Israel defiende en La Haya la legitimidad de la guerra contra Hamás: «No somos genocidas»
Lo afirma el jurista Yuval Kaplinski, exdirector del Departamento Internacional en la Fiscalía del Estado de Israel
Este viernes, en La Haya, Israel presentó su postura oficial en respuesta a la acusación de Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de Justicia, según la cual en la guerra en Gaza el ejército israelí está cometiendo un genocidio.
El equipo de juristas que representó a Israel, tras un trabajo evidentemente concienzudo y detallado que incluyó cuantiosa documentación gráfica sobre la situación en el terreno, no se limitó a refutar lo alegado por Sudáfrica, sino que lo invirtió y acusó a sus representantes de distorsionar la realidad en el terreno y mentir a sabiendas a la Corte sobre lo que ocurre en Gaza.
De hecho, tal cual quedó en evidencia especialmente a través de las imágenes proyectadas por Galit Raguan, directora interna de la división de justicia internacional del Ministerio de Justicia de Israel y defensora de la postura israelí ante el tribunal, Israel puso el énfasis en los crímenes cometidos por Hamás, presentándolos como la razón por la que hay civiles muertos a pesar de los esfuerzos israelíes por evitarlos, según explicó.
Pero esto no se refería a los crímenes perpetrados por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que fueron el detonante de la guerra, sino a lo que hicieron en la franja de Gaza desde que tomaron el poder en junio del 2007, instalando su infraestructura armada en medio de la población civil.
Así lo explicó ante los jueces. Parte del vídeo fue compartido en Twitter por la Autoridad de Radiodifusión pública de Israel KAN. El texto está en hebreo, pero el discurso es en inglés.
Sobre el desafío con el que lidiaría Israel en La Haya, El Debate conversó ya antes de la presentación de Sudáfrica, con el abogado Yuval Kaplinski, cuya relevancia para este tema es que se desempeñó durante años como Director del Departamento Internacional de la Fiscalía del Estado en Israel.
Su defensa de su país no pasó por alegar que la situación en Gaza es buena, que no hay serios problemas humanitarios o que no es cierto que haya numerosos civiles muertos. Además de recordar que en todas las guerras, trágicamente, mueren no involucrados, explicó:
«Un punto muy importante a destacar es que, aunque sean correctos los datos que presenta Sudáfrica sobre la cantidad de muertos, el perjuicio a la sociedad y la catástrofe humanitaria, esta situación no responde a la definición de genocidio porque Israel no tiene la intención de exterminar a la población palestina de Gaza».
No sólo que no desea cometer un genocidio, sino que trata por todos los medios de minimizar el riesgo a la población civil, afirma. «Israel intenta todo el tiempo salvar vidas civiles y separar entre los terroristas armados y la población civil. Les lanzó llamados para que se trasladaran de un lugar a otro. Cuando se trata de genocidio, el punto de la intención es clave».
Cuando se analiza los resultados de una guerra, es común que surjan las comparaciones con otros conflictos en términos de cantidad de víctimas y de cuántas de ellas son civiles.
Si bien de fondo siempre está el problema que las cifras que maneja el mundo, inclusive la ONU, son las proporcionadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza, o sea de la propia organización terrorista Hamás.
Kaplinski tiene algo más que recalcar al respecto: «Según Sudáfrica, una de las indicaciones que la muerte de civiles es intencional es que las proporciones y el número de víctimas civiles es casi sin precedentes, en comparación con la dimensión del combate».
«Lo comparan incluso proporcionalmente con el número de soldados y el tamaño de los ejércitos, con los hechos que ocurrieron en la Segunda Guerra Mundial. O sea, dicen que Israel mata a más civiles, en comparación con Estados Unidos en Irak y Afganistán», señala citando a la denuncia.
«Pero la verdad es que ni en Irak, ni en Afganistán, ni en Alemania en la Segunda Guerra Mundial, hubo tal densidad y mezcla de combatientes armados en la población civil. No sólo que Gaza es el lugar más densamente poblado del mundo, sino que dentro de esa población se mezclan las fuerzas combatientes, los terroristas armados. Lo hacen a propósito para actuar mezclados con los civiles».
Israel «tiene que tratar de poner fin a la amenaza de Hamás, que quedó especialmente en evidencia con las atrocidades del 7 de octubre. Hizo enorme esfuerzo para distinguir entre terroristas y civiles».
Kaplinski, aunque no exento de preocupación, es cautelosamente optimista. «La verdad, creo que en su fuero íntimo, ni Sudáfrica ni los palestinos creen que Israel es genocida. Creo que los jueces, incluso aquellos que tienen críticas a Israel, a fin de cuentas, después de varios años de deliberaciones, no determinarán que Israel cometió un genocidio, así lo estimo».
Reiterando una conocida frase en hebreo que dice «en el seno de mi pueblo vivo», con lo que se hace referencia a que conoce a su pueblo, sostiene: «No tengo duda ninguna que Israel entró a Gaza a defenderse, no a exterminar a la población palestina. Se quiere destruir a Hamás, no a los civiles. Pero tenemos que convencer a los jueces».