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El presidente del Consejo Europeo, el presidente de Ucrania y la presidenta de la Comisión EuropeaSergei Supinsky / AFP

Ampliación de los 27

La Comisión ve con buenos ojos iniciar conversaciones con Ucrania para su adhesión al bloque comunitario

Según un informe de la institución, Kiev habría cumplido con una gran parte de los objetivos fijados en la primera fase

Tras casi dos años de guerra, la Comisión Europea considera que las modificaciones realizadas por el gobierno de Volodimir Zelenski son las suficientes para iniciar las conversaciones en 2024, paso inicial para una posible adhesión al grupo de los 27.

Esto es lo que se desprende de un informe realizado por Bruselas, aunque reconoce que todavía quedan algunos puntos por pulir, como la protección de los derechos de las minorías, la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Según fuentes de la Comisión, Ucrania y Moldavia estarían a la par. De nueve criterios evaluados, ambos aprueban en seis y suspenden en tres.

La transparencia se está consiguiendo gracias a la auditoría constante a la que la UE somete a Ucrania para conocer el uso de sus fondos y, aun así, hay fallos. La lucha contra la corrupción es un elemento clave, en especial si se tiene en cuenta que la antigua república soviética ha sido considerada en las últimas décadas como uno de los países más corruptos del mundo.

Entre 2012 y 2017, Ucrania estuvo entre los diez países más corruptos de los encuestados por auditoras internacionales como Ernst & Young. Los campos más afectados por esta práctica son la justicia, salud y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Zelenski parece haberse tomado este requisito en serio y, al menos, ha cortado las cabezas de algunas de sus figuras más importantes del gabinete por esta razón. Esto ha servido como muestra de buena voluntad para Bruselas.

El que es sin duda el punto más complicado es el de los derechos de las minorías. Poco antes del inicio de la invasión por parte de Rusia, la Rada aprobó una ley mediante la cual se marginaban las lenguas minoritarias, se arrinconaba al ruso y convertía al ucraniano en lengua única y obligatoria a todos los efectos.

Esto abrió muchas ampollas en un momento delicado, no solo dentro del país teniendo en cuenta que cerca de la mitad es de origen ruso, sino también por tocar elementos sensibles para terceros países como los húngaros.

Hungría comparte una pequeña porción de frontera con Ucrania al noroeste de Kiev que coincide con lo que se conoce como Transcarpatia. En la parte ucraniana vivían cerca de 200.000 ciudadanos de origen húngaro y Budapest considera que han sido maltratados sistemáticamente. Esto hará que las negociaciones no sean tan fáciles como algunos esperan en Bruselas.

Aún así, no todos ven la rapidez de los acontecimientos con buenos ojos. De iniciarse el proceso ya, desde la Comisión aseguran que no terminaría antes de 2030 -fechada señalada por el presidente del Consejo Europeo Charles Michel-.

Por otro lado, el proceso también puede congelarse, como le ocurrió a la Turquía de Erdogan.

Libertad en tiempos de guerra

A todo esto se le suma la ley marcial aprobada al inicio del conflicto, mediante la cual el gobierno ucraniano eliminó la inviolabilidad del hogar, las libertades de movimiento y de expresión, el derecho a la protesta, la huelga y la asociación, y la propiedad privada, entre otras cuestiones.

Con esta ley en la mano, la administración Zelenski prohibió diversos partidos y cerró medios de comunicación. Está por ver cómo se abren poco a poco en una supuesta vuelta a la normalidad tras una hipotética victoria.

Y es que la mera posibilidad de que Ucrania forme parte de la Unión Europea es algo histórico, en tanto en cuanto nunca un país había avanzado tanto en tan poco tiempo, y mucho menos estando en medio de una guerra.

Las muestras de afecto por ambas partes no han faltado, si bien es cierto que Zelenski ha perdido los papeles en más de una ocasión al atacar a gobiernos como el polaco, siendo el antiguo Ejecutivo de Polonia uno de los países más implicados en el apoyo a Kiev.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha viajado en numerosas ocasiones a Kiev. El más reciente el del sábado pasado, asegurando a los parlamentarios de la Rada que la decisión de iniciar conversaciones estaría tomada antes de final de año.