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Valdis Dombrovskis (izq.), Frans Timmermans (centro) y Maroš Šefčovič (drch.) en una reunión de la Comisión Europea.AFP

Relevo en Europa

Los deberes pendientes que deja Frans Timmermans a su sucesor como responsable de políticas verdes en Europa

Le sustituye el eslovaco Maroš Šefčovič, conocido por ser «perro viejo» y trabajar de fontanero en la Unión

Uno de los hombres más poderosos y de mayor relevancia en Bruselas en los últimos años, el holandés Frans Timmermans, ha dimitido este martes para ir al frente de una coalición de izquierdas en su país en las próximas elecciones de noviembre.

El funcionario europeo ha estado al frente del Pacto Verde (Green Deal, como se le conoce en la Unión) y ha sido el máximo responsable de la aprobación de, entre otras, la Ley de Restauración de Naturaleza.

Con esta legislación se ha ganado como enemigos a los ganaderos porque incluye la expropiación de cultivos y terrenos para «proteger» el medio ambiente europeo. Se considera uno de los muchos pasos que se están dando hacia el suicidio de la economía continental en aras de la lucha contra el cambio climático, el mantra de los verdes para controlar hasta el último rincón de las economías nacionales.

El paso atrás de Timmermans ha sido recibido con agrado por los políticos conservadores, pero había sembrado de dudas a sus allegados y afines. La elección de Maroš Šefčovič como su sustituto indica que la UE seguirá en la misma línea.

El sucesor

Ursula von der Leyen ha nombrado a Šefčovič vicepresidente ejecutivo, un puesto de mucho poder en Bruselas. “Es uno de los miembros más veteranos y experimentados«, ha declarado von der Leyen. »Se encargará de sacar adelante el Pacto Verde Europeo con la misma prioridad".

El eslovaco viene a terminar el trabajo empezado por Timmermans. Es un finisher, un tiburón, el hombre que no tiene reparos en ensuciarse las manos para lograr los objetivos. Tras el Brexit, fue el encargado de gestionar las tensas relaciones entre Londres y Bruselas.

Procede de la izquierda socialdemócrata, por lo que la política será continuista: mayor coste empresarial de producción, mayor intervención estatal, menos libertad ciudadana, etc. Nada nuevo bajo el sol.

Experiencia en el sector demostrada: dirigió el Departamento de Energía de la Comisión, se encarga de dirigir una alianza de países que fabrican baterías eléctricas y ha mediado en varios acuerdos gasísticos a raíz de la guerra de Ucrania.

Šefčovič asume tres poderosos cargos que ocupaba el holandés: el de vicepresidente ejecutivo, el de comisario encargado del Pacto Verde y, de forma temporal, el de comisario encargado del departamento de clima de la UE. Gran parte de la actual política europea está en sus manos.

Deberes pendientes

La rápida salida de Timmermans, para evitar un desastre de la izquierda en las próximas elecciones holandesas de noviembre, deja varios temas pendientes de resolución:

  • Fijar objetivos intermedios para 2040. Con la marcha del holandés, la UE pierde una de las voces más radicales a la hora de fijar medidas. Sobre la mesa estaba reducir hasta un 95% las emisiones para 2040 y un 55% para 2030. Todo apunta a que será un tema electoral importante.

  • Encontrar un representante de alto rango. Reuniones climáticas como la COP son de máximo nivel y faltaría una cabeza semejante a nivel europeo. Presentar a alguien que no sea comisario tiene sus riegos.

  • Defender las políticas verdes. Al marcharse el propulsor de las actuales leyes climáticas europeas, sus adversarios pasarán a la ofensiva para revertirlas. ¿Qué postura adoptará Šefčovič?

  • La captura o eliminación de CO2. Esto es fundamental para descarbonizar la industria pesada, como la siderúrgica o la cementera, que no pueden cambiar fácilmente a la eléctrica. ¿Cómo conseguir entonces la producción neutra de carbono?

  • Presionar en el discurso del Estado de la Unión. Con Timmermans fuera de juego, y habiendo Von der Leyen «bendecido» al sustituto, no parece que exista una figura incómoda que pueda seguir presionando hacia el suicidio económico. El contexto actual no favorece las legislaciones verdes y se verá en septiembre si estas son uno de los pilares de la UE para lo que queda de legislatura.