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Inmigrantes a su llegada a la isla italiana de LampedusaEFE

Seguridad

Estos son los cinco puntos pendientes del nuevo pacto inmigratorio y de asilo de la UE

La presidencia española quiere que las negociaciones a tres bandas terminen antes de final de año para poder apuntarse un tanto

Los Veintisiete confían en que se llegue a un acuerdo esta misma semana para renovar el pacto de inmigración y asilo que permite hacer frente a los nuevos retos en este campo a los que se enfrentan los socios europeos. Fuentes del Consejo aseguran que todavía están en el aire cinco puntos.

Aunque políticamente se considera todo un paquete -cada punto depende de los demás-, en total son 9 campos. Los cinco pendientes son el reglamento de control previo de los ilegales que llegan a las fronteras exteriores (screening, como se denomina en inglés), la actualización del EURODAC (el sistema de identificación de huellas digitales), el reglamento de procedimiento de asilo (hasta ahora solo directiva), el reglamento de gestión (actualización del actual establecido en Dublín en 2013) y el reglamento en casos de crisis.

Salvando las distancias, es un sistema que se aplica a nivel interno en algunos de los Estados miembros como España pero que desea homogeneizarse a nivel comunitario con el fin de facilitar la gestión y la comunicación entre los socios para evitar tensiones internas.

Todas las propuestas pretenden establecer un procedimiento que sirva para crear un recorrido legal desde que llega el inmigrante a Europa hasta que termina el procedimiento, ya sea con la concesión de la protección o con el retorno y la expulsión consiguiente del inmigrante. Cada una de estas fases está conectada con la siguiente.

Control o screening

Aprobar normas generales a nivel europeo para el control previo de aquellos que llegan a Europa. Los socios han mostrado una gran preocupación por los atentados recientes. Que algunos como el terrorista de Bruselas estuviera fichado por la policía y con varias peticiones de asilo denegadas demuestra que algo está fallando.

Se quiere identificar quién llega, saber quién es quién. Una vez entra en el registro, se verifica que no haya ninguna amenaza a la seguridad. Es en este paso en donde se atiende, se identifica y se deriva al inmigrante en función del proceso que corresponda.

EURODAC

Para la identificación se le toman huellas dactilares, y aquí es donde entra este organismo que se pretende actualizar con una base común europea acorde a las legislaciones nacionales de protección de datos.

Es un sistema que ya existe, creado en 2013 en el acuerdo de Dublín para repartir a los solicitantes de asilo por toda Europa.

Se pretende mejorar la toma de datos, la consulta de estos por solicitud y conocer mejor cuál es la situación en todo momento a nivel europeo. Permite incluir alertas de seguridad.

Asilo

Existe ya una directiva al respecto pero se pretende pactar un reglamento que «armonice a nivel europeo todas las garantías».

Las fuentes consultadas admiten que los sistemas están colapsados por el abuso de ellos. En los últimos años no han parado de crecer las solicitudes de asilo por personas que en ningún momento están en riesgo.

«Ahora hay muchos retrasos en la tramitación», reconocen, y lo que se intenta es «combatir los abusos en los procesos de aquellos inmigrantes que no necesitan protección y se puedan destinar los recursos a aquellos que sí lo necesitan», explican.

Recientemente, Bélgica comunicó que no daba abasto y que aumentaba los requisitos de asilo, algo que fue echado para atrás tras ser denunciado por supuestamente violar los derechos humanos. En principio, y si se acepta esta modificación, todos los procesos de solicitud se verían endurecidos.

Gestión interna

El solicitante de asilo no tiene derecho a solicitarlo en cualquier país de la UE. «Ya existen para saber qué estado miembro es responsable de estudiar la solicitud de asilo», aseguran las fuentes del Consejo. «Lo que se pretende es modernizar el sistema de Dublín, ver dónde hay ineficiencias y solucionarlas», explican.

Por lo que parece, existe un consenso para aumentar el control fronterizo tener más herramientas que lo permitan. En las negociaciones Francia ha sido uno de los países que «más aprietan», pero depende de los temas que se traten en cada momento.

El canciller alemán Olaf Scholz ya reconoció en una entrevista en Der Spiegel que quería endurecer la política inmigratoria. Fuentes del Consejo afirman que «hay una preocupación muy clara porque el sistema que cerremos se pueda aplicar en la práctica». Y aquí se aprecia de nuevo las dos Europas: los Estados del sur piden procedimientos lo antes posible; los del centro y el norte de quieren mayor control posterior. Sea como sea, ambos objetivos se retroalimentan.

Aunque niegan que «no se trata de endurecer» la política inmigratoria para aligerar la presión sobre el continente, en la práctica así será porque permitirá establecer unos protocolos mucho más claros de los que existen en este momento para forzar retornos de inmigrantes.

Según la ley actual, el plazo es de 12 semanas máximo para ejecutar una orden de retorno, aunque luego entra en juego «la dimensión exterior» que es parte del pacto pero no entra dentro del paquete ya que implica a terceros países.

Situaciones excepcionales

El Parlamento prevé una ampliación para ese retorno de cuatro semanas y el Consejo quiere que sean ocho. Aun así, cada Estado debe tener el visto bueno para aplicar el protocolo de crisis. La batalla entre las instituciones también se da aquí. El Consejo defiende que deben ser ellos quienes den ese visto bueno, mientras que el Parlamento y la Comisión defienden su papel en este ámbito.

España es uno de los países que se encuentran de manera constante bajo fuertes presiones inmigratorias por su situación geográfica y desde el Consejo aseguran que «hay que gestionarla como parte del día a día».

Lo que parece que está claro es que quieren evitar colapsos como los de 2015 con la guerra de Siria y los más recientes con la invasión de Ucrania por Rusia que produjo una diáspora de siete millones de ucranianos.

Este jueves se seguirá discutiendo entre las partes pero, por ahora, la propuesta de EURODAC es la más avanzada. «Se trata de generar incentivos para que todos los Estados miembros contribuyan», aseguran.