La violencia sexual, uno de los crímenes de guerra cometidos por Hamás contra Israel
El tema de los crímenes sexuales cometidos por Hamás en la masacre del 7 de octubre es uno de los más espeluznantes de todo ese horror. No se limita a lo hecho ese «sábado negro», sino también a una estremecedora convicción: que las mujeres aún secuestradas en manos de los terroristas, son víctimas de violaciones y vejaciones, y que es por eso por lo que que Hamás se niega a liberarlas: para que no puedan contarlo.
Es más: este tema fue mencionado este martes también en una reunión de familiares de secuestrados aún en la Franja de Gaza, con el gabinete de guerra israelí.
El 7 de octubre fue una fecha horripilante que incluyó numerosos crímenes sexuales por parte de Hamás. Son numerosos los testimonios recabados por supervivientes, más que nada de la fiesta en Reím, que presenciaron horrores, así como también de rescatistas que llegaron al lugar y contaron después en qué estado hallaron a los cuerpos sin vida. Hay incluso testimonios de violaciones de jóvenes ya asesinadas y de asesinatos cometidos durante la violación, así como de violaciones colectivas.
En algunos de los interrogatorios de los terroristas capturados vivos en el sur de Israel, estos dijeron claramente que llegaron con instrucciones de violar, de «ensuciar» a las mujeres y hacer con ellas «lo que queramos».
La Policía israelí, a través de su unidad de investigaciones especiales 443, ya ha recabado 1.500 testimonios de supervivientes, médicos y rescatistas, sobre los horrores de los crímenes sexuales.
Para denunciar todo esto se presentó ante las Naciones Unidas Yael Richert, oficial de la Policía israelí, compartiendo precisamente el resumen de los testimonios.
El lunes, casi al cumplirse dos meses desde la masacre cometida por los terroristas de Hamás en el sur de Israel, se llevó a cabo frente a la sede de Naciones Unidas una manifestación cuyo punto central fue la denuncia contra Hamás por los crímenes sexuales cometidos el 7 de octubre.
Allí habló la Dra. Cochav Elkayam-Levy, del Instituto Davis de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, creadora de la comisión civil sobre los crímenes cometidos contra mujeres y niños. Desde esa iniciativa, su trabajo no ha cesado de crecer debido al continuo flujo de testimonios del horror.
«Desde el 7 de octubre, me encontré en una posición que nunca solicité para mí misma: ser una voz para aquellos que han permanecido sin voz, que han sido silenciados por actos inimaginables de violencia», prorrumpió ante la ONU.
«Entendí que estamos siendo testigos de un capítulo en la historia de la humanidad y de nuestro pueblo que será marcado en nuestras almas para las generaciones venideras, y que necesita ser documentado. Necesita ser amplificado, no sólo por el bien de las mujeres en Israel sino por todas las mujeres de mundo, para que ninguna mujer vuelva a soportar el dolor de la instrumentalización de nuestros cuerpos».
Elkayam-Levy recalcó la actitud condenable de la ONU y diferentes instituciones mundiales, que no reconocieron lo sucedido y los crímenes de Hamas.
«Las mujeres israelíes son objeto de una negación internacional colectiva, la misma que se inflige a las víctimas individuales de violencia sexual: cuestionando y deslegitimando sus experiencias. ¡Esto retrocede décadas a los movimientos feministas y de Derechos Humanos», aseguró.
Condenó «el silencio y la inacción» de parte de quienes deberían justamente proteger a las mujeres en la guerra, asegurando que quien actúa de esa forma no está siendo meramente indiferente sino en la práctica, colaborando activamente con el antisemitismo.
«Cuando las instituciones globalmente encargadas de proteger a las mujeres permanecen en silencio, no solo el Derecho Internacional pierde significado, sino que los valores fundamentales de la humanidad pierden significado», señaló, afirmando que «la legitimidad de estas instituciones globales debe ser cuestionada».
A fondo, la descripción del horror
Hace pocas semanas tuvo lugar una rueda de prensa virtual organizada conjuntamente por Media Central y el Jerusalem Press Club –con participación de El Debate– en la que habló la profesora Elkayam Levy, especializada en Derecho Internacional Humanitario. «No hay ninguna duda de que aquí fueron cometidos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Las atrocidades masivas ocurridas en Israel son indudablemente una violación del Derecho Internacional y el Derecho Internacional humanitario», recalcó.
Un elemento que resulta especialmente chocante en cuanto al silencio del mundo, es el hecho que los propios terroristas documentaron y distribuyeron miles de vídeos de sus propias atrocidades.
Las duras evidencias
La Dra. Cohan Elkayam Levy explicó que la primera evidencia de lo ocurrido surgió en la misma mañana del sábado 7 de octubre cuando aún tenía lugar la masacre, al compartir Hamás imágenes, fotos y vídeos, de lo que estaba ocurriendo. Los propios terroristas lo subieron a las redes. «Eso incluía imágenes de vídeo, por ejemplo, de una joven mujer israelí en el festival musical, desnuda, tirada en el suelo mientras terroristas de Hamás la violaban y hacían todo tipo de horrores imposibles de contar», reveló.
Según relató, algunos de esos vídeos fueron enviados sádicamente por Hamás a las familias de las víctimas usando sus propios teléfonos móviles.
La segunda etapa fueron los informes de los testigos, múltiples supervivientes del festival Nova, contando que mientras se escondían entre los arbustos para salvar sus vidas, veían a mujeres siendo violadas.
Hubo testimonios de violaciones no solamente en el festival Nova sino también de diferentes kibutzim.
Otra dimensión la daban los cuerpos de las víctimas, según los relatos de los rescatistas que llegaron a los escenarios del horror. Encontraron numerosos cuerpos desnudos de la cintura para abajo. Cuerpos con las piernas abiertas, mujeres evidentemente abusadas violentamente y luego asesinadas, o mujeres mutiladas y heridas en sus genitales, dejadas tiradas a morir, así como también cuerpos desnudos parcialmente incinerados.
También estaban los testimonios de los equipos de emergencia que lograron llegar a los lugares atacados. Un paramédico fue testigo de una adolescente de 14 años violada en su casa en el kibutz Beeri. La halló asesinada en el suelo de su habitación, desnuda de la cintura para abajo, con las piernas abiertas, en un charco de su propia sangre.
Otro capítulo son los testimonios de los forenses, de aquellos que tuvieron que lidiar con los cuerpos de mujeres de distintas edades. Encontraron mujeres sangrando y con la pelvis rota por la violencia de las violaciones.
«La dimensión y la brutalidad de los crímenes sexuales y de género cometidos por Hamás es avasallante», aseguró . Y cuanto más aterrador fue el crimen, más pecaminoso el silencio de todos los que ponen en duda lo que dice Israel y abrazan las mentiras de los terroristas de Hamás.