¿Por qué Lukashenko le abre las puertas del exilio al Grupo Wagner?

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, se anotó un triunfo de imagen al mediar en el acuerdo que evitó un enfrentamiento armado en Rusia, pero podría en un futuro lamentar el pacto por el que su país ha recibido al jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, y ofrecido refugio a sus combatientes.

El dictador y aliado de Putin confirmó que Prigozhin ya está en Rusia y defendió su ofrecimiento a los mercenarios de instalarse en su país y trabajar para él. «No hay motivo para temerles» aseguró antes de expresar su voluntad de aprovechar su experiencia en «tácticas, armamentos» y «defensa».

Lukashenko pasó el sábado entero en negociaciones con Prigozhin, con el aval del presidente ruso Vladimir Putin, y el jefe de Wagner aceptó detener su avance hacia Moscú.

El anuncio, cuando el mundo estaba pendiente de la «Caravana de la justicia», supuso un espaldarazo para Lukashenko, que lleva casi 30 años en el poder. Esa mediación le ha ayudado a dejar en un segundo plano su imagen y reputación, ganada a pulso, de dictador por las elecciones de 2020, que la oposición calificó de fraudulentas.

También ha logrado que se frenen las espculaciones de su salud.

Según la versión oficial del acuerdo oficial, Prigozhin vivirá en Bielorrusia, pero aún no está claro si lo acompañarán otros miembros de la milicia de Wagner que, supuestamente, entregarán su armamento pesado en Moscú.

Según la presidencia bielorrusa, Putin llamó a Lukashenko, de 68 años, para agradecerle su trabajo.

Sin embargo, Katia Glod, investigadora de las relaciones entre Rusia y Occidente en el European Leadership Network de Londres, matiza el papel del bielorruso.

Creo que fue utilizado por el Kremlin. Él preferiría no tener a PrigozhinKatia Glod, investigadora, en el European Leadership Network de Londres

«No creo que haya sido voluntad de Lukashenko. Creo que fue utilizado por el Kremlin. Él, en el fondo, preferiría no tener a Prigozhin», reflexiona Glod.

La presencia del jefe de Wagner en Bielorrusia implica «múltiples riesgos» en un país donde la lealtad de las fuerzas de seguridad es fundamental tras las elecciones de 2020, cuando se dieron protestas masivas y una brutal represión, agregó.

«La única ventaja que podría obtener el líder bielorruso sería utilizar a los hombres de Prigozhin como ejército personal contra una posible revuelta», agregó antes de conocer el anunció de ayer, exactamente, en ese sentido.

El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, cuyo país será sede de la cumbre de la OTAN en julio, advirtió que la alianza podría tener que fortalecer sus fronteras orientales «si Prigozhin o parte del grupo Wagner termina en Bielorrusia sin planes claros o sin intenciones claras».

Desde 2020, Lukashenko se ha vuelto más dependiente del Kremlin para su supervivencia política, y parece ser el socio menor en sus reuniones frecuentes con Putin.

Bielorrusia aceptó albergar armas nucleares tácticas rusas tras un acuerdo entre Lukashenko y Putin

Además, Bielorrusia aceptó albergar armas nucleares tácticas rusas tras un acuerdo entre Lukashenko y Putin.

«Poner armas nucleares en territorio bielorruso es la anexión rusa de Bielorrusia en cámara lenta», comentó William Alberque, director de Estrategia, Tecnología y Control de Armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIES).

Lukashenko ya se siente arrinconado, Obviamente si Putin dice 'hágame un favor', él lo haráWilliam Alberque, director de Estrategia, Tecnología y Control de Armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIES).

«Creo que Lukashenko ya se siente arrinconado, Obviamente si Putin dice 'hágame un favor', él lo hará con la esperanza de que le proporcione algo de influencia», agregó.

La líder a la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, que se exilió tras las elecciones presidenciales que ella dice haber ganado, piensa que el acuerdo es peligroso para Bielorrusia.

Sin perdón

«Prigozhin no es un obsequio para Lukashenko porque Putin nunca perdonará la humillación que sufrió», señaló por su lado el exdiplomático bielorruso Pavel Latushko, actualmente en la oposición.

«Es una victoria pequeña, táctica, artificial, superficial para Lukashenko que se podría convertir en un problema estratégico para el dictador», agregó en un video divulgado por el canal opositor Nexta, en Telegram.

Lukashenko, calificado por Estados Unidos como líder de la «última dictadura de Europa», es una presencia cambiante en Bielorrusia, donde aparece segando campos o sembrando verduras o practicando deportes.

La represión interna en Bielorrusia se ha intensificado desde las protestas de 2020, con unos 1.500 presos políticos

Pero activistas afirman que la represión interna se ha intensificado desde las protestas de 2020, con unos 1.500 presos políticos, según el grupo de derechos humanos Viasna.

La violencia y el apoyo a Moscú

Según Glod, el gobierno de Lukashenko se basa en dos pilares: la violencia y el apoyo de Rusia.

«Claramente está preocupado ahora que el Kremlin no parece tan fuerte como antes», señaló Glod.

Hanna Liubakova, del Atlantic Council, observa que la posición de Lukashenko se podría ver fortalecida gracias a la mediación, pero «a largo plazo, su régimen enfrentará las consecuencias».

Lukashenko ha mostrado «lealtad inquebrantable» con el Kremlin pero hizo la «apuesta riesgosa» de que Rusia ganaría rápidamente la guerra en Ucrania y eso, a la luz de los acontecimientos, no parece que vaya a suceder pronto.

«Con la autoridad de Putin debilitada, el régimen de Minsk podría encontrarse con un respaldo disminuido de parte de Rusia», agregó Liubakova. Entre otras cosas, porque el propio Putin debe estar más pendiente de su propia supervivencia.