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El expresidente de Estados Unidos y aspirante a la presidencia de 2024, Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos y aspirante a la presidencia de 2024, Donald TrumpAFP

El as bajo la manga de Trump: a más imputaciones, más lealtad de sus seguidores

El liderazgo del expresidente ha aumentado de 16 a 36 puntos en el promedio de encuestas de RealClearPolitics desde que fue imputado hace cuatro meses por falsificar registros empresariales

Conforme las crecientes investigaciones penales amenazan sus ambiciones políticas y su libertad, Donald Trump ha sido capaz de resistir indemne y con una alentadora tendencia: sigue obteniendo magníficos resultados en las encuestas.

«Soy la única persona que ha sido imputada y se ha vuelto más popular», presumió recientemente en Iowa el expresidente, que se sitúa como favorito en las primarias republicanas de 2024 y que agregó esa línea discursiva a la campaña en los últimos meses.

Trump ha sido acusado en tres casos penales y parece inminente su imposición por otros graves delitos en otras investigaciones. Sin embargo, su popularidad entre sus bases ultraleales no se ha afectado ni un ápice.

El lunes, una encuesta del Siena College y The New York Times entre los posibles votantes en las primarias mostró que Trump aplasta al gobernador de Ron DeSantis por 37 puntos.

Esto no es un caso aislado. El liderazgo del exmandatario ha aumentado de 16 a 36 puntos en el promedio de encuestas de RealClearPolitics desde que fue imputado en Manhattan hace cuatro meses por falsificar registros empresariales.

Durante ese período, un jurado en un juicio civil lo halló culpable de abusar sexualmente de una escritora en Nueva York, fue acusado por otros 40 delitos federales por su manejo de documentos ultrasecretos de seguridad nacional y también por presunta obstrucción a la justicia.

«Para el momento en que entremos a la etapa de debates el 23 de agosto, el favorito estará en libertad bajo fianza en cuatro jurisdicciones distintas, Florida, Georgia y Nueva York», declaró el domingo a la cadena CNN el también aspirante a la Casa Blanca por el Partido Republicano, Chris Christie.

'Élite arraigada'

Mientras los titulares para DeSantis pueden haber contribuido a ampliar la brecha en las encuestas, la popularidad de Trump de 39,4 % es exactamente la misma con la que contaba el primer día que fue imputado.

Todavía es posible que haya un cambio de aquí a las primeras votaciones del país, que serán en Iowa en enero, pero una remontada así de dramática no tiene precedentes en las primarias recientes.

Analistas contactados por Afp señalan la resistencia de Trump se debe a su mensaje populista entre los trabajadores estadounidenses.

«Los acuerdos de intercambio multilateral, las fronteras abiertas, las guerras eternas y la globalización dejan a muchos trabajadores estadounidenses sin empleos y con pocos prospectos para el futuro», afirma Michael J. O'Neill, de la conservadora Fundación Landmark Legal.

«Trump le da voz a ese grupo demográfico. Sus seguidores ven a Trump como alguien disruptivo que no le debe nada a la élite arraigada y les da los estadounidenses comunes y corrientes la oportunidad de una mejor vida», agregó O'Neill.

Para David Greenberg, profesor de Periodismo e Historia de la Universidad Rutgers, el republicano de 77 años y su grupo de fieles acérrimos han sido capaces de encontrar un «grupo de enemigos en común» que se ha ampliado incluso al sistema judicial.

«Así que cuando imputan a Trump, para ellos es solo una prueba más de que su hombre, su campeón, está siendo de fuerzas en las que fundamentalmente desconfían», explica Greenberg.

'Controlando la narrativa'

Trump dejó el cargo en 2021 después de un período único plagado de escándalos en el que perdió en su aspiración a la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso, sin contar que afrontó dos veces un juicio político.

Muchos de sus colaboradores fueron declarados culpables de delitos, incluidos su jefe y jefe adjunto de su campaña de 2016, su jefe de estrategia y consejero de seguridad nacional, su abogado personal y dos consejeros de política exterior.

Su empresa, la Organización Trump, fue condenada por múltiples cargos de fraude fiscal y el director financiero de la compañía, Allen Weisselberg, admitió hurto mayor, fraude fiscal y falsificación de registros comerciales.

El mismo Trump fue hallado culpable en una demanda civil presentada en mayo en la que se lo acusó de violar a la escritora E. Jean Carroll durante los años 90 en Nueva York. Además fue acusado por otras 20 mujeres de conducta sexual inapropiada.

Ambos juicios políticos a Trump fueron relacionados con los intentos de hacer trampa en las elecciones de 2020, primero por bloquear ayuda militar crucial hacia Ucrania y así desprestigiar a Biden, y por incitar a una insurrección que evitara que el presidente demócrata fuera certificado como ganador de las elecciones.

Incluso algunos demócratas le dan crédito a Trump por lograr convencer a millones de republicanos de que una «cacería de brujas» interminable fraguada por un «estado profundo» es la culpable de la seguidilla de escándalos alrededor de su mandato.

«Trump ha hecho un excelente trabajo no solo controlando la narrativa, sino ubicándose por encima de ella», señala a la AFP la experta en política Amani Wells-Onyioha.

«Consistentemente les ha dicho a sus seguidores que está siendo atacado injustamente y que cualquier acusación es un intento por derribarlo. Ellos le creen lo que dice porque sus imputaciones solo alimentan esa narrativa».

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