El riesgo, motivo clave por el que Italia, Francia y España no participarán en la operación del Mar Rojo
Italia, Francia y España han elegido no participar en la misión naval estadounidense en el Mar Rojo, motivados por consideraciones de política exterior, intereses estratégicos y temores de escalada del conflicto
Italia, Francia y España han decidido no participar en la operación naval «Guardián de la Prosperidad» liderada por Estados Unidos en el Mar Rojo. Esta controvertida decisión, que enfría sus alianzas con el país norteamericano, la UE y la OTAN, se basa en varias consideraciones clave relacionadas con la política exterior, los intereses estratégicos, y las preocupaciones sobre la escalada del conflicto y sus posibles repercusiones.
En su política exterior, Italia, Francia y España temen ser percibidos como beligerantes o alineados unilateralmente con intereses que podrían interpretarse como pro-Israelíes o anti-iraníes, sobre todo en el caso del Gobierno español y sus interacciones con Hamás.
Son países que prefieren operar bajo mandatos de organizaciones internacionales como la OTAN o la UE, evitando acciones que puedan ser vistas como unilaterales o en alianza directa con Estados Unidos. Esta posición busca mantener un equilibrio y evitar antagonismos en conflictos internacionales; por eso, España afirmó inicialmente que solo se uniría a la misión bajo el amparo de la UE, aunque luego no lo hizo.
Hay una preocupación profunda de que la participación en la operación pueda agravar el conflicto en toda la región. Un despliegue a gran escala en el Mar Rojo podría llevar a una mayor intervención de Irán y aumentar así la inestabilidad regional. Por eso, Italia, Francia y España quieren evitar acciones que puedan empeorar la frágil tregua entre Arabia Saudí y los hutíes.
Intereses nacionales
Los intereses estratégicos y económicos de estos países en la región no se alinean completamente con los de Estados Unidos. España y Francia tienen operaciones militares propias, como la Operación Atalanta y la Operación Agenor, centradas en garantizar la libertad de navegación y proteger contra la piratería, pero con objetivos distintos a los de la operación estadounidense.
Además, existe el temor de que el conflicto se extienda y tenga consecuencias más amplias, incluyendo impactos en el comercio marítimo y la estabilidad regional. Por eso, París Roma y Madrid están evaluando cuidadosamente el impacto de su participación en el ámbito de las relaciones internacionales y seguridad global.
En el caso de España, el gobierno de coalición tiene particularidades políticas internas que influencian su postura. La participación en una operación liderada por EE.UU. podría ser vista como un posicionamiento político que el Gobierno de Sánchez y sus aliados de Sumar prefieren evitar, especialmente en relación con el conflicto en la Franja de Gaza y su apoyo ambiguo e insuficiente Israel.
El Ministerio de Defensa de España ha enfatizado en un comunicado la importancia de crear una misión europea específica para garantizar la seguridad del tráfico marítimo en el Mar Rojo.
Insisten en que, para lograr la máxima eficacia, es necesario un enfoque coordinado acordado por la UE. Además, España ha negado cualquier veto a una misión de la UE en el Mar Rojo, después de haber bloqueado la decisión de modificar el mandato de la operación naval 'Atalanta' para contribuir a la misión de EE.UU.