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Participantes en el programa de Sar El España durante su voluntariado en una base israelí en 2019

Participantes en el programa de Sar El España durante su voluntariado en una base israelí en 2019JG

Españoles e hispanoamericanos se suman como voluntarios al Ejército israelí

Su trabajo no es remunerado ni van armados, pero colaboran en tareas de apoyo en las bases militares israelíes

Un grupo de voluntarios españoles y de países de habla hispana se prepara para viajar a finales de este mes a Israel con el objeto de participar en un programa de voluntariado en el Ejército israelí.

Cada año, alrededor de 5.000 voluntarios de diferentes países y perfiles se movilizan para colaborar en tareas de apoyo en bases militares israelíes como parte de un programa de dos o tres semanas. Visten uniforme de las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzáhal) y conviven en los acuartelamientos con los soldados israelíes.

Su trabajo no es remunerado ni van armados, pero es vital, especialmente, en momentos como el actual con un alistamiento masivo de reservistas.

Lo hacen a través de Sar El, acrónimo en hebreo para Sheirut Le'Yisrael (Servicio a Israel), un programa de voluntariado de corta duración en el Ejército israelí.

El representante de Sar El España, Baruj Hernández, explica que dicho proyecto comenzó en nuestro país en 2019 y desde entonces, ha recibido y gestionado el trabajo de cientos de voluntarios de varios países. «Significa ayuda, servicio a Dios o a Israel. No solamente vienen de España, sino del mundo hispano como Argentina, Uruguay, El Salvador, etc.».

Se trata de un programa que permite a sus participantes conocer de primera mano la experiencia única de ir uniformado y vivir en una base del Ejército israelí junto con los soldados y voluntarios de todo el mundo, trabajando y colaborando en labores de logística como puede ser lavandería, jardinería, empaquetado y preparación de suministros o equipos médicos para su traslado, entre otras actividades.

Desde España suelen viajar a Israel dos veces en el año –marzo y julio– en grupos de más de una veintena de voluntarios. Pero cuando se declaró el estado de guerra en el Estado judío a raíz de los atentados de Hamás el 7 de octubre, la coordinadora local analizó la situación y aprobó la intervención de voluntarios aún pese al conflicto bélico.

«Cuando estalló la guerra había un grupo de Colombia que había llegado unos días antes. Las autoridades de Sar El les preguntaron si querían quedarse o marcharse y todos dijeron que querían quedarse a ayudar y han hecho un trabajo excelente», expresó Hernández.

En su caso, los voluntarios fueron desplegados en Tel Hashomer, en el distrito de Tel Aviv, una macro base donde se ubica un dispositivo médico en la que estuvieron durante dos semanas empaquetando suero y medicamentos para su envío al frente y a otras bases. «Allí se necesita mucha gente para empacar y embalar», señaló.

Un próximo grupo

Desde España se ha organizado un grupo que tiene «carta verde» para viajar a Israel el día 26 de noviembre. «Tengo de ocho a diez personas, pero se van a apuntar bastantes más, el WhatsApp y el correo no paran», reveló el representante del programa.

Trabajarán en bases no fronterizas o que estén situadas en líneas de combate, y su misión principal será embalar comida para los reservistas en el frente, explicó el organizador.

Entre los voluntarios, varios de ellos repiten y son de todos los perfiles: ertzainas, mossos d'esquadra, guardia civiles, militares, matrimonios, familias enteras... Gente que, según Hernández, «ama a Israel».

Se puede participar desde los 17 años de edad y se debe presentar un certificado médico. El programa es completamente aconfesional, por lo que se incluyen voluntarios de todas las religiones así como agnósticos, con la única prohibición de no hacer proselitismo.

El voluntario tiene que costearse el vuelo y pagar una pequeña inscripción. Por la labor que desarrolla en Israel no cobra nada.

JG, 54 años y comerciante de Ceuta, participó en este programa en el verano de 2019. Fueron en total tres semanas en las que vivió en una base de comunicaciones del Ejército israelí en la localidad de Ramla, a mitad de camino entre Jerusalén y Tel Aviv.

«Lo pasé genial porque soy radioaficionado y estuve durante el voluntariado reparando equipos de radio y antenas», manifestó a El Debate este ceutí, que ha querido regresar en varias ocasiones a Israel pero que, por razones personales, no ha podido hacerlo.

Explicó que una vez que el grupo llega al país, conoce a qué base estará destinado. Los voluntarios deben rellenar previamente un cuestionario que el Tzáhal (Ejército israelí, en hebreo) debe aprobar. «No hay un perfil ni de edad ni de profesión. Suelen ser grupos de 25 personas», comentó.

Las labores son de domingo a jueves y tienen libres viernes y sábado (jornada sabática). Hay muchos voluntarios que repiten y una persona trae a otra.

Los grupos de habla hispana suelen ser mixtos, es decir, la mitad integrados por españoles y la otra mitad por países hispanoamericanos que no cuentan con sucursal de la organización y realizan su labor a través de Sar El España.

Israel ha movilizado en tiempo récord a 360.000 reservistas para combatir a Hamás en la franja de Gaza, y no descuidar al mismo tiempo otros posibles frentes que podrían abrirse en el resto de fronteras. Por ello, la labor de apoyo logístico militar y en la retaguardia, es bienvenida en momentos de guerra.

«Muchos reservistas iban a las bases a hacer lo que hacemos nosotros. Ahora están en filas en el frente y falta mano de obra en los acuartelamientos», añade G antes de asegurar que la actual coyuntura bélica que afronta Israel la labor del voluntariado «es más imprescindible que nunca. Si pudiera, el día 26 me iba».

Una iniciativa que data de 1982

Sar El nació en el verano de 1982, cuando la Primera Guerra del Líbano hizo peligrar las cosechas de los asentamientos judíos en los Altos del Golán ya que la mayoría de sus habitantes, reservistas, fueron llamados a filas y granjas enteras quedaron desatendidas por la repentina escasez de mano de obra para recolectar los frutos.

​Entonces, Aarón Davidi, exjefe del Cuerpo de Paracaidistas e Infantería del Ejército israelí, quien dirigía las actividades culturales y comunitarias en aquella región, solicitó a través de varios amigos el reclutamiento de voluntarios de Estados Unidos.

​En pocas semanas, unos 650 voluntarios llegaron a Israel para prestar su apoyo a través del trabajo voluntario, actividad que dio origen a Sar El, también conocido como el Proyecto Nacional de Voluntarios para Israel, organización sin fines de lucro y apolítica.

​Hoy está presente en más de 30 países y hasta 2018 había logrado que más de 250.000 personas prestaran su ayuda en labores de voluntariado en Israel, según recoge un blog sobre la sucursal en España.
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