El conflicto entre Irán y Estados Unidos se traslada al campo de batalla iraquí
La guerra entre Israel y Hamás ha provocado que los mayores miedos de Estados Unidos en Oriente Próximo sean ya una realidad. El Pentágono había advertido de que la amenaza contra bases e intereses del país norteamericano en países como Irak o Siria se había elevado desde el inicio de la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza.
Unas predicciones que han resultado ser totalmente certeras. Las milicias proiraníes, radicadas en varios países de la región, han demostrado su apoyo a Hamás lanzando ataques contra intereses israelíes o estadounidense. Hezbolá, en el Líbano, atacó Israel como muestra de solidaridad a la organización islamista, el día después de que esta perpetrara el atentado terrorista contra el Estado judío, el pasado 7 de octubre.
Los hutíes de Yemen han lanzado una ofensiva contra todo aquel buque que tenga algún tipo de relación con Israel, amenazando la seguridad de una de las principales vías marítimas para el comercio mundial. En Siria e Irak también se han registrado ataques contra bases o intereses estadounidenses. Pero la tensión en la región alcanzó, el martes, su máximo cuando Estados Unidos atacó, deliberadamente, a grupos proiraníes en Irak, concretamente a Kataib Hezbolá, en represalia por un ataque con dron que hirió a tres soldados estadounidenses.
Tras el incidente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no dudó y dio luz verde al bombardeo contra tres bases utilizadas por las milicias iraquíes para operar aeronaves no tripuladas. Aunque la Casa Blanca no ha ofrecido número de bajas, Irak sí lo ha hecho. Según el Gobierno iraquí, el ataque acabó con la vida de una persona mientras que otras 18 resultaron heridas, entre ellas varios civiles.
Bagdad ha elevado el tono contra la actuación de Estados Unidos y ha condenado el ataque, que ha calificado de «hostil». «El Gobierno de Irak condena lo ocurrido la madrugada de hoy –martes–, en el que instalaciones militares iraquíes fueron atacadas por la parte estadounidense con el pretexto de respuesta, lo que provocó el martirio de un miembro y heridas a otras 18 personas, incluidos civiles», han denunciado en un comunicado.
Asimismo, Irak también ha considerado «inaceptables» las «agresiones contra sedes de las misiones diplomáticas extranjeras» y las «bases con presencia de asesores militares de países amigos». Por ello, desde Bagdad insisten en que son conscientes de la presencia de estos grupos proiraníes en el país y confiesan que sus actividades ya «han sido diagnosticados previamente como actos hostiles, que afectan a la soberanía del Estado iraquí y es inaceptable que se cometan bajo cualquier circunstancia o bajo cualquier nombre o justificación».
Irak vuelve a convertirse en un simple tablero de juego de una guerra sucia entre Estados Unidos e Irán. Según datos ofrecidos por la Casa Blanca, la Resistencia Islámica en Irak, respaldada por la República Islámica, ha reivindicado ya más de 80 ataques contra objetivos estadounidenses en Siria e Irak desde mediados de octubre, como muestra de su apoyo a Hamás en Gaza. Pero el aumento de la tensión no solo se siente en Irak. Siria ha sido también escenario de una venganza israelí, principal aliado de Estados Unidos en Oriente Medio, contra Irán.
El campo de batalla sirio
Un bombardeo israelí contra una localidad próxima a Damasco, la capital de Siria, acabó con la vida de un alto oficial de la Guardia Revolucionaria de Irán, este lunes. A falta de una semana para que se cumpla el aniversario de la muerte del poderoso general iraní Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Teherán ha confirmado el fallecimiento de Sayed Razi Moussawi, que fue durante mucho tiempo un estrecho colaborador de Soleimani. Este último fue asesinado en un taque con drones estadounidenses, en el aeropuerto de Bagdad, en enero 2020, dirigido por el expresidente Donald Trump.
La eliminación de Moussawi busca mandar dos mensajes. Israel se mantiene alerta y, aunque ahora mismo está centrada en su guerra contra Hamás, tampoco pierde de vista la amenaza que representa Irán en Oriente Medio. Por su parte, Teherán ya ha advertido al país hebreo de que «pagará» por la muerte del comandante iraní. «Israel debe esperar la cuenta atrás de la dura respuesta iraní», declaró el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, en su cuenta de X (antes Twitter).
Israel es consciente de que la guerra en Gaza ha abierto nuevos frentes. El propio Gobierno israelí ha reconocido que tiene que hacer frente a las reacciones de varios países de la región. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, resumía así la situación que vive el Estado judío: «Estamos bajo ataque en varios frentes: Gaza, Líbano, Siria, Cisjordania, Irak, Yemen e Irán. Y hemos respondido ya en la mayoría de ellos».