Texas asume competencias fronterizas que corresponden a Washington y expulsará a inmigrantes
El desafío del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, anuncia un choque institucional con el gobierno federal sin precedentes
Crece la tensión interna en Estados Unidos por la polémica suscitada entre el Partido Republicano y el Demócrata por la cuestión del control de fronteras.
El asunto ya ha hecho descarrilar el vital nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, cuya aprobación los senadores republicanos han vinculado con la reforma de la política migratoria estadounidense, algo a lo que el presidente Joe Biden se niega.
Ahora, el gobernador del Estado de Texas, Greg Abbott, ha ido un paso más allá y se ha enfrentado de forma frontal contra la Casa Blanca al aprobar una ley que autoriza a la policía a arrestar a inmigrantes que hayan accedido ilegalmente al territorio texano.
«Detendré la ola de entrada ilegal a Texas», afirmó. La ley entrará en vigor el próximo mes de marzo.
La ley, sin embargo, roza el conflicto administrativo con el gobierno federal, lo que podría llevar a la Casa Blanca a impulsar contra Abbot un proceso judicial por invasión de competencias, ya que la política migratoria y fronteriza depende de Washington.
De hecho, como recuerda la BBC, varios tribunales estadounidenses han concluido que el cumplimiento de las leyes de inmigración es competencia del gobierno federal.
Greg Abbott emprendió una cruzada personal contra la política federal migratoria. La ley para detener inmigrantes es la guinda, pero ya antes había provocado un choque institucional con Washington al trasladar en autobuses a miles de inmigrantes a ciudades de Estados Unidos gobernadas por demócratas.
Abbott tomó esa iniciativa de forma individual, sin consultarla ni coordinarse con las autoridades de las ciudades y territorios a los que trasladaba a los inmigrantes.
También llegó a instalar defensas de alambre de púas y boyas gigantes en el río Bravo, que marca el término fronterizo entre Texas y México.
Asimismo, la ley, denuncian los demócratas, tendrá un efecto disuasor sobre aquellos inmigrantes que hayan sido víctimas de delitos a la hora de acudir a comisaría a denunciar por el miedo a ser detenidos.
Una vez detenidos por la policía, los detenidos tendrían dos opciones: o aceptar una orden judicial de expulsión, o ser procesados por delitos de entrada ilegal en el país.
Los inmigrantes que entren ilegalmente a Estados Unidos pueden afrontar penas de cárcel –hasta 20 años dependiendo de los antecedentes penales– o multas de hasta 2.000 dólares.
Abbott, alineado con el expresidente Donald Trump en materia migratoria, se ha mostrado partidario en varias ocasiones del muro que el exmandatario republicano quería construir en la frontera de Estados Unidos con México.
También se ha expresado partidario de proceder a expulsiones masivas de inmigrantes ilegales.