La Eurocámara aprobará la propuesta de reforma que elimina el veto y arrasa con la soberanía de los países
Con este plan, se transferiría un gran número de competencias del nivel nacional al de la UE, creando un 'superestado'
El Parlamento Europeo se dispone a aprobar este miércoles 22 de noviembre un informe que propone modificar los tratados de la Unión Europea.
Esta reforma supondría la eliminación de los derechos de veto de los estados miembros, otorgando mayor poder a las instituciones de la UE. Se trata, según varios grupos parlamentarios, de una peligrosa acumulación de poder por parte de la Unión Europea.
Las propuestas provienen del llamado 'Grupo Verhofstadt', liderado por el eurofederalista Guy Verhofstadt del grupo liberal Renew. Con este plan, se transferiría un gran número de competencias del nivel nacional al de la UE. El sistema de votación por unanimidad, es decir, los derechos de veto de los estados miembros, sería casi completamente abolido, siendo reemplazado por votaciones por mayoría o mayoría cualificada.
La UE asumiría la responsabilidad exclusiva en temas como el medio ambiente, la salud pública, la industria y la educación. Habría competencias compartidas con los estados miembros en áreas como energía, asuntos exteriores, seguridad y defensa externas, y política de fronteras exteriores.
El Parlamento Europeo tendría más poderes, obteniendo pleno derecho de iniciativa legislativa y convirtiéndose en co-legislador para el presupuesto a largo plazo de la UE. La Comisión Europea, garante de los tratados, se politizaría más: pasaría a llamarse Ejecutivo Europeo, su presidente sería nominado por el Parlamento y no por el Consejo Europeo (los estados miembros), y este presidente elegiría a los miembros de la comisión (denominados Secretarios) basándose en preferencias políticas.
Superestado
Los co-ponentes también propusieron reescribir los valores fundamentales especificados en el Tratado de la Unión Europea, cambiando «igualdad entre hombres y mujeres» por «igualdad de género».
Los grupos liberales, verdes y de izquierda del Parlamento Europeo apoyan las propuestas, al igual que el Partido Popular Europeo, lo que hace muy probable que el informe sea aprobado.
Los proponentes del informe argumentaron en el debate plenario del Parlamento Europeo que las reformas son necesarias debido a las crisis que enfrenta la UE.
Guy Verhofstadt calificó los derechos de veto como «chantaje», criticando a algunos estados miembros, como Hungría, por usar su veto en temas como cuotas de migración y financiación a Ucrania. Gabriele Bischoff, socialdemócrata, también habló sobre la incapacidad de la UE para actuar de manera decisiva y rápida en un mundo en rápida evolución, por lo que se deben abolir los vetos y los «acuerdos dudosos».
Por otro lado, Jacek Saryusz-Wolski, eurodiputado del partido conservador polaco PiS, describió las propuestas como un intento de «secuestrar Europa» y crear «un superestado distópico que degrada a los países miembros al estatus de regiones».
Advirtió que las reformas favorecen a los estados más poblados y contrastan con el principio fundamental de la UE de igual representación. Cuatro de los cinco co-ponentes del informe son alemanes y las nuevas propuestas aumentarían los poderes de las instituciones, pero disminuirían los derechos de los países pequeños y medianos, como España.
Ryszard Legutko, copresidente del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), dijo que «el informe es la prueba viviente de lo peligrosa que se ha vuelto la UE». Advirtió que, de entrar en vigor las propuestas, la UE tendría instituciones capaces de imponer cuestiones morales y filosóficas a sus ciudadanos, y tendría instrumentos para castigar a aquellos con opiniones diferentes.
Pérdida de soberanía
La eliminación de los derechos de veto de los estados miembros y la transferencia de competencias a nivel de la UE significarían una pérdida de soberanía nacional para España. Con menos control sobre políticas clave como medio ambiente, salud pública, industria y educación, España podría verse obligada a aceptar decisiones que no se alineen con sus necesidades o prioridades específicas.
Además, el cambio de la votación por unanimidad a la mayoría disminuirá la influencia de España en la toma de decisiones de la UE, lo que resultará en que sus intereses sean superados por la mayoría colectiva.
Estas reformas también podrían provocar un desequilibrio de poder dentro de la UE.
El aumento de poderes para el Parlamento Europeo y la transformación de la Comisión Europea en un cuerpo más político podrían conducir a una centralización de la UE, socavando la representación equitativa y los diversos intereses de los estados miembros.
Además, estas propuestas generan preocupaciones sobre el control democrático, ya que España tendría menos capacidad de influir directamente en decisiones críticas.