Expectativas y dificultades en la cumbre de la OTAN en Vilna
Ucrania quiere que en esta cumbre se establezca un camino claro y veloz hacia la adhesión pero la realidad es que mientras sus fronteras sean lugares de conflicto con Rusia tendría un alto coste
Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, ha desarrollado en un artículo su declaración de intenciones previa a la cumbre de la OTAN.
Dice que «nadie debe subestimar a Rusia ni los peligros a los que se enfrenta el mundo en la actualidad», algo muy cierto y que contrarresta manifestando que: «Hemos reforzado nuestra presencia militar en Europa Oriental y aumentado el gasto en defensa. Con la adhesión de Finlandia –y pronto la de Suecia– la OTAN se está haciendo más fuerte y grande».
Espero, dice, «que los aliados de la OTAN confirmemos nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania, sigamos reforzando nuestra propia defensa e incrementemos nuestra cooperación con nuestros socios europeos e indo-pacíficos para defender el orden mundial basado en normas».
Los términos de Stoltenberg son radicales en cuanto a la guerra de Ucrania: «Si Rusia deja de luchar, habrá paz. Si Ucrania deja de luchar, dejará de existir como nación. Los ucranianos no vacilarán, porque cuantos más avances consigan en el campo de batalla, más fuerte será su mano en la mesa de negociaciones».
Luego describe el apoyo de la Alianza Atlántica y su compromiso con Ucrania: «Desde la invasión de Moscú en febrero de 2022, hemos intensificado un apoyo sin precedentes al derecho de Ucrania a la autodefensa, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. Durante el último año y medio, los países de la OTAN han entrenado y equipado a nuevas brigadas blindadas ucranianas y han proporcionado tanques, vehículos de combate y defensas aéreas avanzadas. Los aliados de la OTAN también entrenarán a pilotos ucranianos en cazas de cuarta generación. Este apoyo demuestra que estamos comprometidos con Ucrania a largo plazo».
China está atenta para ver el precio que Rusia paga, o la recompensa que recibe, por su agresión
También dedica a Putin algunas afirmaciones responsabilizándole de la ruptura del orden internacional: «Putin se alejó de la cooperación pacífica, con un patrón de comportamiento cada vez más imprudente desde Chechenia a Georgia, y desde Siria a Ucrania. Ha desmantelado la arquitectura internacional de control de armamentos y se dedica a una peligrosa estratagema nuclear». Por eso Putin no puede ganar: «Si gana en Ucrania, sería una tragedia para los ucranianos y un peligro para el mundo en general. Enviaría un mensaje a otros regímenes autoritarios de que pueden conseguir sus objetivos por la fuerza. China, en particular, está atenta para ver el precio que Rusia paga, o la recompensa que recibe, por su agresión».
A pesar de la alusión a China se apresura en sacarla de la ecuación: «La OTAN no considera a China como un adversario. Debemos seguir colaborando con Pekín para afrontar los retos globales actuales, como la proliferación nuclear y el cambio climático. Al mismo tiempo, China debería utilizar su considerable influencia sobre Rusia para poner fin a su guerra ilegal en Ucrania».
Interesante también la descripción de la Alianza Atlántica y su extensión a las nuevas alianzas en el Pacífico: «La OTAN es una alianza regional de Europa y Norteamérica, pero los retos a los que nos enfrentamos son globales. Por eso he invitado a los dirigentes de la Unión Europea y de nuestros socios del Indo-Pacífico –Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur– a unirse a nosotros en Vilna».
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Por último, resalta algunos cometidos de esta cumbre: «Acordaremos nuevos y detallados planes de defensa regional» … «Totalmente conectados con las fuerzas, capacidades y mando y control necesarios para ejecutarlos». «La OTAN dispondrá de 300.000 efectivos en alerta máxima, incluyendo un importante poder de combate aéreo y naval». «Los retos son grandes, pero la OTAN ha sido un ancla de estabilidad para Europa y Norteamérica durante casi 75 años»
Más allá de las intenciones de Stoltenberg, Ucrania quiere que en esta cumbre de Vilna se establezca un camino claro y veloz hacia la adhesión. Muchos aliados están dispuestos a acceder a los deseos de Ucrania, a pesar de la guerra que asola sus fronteras.
En Vilna no existe consenso para dar pasos inmediatos hacia la adhesión de Ucrania
Para colmar las esperanzas de Ucrania, una lista cada vez mayor de antiguos responsables políticos está presentando una propuesta de adhesión parcial. Pero la triste realidad es que en Vilna no existe consenso para dar pasos inmediatos y prácticos hacia la adhesión de Ucrania.
Es difícil que eso cambie, al menos a corto plazo: a diferencia de la candidatura sueca, la adhesión ucraniana se ve frenada por países con motivaciones muy diversas. Entre ellos se encuentra Hungría, pero también Alemania e, incluso, Estados Unidos a quienes les preocupa la dificultad de llevar a cabo una adhesión de Ucrania con las condiciones actuales. La alianza aún tiene que resolver la cuestión mucho menos controvertida de la adhesión de Suecia.
Para que eso ocurra sin engañar a Ucrania, es esencial que la Alianza evite hacer promesas vagas sin sustancia. La OTAN debería evitar frases como «después de la guerra» o «después de los combates». La Alianza debería confirmar que Ucrania podría acceder y accederá cuando tenga fronteras fijas y una situación territorial establecida. Pero la trágica realidad actual es que incorporar a Ucrania en la OTAN mientras sus fronteras son lugares de conflicto armado con Rusia tendría un alto coste.