Bruselas refuerza la seguridad en la peligrosa estación de Midi con cámaras y más policías
La estación principal de Bélgica, que recibe a más de 50.000 viajeros diarios, es un foco de criminalidad y tráfico de drogas
Si la Grande Place y el Manekken Pis son destinos indispensables, la Gare du Midi es todo lo contrario: cualquier turista que aterrice en Bruselas sabe que debe mantenerse alejado de su estación central, foco del crimen y el tráfico de drogas a pesar de ser la puerta de entrada la capital belga.
Frente al peligro y una situación que amenaza con irse de las manos, el gobierno de Bélgica ha anunciado un lavado de cara en cuestiones de seguridad para la estación. Según confirmó la oficina de la ministra del Interior belga, Annelies Verlinden, la estación contará con una nueva comisaría de policía y la zona se llenará de cámaras de seguridad.
Estas cámaras se instalarán en las estaciones de tren y se integrarán con los sistemas de vigilancia policial. Aunque las cámaras pertenecerán a compañías ferroviarias variadas, se conectarán a una red única, para que la policía tanto local como federal pueda realizar patrullas digitales. Además, según el primer ministro belga, Alexander de Croo, podrían incluir sistemas de reconocimiento facial.
Con motivo de este proyecto, se ha destinado un presupuesto de 3.4 millones de euros del próximo año para mejorar la seguridad en las estaciones de tren belgas.
Este impulso hacia una mayor seguridad surge tras el anuncio del gobierno de un plan de acción durante el verano, para abordar el creciente problema del crimen y el abuso de drogas en la Gare du Midi. Es la estación de tren internacional más grande del país, y ha sido históricamente un punto neurálgico en Bélgica, pero con el tiempo y la negligencia, ha adquirido una reputación menos que favorable, alejando a viajeros y residentes por igual.
Un lugar que evitar
La prensa flamenca reveló en agosto que los niveles de delincuencia en la Gare du Midi eran equivalentes a los de 13 estaciones de tren en Flandes combinadas, lo que provocó un revuelo nacional. Según el informe, cada día se llevaban a cabo al menos 10 crímenes distintos.
La zona de Midi o ‘Zuid’ se encuentra en el municipio de Saint-Gilles, y se considera peligrosa debido a delitos menores como hurtos y los atracos. Pasear a solas por la noche puede resultar inquietante, ya que se encuentra cerca del barrio rojo de Bruselas.
Según la policía, el rápido aumento del consumo de crack en Bruselas es el gran culpable del aumento en la criminalidad de la zona, e intensificado la sensación de inseguridad en los alrededores de la estación.
Informes policiales registrados en las estaciones de tren mostraron que, en 2020 y 2021, se registraron unos 3.500 delitos en los alrededores de la estación. En 2019, antes de que la pandemia redujera el número de personas en esta zona, la cifra era incluso mayor, con 4.205. Los delitos más comunes son los robos y las extorsiones, seguidos por los relacionados con drogas.
La zona alrededor de la estación ha sido testigo de numerosos incidentes, desde coches y contenedores de basura incendiados hasta agresiones. Enfrenta diversos problemas, desde robos y vandalismo hasta violencia y drogadicción, en gran parte debido a su estatus como estación internacional y al tránsito diario de 50.000 personas.