculpas públicas en la BBC. Livingstone, por su parte, también fue apartado de la política por intentar minimizar los comentarios de la diputada laborista, defendiendo que «era una simple crítica a la política de Israel en un momento de conflicto con los palestinos, y que el escrutinio de la conducta de Naz Shah era parte de una campaña de difamación del lobby israelí para señalar como antisemitas a los críticos de Israel».
Así lo señaló el informe de la ERCH, que además apostilló que las palabras de Livingstone, y la inacción ante ellas del equipo de Corbyn, «causaron conmoción y rabia entre los miembros del Jewish Labour Party –la organización judía laborista–».
El concejal laborista Pam Bromley y sus constantes comentarios contra los Rothschild, una poderosa saga de banqueros judíos
El segundo caso, fue el del concejal laborista de Rossendale, Pam Bromley, con sus constantes comentarios contra los Rothschild, una poderosa saga de banqueros judíos. «Representan el capitalismo y la gran empresa, y hasta los nazis usaron sus actividades en su propaganda antisemita», aseguró Bromley. El concejal además animaba a Corbyn a plantarse contra aquellos que los acusaban de antisemitas.
Todas estas actitudes y comentarios en el seno del Partido Laborista acabaron provocando un cisma en la formación. Pero estos perjuicios persisten y continúan aflorando polémicas en torno al carácter antisemita del laborismo. El ejemplo más reciente ha tenido lugar el pasado mes de marzo, cuando la diputada Diane Abbott, aseguró que los británicos de color reciben peor trato que judíos y gitanos. Abbott corrió la misma suerte que sus colegas de partido y fue suspendida.