542 días de guerra en Ucrania
Zelenski se sube a la cabina de un F-16: Países Bajos y Dinamarca suministrarán varias unidades a Ucrania
La imagen no dejaba lugar a dudas: el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, dentro de la cabina de un F-16 neerlandés. Junto a él, el comandante de la Fuerza Aérea de los Países Bajos, Andre Steur, le da explicaciones sobre las características de este poderoso avión de combate.
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La escena se produjo en el hangar Eindhoven de la base militar de la Fuerza Área de los Países Bajos.
La visita a esta instalación militar fue el plato fuerte del viaje oficial de Zelensky a los Países Bajos, segunda etapa de su gira europea tras visitar Suecia.
Junto a él, el primer ministro neerlandés Mark Rutte, hizo de cicerone. Con un F-16 de fondo, el primer ministro neerlandés tomó la palabra y realizó un anuncio que, no por descontado era menos esperado: los Países Bajos y Dinamarca entregarán a Ucrania un número aún no establecido de aviones de combate F-16.
«Podemos anunciar que los Países Bajos y Dinamarca se comprometen a transferir aviones F-16 a Ucrania con la cooperación de Estados Unidos y de otros socios, una vez que se cumplan las condiciones para dicha transferencia», anunció.
Tras el anuncio de Rutte, Dinamarca confirmó su compromiso por medio de su ministro de Defensa, Jakob Ellemann-Jensen: «Me enorgullece que Dinamarca, junto con los Países Bajos, done aviones de combate F-16 a la lucha de Ucrania por la libertad contra Rusia».
Horas después, Zelensky repitió el gesto. Se trasladó a Dinamarca y, junto a la primera ministra Mette Frederiksen, se subió a la cabina de un F-16 en la base aérea de Skrydstrup.
En la rueda de prensa posterior a la visita a la base aérea, Frederiksen anunció que Dinamarca entregará una ayuda extra a Ucrania en material militar suplementario.
El objetivo es que los aviones estén plenamente operativos para el próximo invierno, en las primeras semanas de 2024.
¿Por qué la insistencia de Ucrania en esa fecha? Todo parece indicar que el alto mando ucraniano está diseñando una segunda fase de su actual contraofensiva que dará comienzo en los primeros compases del próximo año.
En esa nueva fase el dominio de los cielos será decisivo. Kiev pretende lograr ese dominio con la superioridad aérea que presuntamente le dará el F-16.
Pilotos «soviéticos»
Este compromiso, el primero hecho público por parte de aliados de la OTAN, se produce días después de que Estados Unidos diera luz verde a sus socios para que entreguen unidades de F-16 a Ucrania.
El permiso de la Casa Blanca era una condición indispensable, ya que, siendo el F-16 un avión de fabricación estadounidense, los países que lo han adquirido no tienen autorización para exportarlo a terceros países sin el permiso de Washington.
Asimismo, para la entrada en combate del F-16 será esencial que los pilotos ucranianos concluyan su entrenamiento, en curso en este momento.
Los pilotos ucranianos están adaptados al pilotaje de aviones de origen soviético, como los aviones Suhhoi o MiG.
Al igual que ha ocurrido con la dotación de carros de combate y blindados occidentales –Leopard 2, o Bradley– o sistemas de artillería y baterías antiaéreas como los HIMARS o Pariot, las tripulaciones ucranianas deberán seguir un curso exprés de habilitación a los armamentos occidentales de la OTAN, con tecnologías absolutamente ajenas a las que están acostumbrados.
Se trata de una carrera a contrarreloj que no siempre da buenos resultados, aunque es la única opción que Ucrania tiene ahora mismo.
El tiempo corre en su contra y únicamente puede jugar la baza del armamento occidental –muy superior al ruso– para derrotar a unas fuerzas de Moscú muy superiores en número y en recursos.
En este momento, la minúscula fuerza aérea ucraniana heredada de la Unión Soviética no es rival para la fuerza aérea rusa.
El F-16 es un veterano de las fuerzas aéreas de los países de la OTAN. A pesar de contar ya con varias décadas de servicio, sigue siendo una piedra angular de la defensa de los países occidentales.
Se trata de un avión de combate ligero que entró en servicio en el año 1979. Su máximo protagonismo, sin embargo, lo adquirió en el siglo XXI con su intervención en los conflictos de Irak y Afganistán.
Además, se trata de aviones con capacidad para transportar misiles con cabezas nucleares, particularidad que llevó al ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, a afirmar que la entrega de los F-16 a Ucrania era una amenaza nuclear por parte de Occidente.