Hamás pierde el control del norte de Gaza e Israel avanza en su objetivo: desmilitarizar la franja
El ejército israelí refuerza su ofensiva en el norte de Gaza, de donde huyen decenas de miles de palestinos hacia el sur con la esperanza de encontrar refugio tras más de un mes de bombardeos y asedio.
«Parten porque entendieron que Hamás perdió el control del norte y que el sur es más seguro», afirmó el portavoz del ejército israelí Daniel Hagari en una rueda de prensa, donde dijo que 50.000 gazatíes habían huido el miércoles del norte de Gaza.
El éxodo de civiles hacia el sur del pequeño territorio palestino se aceleró con la intensificación de los bombardeos y combates terrestres, según observadores de Naciones Unidas.
Su Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calcula que 72.000 personas huyeron desde la apertura de un corredor de evacuación el pasado 5 de noviembre.
«Era aterrador», contó a Afp Ola al Ghul, otra mujer que huía de los combates. «Levantábamos las manos y seguíamos caminando. Éramos tantos, llevábamos banderas blancas», describió.
Pero cientos de miles se encuentran todavía en la zona norte del enclave, en «una situación humanitaria desastrosa», dijo la OCHA.
«Luchan para obtener las cantidades mínimas de agua y comida necesarias para su supervivencia», añadió.
Mediación de Catar
Israel prometió «aniquilar a Hamás» en represalia por el ataque en su territorio el 7 de octubre, en el que los combatientes islamistas mataron a 1.400 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240.
El ejército israelí bombardea desde entonces la Franja donde, según el Ministerio de Salud del enclave gobernado por Hamás, han muerto al menos 10.569 personas, entre ellas más de 4.000 niños, cifras no verificadas.
Numerosos actores reclaman un alto el fuego humanitario en el territorio, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este miércoles su negativa a concederlo sin la liberación de los rehenes.
«Quisiera poner fin a todo tipo de falsos rumores que nos llegan de todas partes y reiterar algo con claridad: no habrá un alto el fuego sin la liberación de nuestros rehenes», insistió.
Una fuente cercana a Hamás indicó a Afp que Catar media para obtener la liberación de 12 rehenes, seis de ellos estadounidenses, a cambio de una «tregua humanitaria de tres días».
Las discusiones tropiezan por el momento en la «duración» de la tregua y la inclusión en ella del norte de la Franja, donde se centra la ofensiva israelí, precisó esa fuente.
Según un nuevo balance de las autoridades israelíes el miércoles, todavía hay 239 personas retenidas en Gaza.
«No podíamos soportarlo más»
A los bombardeos practicados desde el ataque de Hamás, Israel le sumó el 27 de octubre una ofensiva terrestre que, según su ejército, le permitió entrar «profundamente» en la ciudad de Gaza.
En una incursión al epicentro de los combates organizada por el ejército, cuyas imágenes fueron sometidas a la censura militar, la Afp observó palmeras quemadas, farolas torcidas o paneles de señalización deformados a lo largo de la carretera que bordea la costa.
«Hemos perdido algunos soldados, hemos sufrido algunas pérdidas, pero seguimos adelante», asegura el comandante Ido al frente de esta incursión para la prensa. «Estamos aquí hasta el final», afirmó.
La ONU cifra en millón y medio el número de personas desplazadas desde el inicio de la guerra en el interior del enclave palestino, poblado por 2,4 millones.
«Tomamos la decisión de marchar porque los bombardeos eran muy intensos», dijo a la Afp Ehsan Abu Salem, mostrando a su hijo de dos meses. «Los niños y las mujeres están aterrorizados y no podíamos soportarlo más».
Desde hace casi un mes, el territorio palestino se encuentra asediado, sin acceso a agua, comida, medicamentos ni electricidad y dependiente de los escasos convoyes de ayuda que entran por el punto fronterizo de Rafah desde Egipto.
Por ese paso también fueron evacuados decenas de heridos palestinos, pero estos traslados fueron suspendidos el miércoles, dijo un responsable palestino.
Territorio «desmilitarizado»
Todavía en medio de la operación terrestre, Israel ya medita qué hacer con este territorio cuando consiga su objetivo de «aniquilar» a Hamás.
Netanyahu propuso el martes asumir «la responsabilidad general de la seguridad» de forma indefinida, aunque su gobierno matizó el miércoles que era «muy prematuro» abordar futuros escenarios, pero afirmó que el territorio debía ser «desmilitarizado».
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, señaló que la presencia en Gaza del ejército israelí «no debe ser una solución a largo plazo».
Pero «justo después del conflicto parece muy plausible que al menos por un cierto periodo el ejército israelí se quede en Gaza para gestionar las consecuencias inmediatas de posguerra y la situación de seguridad», agregó.
El conflicto repercute también en Cisjordania y en los países vecinos del Líbano y Siria. En este último, tanto Israel como Estados Unidos practicaron en la víspera sendos bombardeos contra posiciones de grupos respaldados por Irán.