La UE, inquieta tras el desafío de tres países: Hungría, Polonia y Eslovaquia vetan el trigo de Ucrania
Ucrania ha amenazado con responder y denunciar el veto ante la Organización Mundial del Comercio
La tensión crece en la Unión Europea (UE) tras la decisión unilateral de Polonia, Hungría y Eslovaquia de mantener sus vetos sobre los productos agrícolas ucranianos.
¿El motivo? La decisión de Comisión Europea (CE) de no prolongar sus restricciones a las importaciones ucranianas de trigo, maíz, colza y girasol. Desde principios de mayo, y hasta el pasado 15 de septiembre, estos productos no podían venderse en los mercados nacionales de Polonia, Rumanía, Bulgaria, Hungría y Eslovaquia - aunque sí podían transitar por esos territorios si su destino final era otro país.
Ucrania no ha tardado en responder, y manifestar su intención de denunciar estas medidas unilaterales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Frente a la disputa, la Comisión muestra cautela. Según afirmó Miriam García Ferrer, portavoz comunitaria, «todavía estamos analizando las medidas, así que no podemos decir nada sobre las prohibiciones concretas». Es un enfoque prudente, que indica que la CE está evaluando las ramificaciones de esta decisión antes de hacer declaraciones, o tomar decisiones.
La portavoz también señaló que Ucrania no notificó a la Unión Europea su plan de llevar los vetos unilaterales ante la OMC, pero recalcó que tal comunicación no es obligatoria. «Analizaremos cuidadosamente, y después veremos cuáles son los pasos adicionales», explicó García Ferrer.
Distorsiones del mercado
¿A qué se debían los vetos originales? Fueron impuestos a principios de mayo, cuando los cinco países de la UE más cercanos a Ucrania criticaron que la llegada de estos productos agrícolas ucranianos afectase a sus mercados locales y a los agricultores, que no podían competir con los precios de los productos de Ucrania.
Además, la CE aseguró que las distorsiones en los mercados de los países afectados «han desaparecido», según un comunicado emitido la semana pasada. Frente a este contexto, se espera que Ucrania presente un plan de acción, para coordinarse con la CE y los cinco Estados miembros afectados, en un esfuerzo por mitigar el impacto de sus exportaciones en los mercados locales de la UE.
La situación plantea preguntas críticas sobre la cohesión y el funcionamiento interno de la Unión Europea. La acción unilateral de tres Estados miembros contra una decisión de la Comisión Europea pone de manifiesto las fisuras que pueden surgir entre sus miembros.
El desafío que plantea para la Unión Europea es cómo gestionar las divisiones internas, mientras se mantiene una postura unificada, especialmente en asuntos que tienen consecuencias comerciales y políticas. De momento, la Comisión se encuentra en una fase de evaluación y análisis, un paso necesario para determinar el curso de acción más apropiado.