Reunión Consejo
La comisaria de Interior de la UE advierte del riesgo de atentado al mismo tiempo que pide más inmigración
El ministro de Interior español, Fernando Grande-Marlaska, ha presidido la reunión de homólogos europeos
Este martes ha tenido lugar la última reunión del consejo de Interior de la Unión Europea de la presidencia española. Sobre la mesa estaba la reforma del marco sobre inmigración y asilo y la ampliación del espacio Schengen para incluir a Rumanía y Bulgaria.
Como se pudo conocer hace unos días, el ministro de Asuntos de Exteriores de España José Manuel Albares amenazó a ambos países con vetarlos en el espacio Schengen si no apoyaban la inclusión del catalán en la UE como idioma oficial.
Ambos mandatarios han asegurado que la ampliación va por buen camino y que tienen «buenas sensaciones».
Sorprendió que la comisaria de Interior, Ylva Johansson, alertase sobre el «enorme riesgo» de posibles atentados en la Unión Europea durante las Navidades debido a la polarización en la sociedad europea de la guerra entre Israel y Hamás.
No parecía que este martes fuese el mejor momento para sacar este tema, sobre todo cuando en la reunión de ministros se quería avanzar en el cierre del nuevo marco migratorio europeo.
Ante el aumento del nivel de amenaza ha dejado claro que «es una competencia nacional» y que se debe luchar contra el «antisemitismo y antiislamismo» que crecen.
A preguntas de El Debate sobre la protección de los cristianos, ausentes en toda la retórica europea, el ministro Grande-Marlaska se ha apresurado a asegurar que «nuestra lucha contra el delito de odio es contra todos los colectivos» porque «se protege la diversidad».
Sobre las redes sociales, considera que son «la antesala de un delito de odio en el mundo material» y que la UE las monitoriza con esmero.
Marco de inmigración y asilo
La presidencia española está necesitada de triunfos en Bruselas y dejar visto para negociaciones entre Consejo, Comisión y Parlamento la propuesta de reforma del marco de inmigración y asilo de la UE sería uno de ellos. «Tras casi ocho años debatiendo sobre un nuevo marco, nos encontramos más cerca», ha asegurado el ministro.
Ambos representantes confían en que ambos temas estén solventados antes de final de año pero todavía «quedan por cerrar los últimos flecos y ajustes técnicos» pero ha asegurado que «existe un compromiso pleno y firme» al respecto.
Por parte de la Comisión, la comisaria de Interior Johansson ha felicitado a la presidencia española por «un consejo muy constructivo» bajo la batuta de la Moncloa.
Austria ha sido este martes uno de los que más reservas ha planteado. La negativa conjunta de Hungría y Polonia a una cuota de inmigrantes en la reunión del Consejo en Granada limó las propuestas más radicales.
El enfoque aportado por Ursula von der Leyen desde Lampedusa cuando visitó la isla de mano de Giorgia Meloni es hacer lo posible para convertir la inmigración ilegal en legal.
Johansson dio cifras: el año pasado entraron de manera oficial 330.000 ilegales en toda Europa. Se contabilización más de un millón de solicitudes de asilo por lo que extrae que hubo gran cantidad de ellos que la pidieron en dos o tres ocasiones.
Legalmente, entraron un total de 3,5 millones de inmigrantes por vía legal, de los cuales 1,2 entraron en espacio europeo con trabajo.
«Si miramos el mercado de trabajo, necesitaremos que venga gente, más gente joven, más mujeres trabajando a tiempo completo y, aun así, no será suficiente», ha asegurado en rueda de prensa al ser preguntada sobre las estrategias para disminuir la inmigración.
«Necesitamos un incremento significante de inmigración para cubrir las necesidades del mercado laboral», ha asegurado. Bruselas confirmó que no quiere reducir la inmigración, sino ampliarla.
Por su parte, Grande-Marlaska ha señalado que la Unión se centra «en la dimensión exterior con políticas de desarrollo reales sostenidas en el tiempo».
«En pocos años África va a duplicar su población y la renta per cápita es 10 veces inferior a la europea», ha explicado. «Lo que tenemos que trabajar es en cooperar y colaborar con ellos para que puedan tener una vida digna en sus países».
La estrategia tiene dos pilares: por un lado, desarrollar terceros países para reducir la presión inmigratoria; por otro, aumentar las vías para convertir la inmigración ilegal en legal y seguir ampliando la cuota de inmigración. El Gobierno durante la anterior legislatura fijó el listón deseable en 250.000 personas anuales solo en España.