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Siria lleva doce años en guerra

¿Tendría la UE que designar Siria como ‘zona segura’ para ir repatriando migrantes? Chipre opina que sí

Tanto la ONU como la Agencia de la Unión Europea para el Asilo insisten en que Siria sigue siendo un país extremadamente peligroso para sus habitantes

El gobierno de Chipre está presionando a Bruselas para considerar la designación de Siria, o al menos algunas de sus regiones, como 'zona segura'.

Esta medida, según el Ministro del Interior chipriota, Konstantinos Ioannou, facilitaría la repatriación de migrantes desde Siria, donde se ha observado un flujo migratorio «sin precedentes».

En su último comunicado, Ioannou subrayó la urgencia de la situación, diciendo: «El tiempo ha llegado para abrir colectivamente la conversación sobre la reevaluación de la situación en Siria».

El problema se agrava debido a la posición geográfica de Chipre, que lo convierte en receptor de un número excesivo de solicitantes de asilo procedentes de Siria.

«Dada su proximidad geográfica, Chipre está recibiendo un número desproporcionado de migrantes irregulares de Siria», afirmó Ioannou. Casi todos los migrantes que llegaron por mar a Chipre el año pasado eran de origen sirio. El país gestionó unas 10.600 solicitudes de asilo el año pasado, una cifra menor en comparación con las aproximadamente 21.500 de 2022.

Chipre se ha destacado también por realizar más repatriaciones que cualquier otro estado miembro de la UE. «El hecho de que durante 2023, tuviéramos una tasa de retorno del 116% es notable, especialmente considerando la situación en el resto de Europa», destacó Ioannou.

Nicosia insiste

No es la primera vez que Ioannou sugiere que Siria debería ser considerada segura para los refugiados. Ya en diciembre, en una entrevista con Reuters, hizo comentarios similares.

Citando un informe de la Agencia de la Unión Europea para el Asilo (EUAA), Ioannou indicó que dos ubicaciones sirias, Damasco y Tartous, «no presentan un riesgo real de violencia indiscriminada».

Sin embargo, es esta misma agencia, con sede en Malta, quien advirtió que las personas devueltas a Damasco podrían seguir enfrentando riesgos de persecución. Además, señaló que tales retornos a Damasco solo deberían realizarse «en casos excepcionales», y serían viables para aquellos con medios financieros significativos o una red de apoyo sólida.

Implacable, Ioannou retomó la idea en septiembre, tras las advertencias del jefe de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, sobre el empeoramiento de la seguridad en Siria debido a los conflictos en el noreste del país.

Actualmente, Siria sigue siendo la crisis de desplazamiento más grande del mundo, con más de 12 millones de sirios desplazados en la región, según la ACNUR. La agencia de la ONU proyecta que más de 750.000 refugiados sirios necesitarán reasentamiento en los próximos 12 meses.

Durante la última comparecencia de Ioannou junto a la comisaria de asuntos de interior de la UE, Ylva Johansson, se abordaron diversos temas, aunque Johansson evitó tratar específicamente el tema de Siria.

En su lugar, Johansson destacó la guerra entre Israel y Hamas como un factor de riesgo, enfatizando la necesidad de contrarrestar las nuevas rutas migratorias emergentes «desde Líbano o quizás Siria hacia Chipre». En este contexto, Chipre recibió más de 23 millones de euros en fondos de emergencia de la UE para inmigración el año pasado.