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Silvia Mercado

Bullrich y Macri: la sobriedad de Milei en el debate conectará con los argentinos cansados con la politiquería

Milei se mantuvo sereno en su eje en contra del objetivo central de Massa quien de todos los modos posibles buscó instalar la idea de un opositor con poca estabilidad emocional

En la misma noche del debate presidencial entre Sergio Massa y Javier Milei, donde el liberal libertario hizo un pobre papel frente al ministro de economía, El Debate quiso saber cómo lo había visto Patricia Bullrich, la candidata que no llegó al balotaje que se realizará el próximo 19 de noviembre y que anunció su respaldo a Milei.

«Hay un antecedente entre Felipe González y José María Aznar, donde Felipe mostró su gran capacidad dialéctica, su calidad como político profesional. José María Aznar tenía su primera presentación. Y estuvo austero, simplón. Felipe lo dio vuelta. La prensa lo mató a Aznar y lo dio como ganador a González. Al otro día salieron las encuestas, y Aznar había ganado por amplísima diferencia: el resultado es que la gente vio a una persona simple, con ganas de cambiar España frente a un ‘politiquero’. Finalmente, el hombre austero y simple le ganó al lenguaje floripondioso», recordó Bullrich.

El expresidente argentino, Mauricio Macri, también aceptó una consulta de este medio. Vio el debate en Chile, y aunque no ocultó cierta decepción por la diferencia que marcó el peronista Massa frente a su rival opositor, expresó que se trató de un duelo entre «un psicópata profesional de esto (la política), muy entrado al detalle, contra un idealista auténtico, sin suficiente preparación».

Efectivamente, los medios más y menos críticos del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner coincidieron en sus tapas en dar a Massa como ganador del debate. Expusieron la incapacidad de Milei de poner contra las cuerdas a quien llevó la inflación de 7,4 % mensual desde el día que asumió a 12,7 % en septiembre (a pesar de haber prometido que a esta altura estaría en menos de 3 % mensual), lo que supone un 140 % anual.

Y a lo sumo reconocieron que Milei alcanzó el objetivo de mantenerse en eje, en contra del objetivo central de Massa, quien de todos los modos posibles buscó derrumbar al libertario, hacer una muestra en vivo y en directo de su poca estabilidad emocional.

«Massa quiere sacar de la cancha a Javier desde la primera vuelta. Instaló en muchos medios que analizaba bajarse de la contienda y hasta presionó a través de las redes que se venía un anuncio inminente, por eso nuestro objetivo era modesto, apenas seguir en la cancha», comentó un diputado nacional electo en diálogo con esta periodista.

Anticipó que «la campaña negativa contra Javier será brutal» en la última semana antes de votar.

En las escuelas públicas, en las universidades estatales, en la puerta de los hospitales, llaman a defender la democracia «contra el autoritarismo», donde cuelgan carteles llamando a «No votar por Milei» mientras docentes o personal auxiliar de la medicina entrega boletas de Massa.

Una carta que apareció ayer en el escritorio de los empleados del Ministerio de Salud con la firma de «otra trabajadora estatal», alertaba que «Milei y Villarruel ponen en peligro no solo nuestro trabajo, sino también la democracia. Todos los derechos que supimos conseguir se derrumbarían con sus propuestas de privatización y de odio. Venta de órganos y de niños, quita del subsidio del transporte (¡no sé cómo voy a pagar el boleto del tren!), y puedo seguir… Al final no son lo nuevo, vienen a destruir el país con los mismos siempre» dice uno de los párrafos de la misiva a la que tuvimos acceso.

También gobernadores e intendentes peronistas se pliegan a la campaña. Aseguran que no podrán pagar los sueldos si gana el libertario. Lo mismo dijo el gobernador de Jujuy y presidente de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales, ex candidato a vicepresidente que fue derrotado en las primarias ante la fórmula Bullrich-Luis Petri (dirigente radical).

Incluso un recientemente elegido gobernador, el cordobés y peronista moderado Martín Llayllora, se expresó a favor de Massa, a pesar de gobernar una provincia profundamente antikirchnerista. Antes lo habían hecho varios intendentes cordobeses, y todo indicaba que allí quedaría el respaldo a Massa en el segundo distrito con más electorales después de la provincia de Buenos Aires, pero la mala perfomance política de Milei en el debate aceleró los respaldos públicos al candidato oficialista.

Hasta el autárquico organismo de estadísticas, el INDEC, parece que le dio una ayuda al gobierno. El martes difundió su índice inflacionario para octubre, que «apenas» alcanzó a 8,3 % en el mes, algo menos que lo calculado por las consultoras privadas, en el orden del 10 %.

Claro que los expertos aseguran que los aumentos que fueron congelados este mes, serán trasladados para el mes siguiente. Pero está claro que lo que buscaba Massa era generar una sensación de «inflación a la baja» en la opinión pública en medio del incendio cotidiano que es la economía argentina.

Como sea, el candidato político nobel no aprovechó ninguna de las oportunidades discursivas que la durísima situación económica le brinda a cualquier dirigente opositor. Siempre estuvo a la defensiva, contestando las preguntas que un Massa «periodista» le hizo desde que comenzó el duelo, casi una entrevista del peronista al liberal libertario.