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Policía de fronteras de Finlandia en el paso fronterizo de VartiusAFP

A Rusia se le indigesta la gestión finlandesa de la crisis migratoria que el mismo Kremlin provocó

El Kremlin reaccionó con ira ante el cierre de pasos fronterizos entre Finlandia y Rusia, una medida que, tal vez, no se esperaba después de lanzar a cientos de inmigrantes sobre las fronteras finlandesas

El cierre anunciado por parte del gobierno finlandés la semana pasada de la mitad de sus pasos fronterizos con Rusia ha crispado a las autoridades del Kremlin.

La medida de Finlandia se debe al aumento de los intentos de asalto a la frontera por parte de inmigrantes ilegales procedentes de territorio ruso.

Según Helsinki, la crisis migratoria es fruto de una estrategia de guerra híbrida emprendida contra Finlandia por la decisión del país de incorporarse a la OTAN.

El gobierno finlandés denunció que los funcionarios rusos promueven que los inmigrantes procedentes de terceros países acudan de forma masiva a la frontera con Finlandia.

Una vez allí, ven que cruzar es imposible, pues no tienen los papeles de inmigración en regla para entrar en Finlandia, y tratan de volver a Rusia.

Pero, entonces, los guardias de fronteras rusos les impiden la marcha atrás y los empujan hacia el paso fronterizo para que traten de cruzar a Finlandia por la fuerza.

En una declaración del portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, difundida por medio de la agencia estatal TASS, se afirma que la decisión tomada por Finlandia «no causa más que un profundo pesar, porque desde hace mucho tiempo teníamos muy buenas relaciones con Finlandia, pragmáticas y basadas en el respeto mutuo».

Peskov denunció que Finlandia ha cambiado sus buenas relaciones con Rusia «por una posición exclusivamente rusófoba».

El portavoz del Kremlin también negó las acusaciones de instrumentalización de la inmigración efectuadas por el gobierno finlandés.

«No aceptamos tales acusaciones. Naturalmente, el cruce fronterizo lo usan aquellos que tienen derecho legal a hacerlo», se defendió.

El gobierno finlandés actúa con la vista puesta en la crisis migratoria que afectó en 2021 a los pasos fronterizos entre Bielorrusia y Polonia y las repúblicas bálticas.

Azuzada por Rusia, Bielorrusia fletó aviones desde países de Oriente Medio para traer a miles de inmigrantes procedentes de Irak, Siria o Afganistán, a los que forzó a avanzar en masa hacia las fronteras de la Unión Europea para asaltarlas.

Finlandia teme que el Kremlin esté aplicando ahora con Finlandia la misma estrategia para desestabilizar al país como represalia por abandonar su tradicional neutralidad.