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Descripción de la imagenEdición: Paula Andrade

Guerra abierta en el Partido Republicano a un año de las presidenciales de EE.UU.

Hasta ahora, en sus más de 200 años de historia del Capitolio nunca se había destituido al presidente de la Cámara de Representantes

La destitución del republicano Kevin McCarthy por parte del ala trumpista de su propio partido ha dejado a la vista las fisuras entre los conservadores estadounidenses, a un año de las elecciones presidenciales de 2024.

Hasta ahora, en sus más de 200 años de historia del Capitolio, nunca se había destituido al presidente de la Cámara de Representantes.

Pero la historia ha sufrido un nuevo vuelco menos de tres años después del ataque al Capitolio por parte de partidarios del expresidente republicano Donald Trump.

«Ayer se demostró una vez más el nivel de caos reinante en el Partido Republicano y el nivel de caos que el Partido Republicano está dispuesto a imponer al país», afirmó Julian Zelizer, profesor de historia y políticas públicas de la Universidad de Princeton.

Cuando los conservadores tomaron el control de la Cámara de Representantes en enero prometieron enfocar su energía contra el presidente demócrata Joe Biden, a quien acusan de ser «corrupto» y «mentir al pueblo estadounidense».

«Debido al caos que reina hoy en la Cámara, es más complicado hablar del fracaso que representa la presidencia de Biden», lamentó el martes por la tarde el influyente senador republicano Lindsey Graham.

Los problemas se amontonan con una sucesión de McCarthy explosiva. Por ahora se han presentado dos congresistas de la derecha radical: Steve Scalise y Jim Jordan.

El congresista republicano Steve Scalise busca convertirse en presidente de la Cámara de RepresentantesAnna Moneymaker / AFP

«Esto sumerge a la institución en una inestabilidad muy grande», justo cuando el Congreso debe votar un nuevo presupuesto y decidir si aprueba un nuevo desembolso para Ucrania, explica Zelizer a Afp.

A falta de presidente, el Congreso ha interrumpido sus tareas en un momento en el que el país necesita urgentemente un presupuesto para evitar una parálisis presupuestaria. Dispone de unos 40 días de plazo para evitar un cierre de Gobierno federal.

Trump en el banquillo de los acusados

Entre tanto Trump, bajo cuatro inculpaciones, sigue dominando por amplio margen la carrera por la nominación republicana para las elecciones de 2024.

Cuando el Congreso se sumía en el caos él se encontraba en Nueva York para declarar ante un tribunal, acusado de fraude sobre el valor de sus bienes inmobiliarios.

El septuagenario volvió a usarlo como plataforma política, consciente de que cada movimiento legal se traduce en millones de dólares para su campaña. Provienen de trumpistas convencidos de que es víctima de un complot político.

El republicano echó más leña al fuego el miércoles por la mañana al repetir que es víctima de una «caza de brujas» orquestada por su sucesor Joe Biden, a quien podría enfrentarse nuevamente en las presidenciales.

No está claro si las convulsiones en el Partido Republicano tendrán un impacto en estas elecciones de noviembre de 2024.

Las opiniones difieren

El caos «podría afectar a los indecisos», que probablemente tengan la llave de las próximas elecciones, predice el profesor Zelizer.

​Rob Mellen, profesor de la Universidad del Sur de Florida, discrepa. «Los estadounidenses tienen poca memoria», afirma Mellen. «Estamos a 13 meses de las elecciones y la actualidad todavía nos reserva muchas sorpresas de aquí a entonces», afirma Mellen. Es decir, lo importante no es la caída, sino el aterrizaje.