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Una mujer pasa junto a una imagen de billetes de cien dólares estadounidenses en Buenos AiresAFP

Argentina

¿Qué implica la devaluación del 50 % del peso argentino?

Con reservas monetarias en niveles críticos, el objetivo del Gobierno argentino parece ser incentivar el ingreso de divisas por la vía de exportaciones

El Ejecutivo del recién investido presidente de Argentina, Javier Milei, anunció ayer su plan de emergencia económico para el país. Un anuncio que generaba tanto miedo como expectación. La hoja de ruta plantea diez medidas estrella que tienen el objetivo de «neutralizar la crisis y lograr estabilizar las variables económicas», según explicó el ministro de Economía argentino, Luis Caputo.

Entre las más llamativas se encuentra la decisión en torno al cambio oficial que pasa de 400 pesos por dólar estadounidense a 800 pesos por unidad, lo que implica una devaluación del peso argentino del 50 %. Caputo defendió que este nuevo tipo de cambio oficial dará a los sectores productivos los «incentivos adecuados para aumentar su producción», especialmente al sector exportador.

Con reservas monetarias en niveles críticos, el objetivo del Gobierno argentino parece ser incentivar el ingreso de divisas por la vía de exportaciones. En este escenario, anunció un aumento provisional de los impuestos a las importaciones y de los derechos de exportación de productos no agropecuarios.

El país sudamericano, gran productor de cereales, lucha contra una inflación del 150%, las reservas del Banco Central en números rojos y dos quintas partes de la población en niveles de pobreza. El país tiene un préstamo con el Fondo Monetario Internacional de 44.000 millones de dólares.

«La génesis de nuestros problemas ha sido siempre fiscal», enfatizó el ministro de Economía, quien sostuvo que el país debe solucionar su «adicción» al déficit en las finanzas públicas, y anunció también que reducirán los subsidios a la energía y al transporte, entre otras medidas de austeridad. «Si seguimos como estamos, vamos inevitablemente camino a una hiperinflación», advirtió.

El Gobierno mantiene, por ahora el sistema de control de divisas que rige desde 2019, con una decena de tipos de cambio diferentes.

Milei, un economista de 53 años que durante la campaña blandía una motosierra para simbolizar su idea de recortar el gasto público, asumió el Gobierno el pasado domingo y aseguró que el país necesita un tratamiento de «shock» para superar la crisis, y descartó cualquier «gradualismo». El mandatario se propone realizar un ajuste fiscal equivalente a 5 % del Producto Interno Bruto.

«Hoy el Estado sostiene artificialmente precios bajísimos en tarifas energéticas y transporte a través de estos subsidios», sostuvo el ministro en alusión al dinero que gasta el erario público en mantener precios reducidos para varios sectores de consumo.

«Pero estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación. Lo que te regalan en el precio del boleto te lo cobran con los aumentos en el supermercado. Y con la inflación, son los pobres los que terminan financiando a los ricos», aseguró Caputo.

Las medidas de austeridad incluyen, además, la reducción del tamaño del Estado, y la paralización de las iniciativas de obra de infraestructura financiada con fondos públicos que todavía no hayan comenzado. A partir de ahora, explicó Caputo, la obra pública se financiará con fondos privados.

El FMI respalda las medidas

El Fondo Monetario Internacional mostró sus respaldo al plan de emergencia económico de Milei, tras conocer las diez medidas. «Acojo con satisfacción las medidas», declaró la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, en un comunicado, describiéndolas como un «paso importante hacia el restablecimiento de la estabilidad y la reconstrucción del potencial económico del país».

El FMI calificó las medidas de «audaces» y aseguró que «ayudarán a estabilizar la economía y sentar las bases de un crecimiento más sostenible y liderado por el sector privado» tras los «graves reveses políticos» de los últimos meses.