Modi incendia la convivencia religiosa en la India al inaugurar un gran templo hindú sobre una mezquita
El templo pasa a estar considerado uno de los lugares más sagrados del hinduísmo al considerarse el lugar del nacimiento de Rama, la encarnación del dios Visnú
La destrucción de la mezquita de la histórica mezquita Babri Masjid de la localidad india de Ayodhya, del siglo XVI, por parte de una turba de fanáticos hindúes en 1992 causó un trauma para la convivencia religiosa en la India cuyos efectos llegan hasta hoy.
Los responsables de aquel acto destructivo argumentan que la mezquita se construyó sobre un lugar sagrado hindú anterior donde la tradición sitúa el nacimiento de Rama, la encarnación del dios Visnú.
Por ello, Ayodhya está considerado uno de los lugares más sagrados por el hinduísmo. En algunos medios se ha comparado con lo que Jerusalén significa para los judíos o el Vaticano para los católicos.
La destrucción de la mezquita fue el pistoletazo de salida a una ola de violencia contra la población islámica en todo el país que se saldó con más de 2.000 muertos, casi todos ellos musulmanes.
Sobre las ruinas de aquella mezquita se levanta ahora un gran templo hindú –aún en construcción– dedicado a Ram.
El mismo primer ministro Narendra Modi presidió las ceremonias religiosas de consagración del nuevo templo, a pesar de que muchos videntes hindúes han rechazado la consagración por considerar que el templo está incompleto.
También se han mostrado muy críticos con la construcción y apertura del templo la oposición a Modi, que denuncian que Modi está empleando este templo con fines electorales, para asociar su nombre al de la construcción del nuevo lugar sagrado, una demanda de décadas de los sectores más radicales del nacionalismo hindú, donde Modi tiene uno de sus caladeros de votos más importantes.
Los partidos de oposición recuerdan que la India es un estado laico, y que Modi está incendiando la convivencia religiosa para ganarse el apoyo de la mayoría hindú, que representa el 80 % de la población nacional.
El gobierno se preocupó de que la televisión pública retransmitiera en directo la ceremonia, con el acento puesto en las multitudes que, en un tono festivo, acudieron a la consagración del templo.
«La fecha de hoy pasará a la historia. Tras años de lucha y numerosos sacrificios, el Señor Rama ha vuelto a su casa. Quiero felicitar a todos los ciudadanos del país por este hecho histórico», valoró Modi tras finalizar la liturgia.
El nuevo templo, construido en piedra arenisca rosa costó 217 millones de dólares financiado con donaciones privadas. Por el momento se ha finalizado la planta baja, pero se espera que tenga hasta tres plantas.
El templo forma parte de un plan más amplio para convertir la ciudad de Ayodhya en un gran centro de peregrinaciones hindú que se espera que atraiga a más de 150.000 peregrinos al año.