Momento del rescate de Kai Zhuang en una montaña de Utah
Rescatan en EE.UU. a un estudiante chino víctima de un «cibersecuestro» aislado en una montaña de Utah
Los padres llegaron a pagar 80.000 dólares a los estafadores convencidos de que su hijo estaba secuestrado
El secuestro cibernético, una extraña modalidad de secuestro en la que los criminales hacen creer a la víctima y sus familiares que sus vidas corren peligro, se ha vuelto una plaga entre los ciudadanos chinos residentes en Estados Unidos.
La modalidad de secuestro no es en absoluto sencilla, y está más cerca de la estafa que del secuestro real. Los secuestradores logran convencer a su víctima de que se aísle en algún lugar inaccesible con amenazas, muchas veces infundadas.
Una vez aislado, los secuestradores controlan a la víctima por medio del teléfono móvil, sin entrar nunca en contacto con él. Es el mismo secuestrado el que envía a su familia fotografías y vídeos de su falso secuestro, que tanto él como los familiares creen que es real.
A continuación, para poder liberar a su ser querido, exigen el ingreso de una potente suma de dinero en una cuenta situada en China.
Exactamente eso es lo que le sucedió a Kai Zhuang, un adolescente chino de 17 años estudiante de intercambio en Estados Unidos.
La policía lo localizó en una zona montañosa del Estado de Utah, mal abrigado en medio de temperaturas bajo cero, metido en una tienda de campaña, hambriento y al borde de la hipotermia.
Según la policía, Zhuang habría accedido él solo hasta el lugar donde fue encontrado después de ser engañado por estafadores cibernéticos.
La alarma saltó después de que sus padres se comunicaran desde China con las autoridades estadounidenses para denunciar que habían recibido una fotografía de su hijo supuestamente secuestrado y una demanda de rescate.
Sin embargo, la denuncia llegó demasiado tarde: ya habían llegado a pagar hasta 80.000 dólares en varias cuentas en China para lograr la liberación de su hijo que, en realidad, no se encontraba retenido por ningún secuestrador.
Lo que sí cree la policía es que los criminales mantenían vigilado a Kai desde al menos el 20 de diciembre. Ese día, policías de Utah vieron al joven portando equipo de acampada. La actitud del joven les pareció sospechosa, por lo que lo mandaron de vuelta a Riverdale, donde reside con su familia de acogida. Sin embargo, Kai en aquel momento no denunció ningún chantaje.
La policía detectó inmediatamente la estafa, el falso secuestro. Sin embargo, se puso en marcha un operativo para localizarlo ante el riesgo de que el joven muriera congelado durante la noche.
Fue localizado el 2 de enero, a 40 kilómetros de su casa de acogida en Riverdale, sin apenas equipo para combatir el frío, ni comida. Lo que sí encontraron fue varios teléfonos, empleados presuntamente por los falsos secuestradores para controlar a la víctima.
