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A handout picture provided by the Tunisian Presidency Press Service, shows Tunisian President Kais Saied (R) and Italian Prime Minister Giorgia Meloni (L), during a meeting in Tunis, on June 6, 2023. (Photo by - / TUNISIAN PRESIDENCY / AFP) / === RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / HO / PRESIDENCY PRESS SERVICE " - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS === - === RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / HO / PRESIDENCY PRESS SERVICE " - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS === /

El presidente de Túnez, Kais Saied y la primer minoistro de Italia, Giorgia MeloniAFP

Italia

Meloni gana terreno en su cruzada para frenar la avalancha de inmigración ilegal

La primer ministro italiana pide financiación para Túnez y Libia e impulsa el Plan Enrico Mattei de «cooperación no paternalista, no depredadora, sino igualitaria» que ofrezca «oportunidades para todos»

Georgia Meloni avanza con prisa y sin pausa, en su plan para frenar la inmigración desatada del norte de África a las costas italianas.

La primer ministro italiana dio por terminado su viaje relámpago a Túnez y recibió a una delegación de Libia, con la que abordó su programa de ayuda financiera a ambos países para frenar la ola de inmigrantes que tratan de buscar su lugar en el mundo, en las costas italianas, a riesgo de perder la vida.

Meloni, de 46 años, también recibió hoy al canciller, Olaf Scholz. Alemania es una pieza fundamental en Bruselas para respaldar o rechazar los planes del gobierno de la líder de Fratelli.

Hemorragia de sudafricanos

La primer ministro defiende que la mejora de condiciones económicas para la sociedad son fundamentales para frenar la hemorragia de sudafricanos en las fronteras. Con ese propósito avanza en el Plan Enrico Mattei «para África» que «significa esto: hablar de una cooperación no paternalista, no depredadora, sino igualitaria que permita a todos defender su propio interés nacional en una colaboración que ofrece oportunidades para todos», declaró.

En este escenario, Giorgia Meloni recibió a una delegación libia encabezada por Abdul Hamid Dbeibah, primer ministro del Gobierno respaldado por la ONU en Trípoli. La audiencia se interpretó como una réplica de la protagonizada a principios de mayo por el general Khalifa Haftar, su rival en el poder, como informa The Times.

Haftar expulsó recientemente a unos 4.000 inmigrantes egipcios de su frontera, decisión que provocó tensiones con el Gobierno de El Cairo.

En su visita de unas horas a Túnez esta semana, la mujer que se trató de demonizar desde la izquierda italiana y europea, se entrevistó con el presidente Saied para analizar la situación.

El contexto está claro: una economía derrumbada y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos despejan el camino para la estampida de tunecinos. Sólo desde principios de año, unos 52.000 tunecinos llegaron a Italia.

Críticas

Maurizio Ambrosini, experto en movimiento migratorios de la Universidad de Milán, expresó sus dudas de que el plan de Meloni pueda dar resultado a corto plazo. «El desarrollo de un país lleva inicialmente a más salidas, porque hay más recursos para pagar a los traficantes», declaró a The Times.

«El desarrollo no es una solución a corto plazo. Da frutos después de décadas», destacó.

La visión de Meloni respecto a la inmigración la comparte Rishi Sunak. A diferencia de Emmanuel Macron el británico y la italiana mantiene desde el principio del gobierno de la líder de Fratelli, una cooperación y relación fluida. Ambos coinciden en la lucha contra el tráfico de seres humanos y las redes de criminales que se aprovechan de la desgracia ajena para sacar beneficios económicos.

Sobre este y otros asuntos tratarán hoy en Bruselas los ministros de Interior de la Unión Europea. En la agenda hay previsto buscar mecanismos para desanimar la inmigración ilegal.

Otro de los propósitos que tiene en cartera la UE es abandonar el plan de cuotas para inmigración de los 27 y dar luz verde a incentivos económicos para los gobiernos que permitan aliviar la situación de estrés que viven países como Grecia, Italia y España.

Meloni presiona a Bruselas para que aumente su contribución financiera a Túnez y pretende que el FMI libere 1,9 millones de euros de apoyo.

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