Los antecedentes internacionales quitan la razón al PSOE: en democracia se apalean piñatas de políticos
Los antecedentes internacionales quitan la razón al PSOE: el apaleamiento de muñecos de políticos es habitual en varias democracias
El PSOE ha encontrado su mejor baza para tratar de impedir a la desesperada el esperable batacazo electoral en las próximas elecciones gallegas, catalanas y vascas.
Aseguran que incita al «magnicidio»
El PSOE denuncia ante la Fiscalía la piñata de Ferraz como delito de odio e injurias y señala a Vox
El apaleamiento de una piñata con el aspecto –no demasiado logrado, todo hay que decirlo– de Pedro Sánchez en Nochevieja en Ferraz se ha convertido por obra y gracia de Ferraz en prácticamente un asunto de seguridad nacional.
Según anunció hoy el PSOE, los servicios jurídicos del Partido Socialista han presentado ante la Fiscalía General del Estado una denuncia por delitos penales de injurias, delito de odio, manifestación ilícita y amenazas.
Sin embargo, la denuncia del PSOE, además de tener un dudoso recorrido, muestra una vez más los tics autoritarios del gobierno.
Hay argumentos tanto en el ámbito nacional como en el nacional. En suelo patrio –se ha argumentado ya en varias ocasiones– tanto los radicales CDR de Cataluña como los cachorros del entorno de Bildu en el País Vasco han quemado fotografías y muñecos del Rey Felipe VI o incluso decapitado simbólicamente al jefe del Estado.
Estos hechos apenas generaron un levantamiento de ceja de algún líder socialista. La norma ha sido no echar más leña el fuego y no politizar lo que se han considerado actos amparados por la libertad de expresión.
En 2018 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo amparó esta clase de protestas políticas al condenar a España por imponer penas de cárcel a dos manifestantes que quemaron la foto de los Reyes Juan Carlos I y Sofía en 2007.
En el ámbito internacional también encontramos varios ejemplos donde manifestantes han quemado o golpeado muñecos o fotografías de jefes de Estado o de gobierno sin que ello causara la alerta nacional que ha disparado tras el incidente de la piñata de Sánchez en Nochevieja en Ferraz.
El muñeco, ahorcado frente a la sede del Parlamento británico en Londres, llevaba un cartel donde se indicaba que se le ahorcaba por «mentiroso y ladrón».
No era la primera vez en que se ahorcaba una representación de Johnson en Reino Unido. En Edimburgo, en marzo de 2021, apareció también una imagen ahorcada del entonces primer ministro en un edificio de la capital escocesa.
Hay más ejemplos. En México, durante un concierto de Guns N Roses en 2016, el vocalista Axl Rose animó a los presentes a darle unos «fucking» palos a un muñeco que representaba a Donald Trump.
Otro muñeco de Trump fue empalado y golpeado durante unas protestas contra el magnate frente a la Torre Trump de Nueva York en noviembre de 2016.
En 2012, curiosamente también durante las fiestas de Nochevieja, en la región italiana de Emilia Romagna, feudo tradicional de la izquierda italiana, se le plantó fuego a un enorme muñeco que representaba al exprimer ministro Silvio Berlusconi en Bolonia.
Más recientemente, en Amiens, en la periferia parisina, el 18 de febrero de 2022, en pleno auge de las revueltas sociales de los «chalecos amarillos» apareció un mural que representaba al presidente de la República, Emmanuel Macron, con un ojo hinchado y morado por un fuerte hematoma, como si acabaran de darle un puñetazo en la cara.
Un maniquí del presidente francés también fue ahorcado, golpeado y quemado durante una protesta en 2018 en Francia.