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Miembros del SITCPLA frente al Parlamento EuropeoEl Debate

Las azafatas denuncian al Ministerio de Igualdad ante la Comisión Europea por «discriminación indirecta»

El Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas denunciará ante la Comisión las políticas de «discriminación indirecta» que impiden a los tripulantes de cabina de pasajeros jubilarse antes, como los pilotos

Según el Real Decreto de 1986, los profesionales aeronáuticos como pilotos, fotógrafos aéreos y mecánicos de vuelo pueden acceder a reducciones en los años mínimos de cotización necesarios para jubilarse con el 100% de los derechos.

Pero un grupo clave –y mayoritariamente femenino– de la cabina ha quedado excluido de esta ventaja, ya que no se extiende a las azafatas y azafatos, o ‘tripulantes de cabina de pasajeros’ (TCP). Frente a esta «discriminación indirecta», el sector ha llevado su denuncia contra España y el Ministerio de Igualdad a la Comisión Europea.

Los TCP, sector laboral compuesto en casi un 80% por mujeres, son los únicos miembros de la tripulación aérea que carecen de este beneficio a la hora de jubilarse. En el año 1986, se concedió este derecho a oficios como pilotos militares, y en el 2008 ganaron la batalla los pilotos comerciales.

Pero los TCP son los grandes olvidados del sector, a pesar de que han ido denunciando el problema en Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en su sala de Málaga, y Tribunal Superior de Justicia de la de Andalucía – sin éxito. En 2020, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional dictaron que este derecho no les correspondía.

Según señala el comunicado oficial del Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (SITCPLA), «Cinco presidentes de gobierno de España, más siete ministros de Trabajo socialistas y cinco populares han mirado para otro lado» cuando se les presentó este problema discriminatorio.

Queremos que Igualdad haga lo que no ha hechoMonique DuthiersVicepresidente del SITCPLA

Frente a esta injusticia «por omisión», el SITCPLA ha tomado la decisión de denunciar a España frente a la Comisión Europea, por discriminación de género e incumplimiento de los tratados de la Unión Europea. «Y si no funciona, iremos al Tribunal de Derechos Humanos», afirmó Monique Duthiers, vicepresidente del sindicato.

«Esto una denuncia por incumplimiento estatal al Reino de España, al Ministerio de Igualdad, y vamos a por todas. Queremos que se reconozca nuestra profesión, y que Igualdad haga lo que no ha hecho», agregó Duthiers.

Penosidad laboral, ¿desigual?

En 2020, el Tribunal Supremo alegó que los pilotos y demás accedían a los beneficios del Real Decreto gracias a sus licencias de vuelo – algo que el gabinete de abogados Navas y Cusí, que representa al sindicato en su denuncia en la UE, considera una «falacia», ya que los TCP también necesitan licencias para volar dentro de un avión.

También se justificó con razones de penosidad laboral, diferenciando a pilotos y demás personal aéreo de los TCP.

Sin embargo, al abordar el vuelo, los pilotos y los TCP se enfrentan prácticamente al mismo nivel de peligrosidad: si el avión se estrella, no habrá diferencia entre la cabina y la carlinga. Pero a nivel diario, los peligros sanitarios son mayores para los TCP, que trabajan de pie y de cara al pasajero. Entre los cambios constantes de zona horaria, las variaciones de temperatura, y la presión que enfrentan en vuelos de altitud, las condiciones son difíciles. Pueden sufrir lesiones físicas, como problemas musculares y óseos, enfermedades auditivas, y caídas y golpes en el momento de las turbulencias.

«Una compañera sufrió un golpe en la cabeza, y perdió tanto líquido que le quitaron la licencia. Ahora tiene problemas de memoria», explicaron, desde el Parlamento Europeo, miembros del SITCPLA.

Mientras los pilotos disfrutan del aislamiento relativo de su cabina durante el vuelo, los tripulantes de cabina están en primera línea, expuestos a una variedad de circunstancias y problemas que puedan surgir. «Los pilotos se encierran en su cabina y no salen. Pero si hay algún problema, los primeros que lo enfrentan son los tripulantes de cabina,» señaló una de las TCP presentes en el parlamento europeo.

Además, los pilotos tienen la ventaja de anticiparse a eventos como la turbulencia, gracias a los datos y radares a su disposición. «Ellos pueden prepararse para el golpe,» explicó la azafata. Sin embargo, los tripulantes de cabina a menudo se encuentran en el pasillo en el momento en que se produce una turbulencia inesperada. «Cuántas veces nos ha pasado que estamos en el pasillo con el carro de servicio y salimos volando debido a una repentina turbulencia,» comentó, subrayando que los riesgos para los TCP son no solo más variados sino también, en muchos casos, mayores.

Varios estudios de universidades prestigiosas han señalado que la mujer en este campo laboral se enfrenta a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades oncológicas, como el cáncer. Por ello, algunos países conceden ventajas adicionales a los tripulantes de cabina de pasajeros: en Francia, por ejemplo, las azafatas y azafatos pueden acceder al 100% de su pensión tras 25 años en la profesión.

Discriminación indirecta

La SITCPLA decidió involucrar al Ministerio de Igualdad en su denuncia porque consideran que el espectro del machismo se esconde tras la última decisión del Tribunal Supremo en 2020.

«Es discriminación indirecta, porque las tripulantes de cabina suelen ser mujeres – más del 70% en nuestro sector. Indirectamente, se está discriminando por género, ya que este colectivo no entra dentro del Real Decreto, y no se reconoce la peligrosidad de su profesión», explicó Antonio Escobar Flórez, encargado de Comunicación en la SITCPLA.

«La Comisión Europea se autoimpone ser radicalmente rápida. Esperamos que resuelvan este proceso en un año, y tenemos esperanza, porque según dictan el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, Tratado de la Unión Europea, las directivas aplicables, la Directiva de pensiones, las directivas de discriminación, y las de igualdad de sexo, esta situación es, lógicamente, inadmisible», terminó Escobar.