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Una vaca ahorcada en un tractor simula el estrangulamiento del sector primario por BruselasEL DEBATE / Javier Villamor

Agricultores franceses se manifiestan en Bruselas contra las políticas agrarias de la Comisión Europea

Las protestas del sector primario se propagan por todo el continente por las presiones burocráticas y la asfixia económica

Tras meses de protestas masivas de agricultores y ganaderos en Países Bajos y Alemania, recientemente empezaron en Francia y estas se han extendido a Bruselas, corazón de la Unión Europea.

Los motivos son los mismos que en el resto de los países: los trabajadores del campo están hartos de las trabas burocráticas, la asfixia que suponen las políticas verdes a un sector cada vez más empobrecido por los bajos márgenes y la competencia desleal que significan los acuerdos de libre comercio con terceros a los que no se les obliga a cumplir con las mismas condiciones sanitarias que a los productores europeos.

Aunque cada sector tiene sus reivindicaciones particulares, todos coinciden en la gran preocupación por la incertidumbre laboral del futuro inmediato. Bruselas ha impuesto una revolución agraria para 2050, lo que implica la reducción masiva del sector primario europeo.

"Frente a las limitaciones cada vez mayores de las regulaciones europeas y los ingresos cada vez más bajos, ¡el mundo agrícola está al límite!”, exclamó el portavoz de la asociación Agricultores de la Coordinación Rural en la Plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento Europeo.

El próximo jueves, la Comisión Europea reunirá a organizaciones agrarias, al sector agroalimentario, ONG y expertos para tratar de calmar los ánimos y convencer a la gente del valor de conciliar la transición ecológica y la agricultura. Por el momento, la posición de los manifestantes es inamovible.

Escaso apoyo político

Solo dos partidos políticos han hecho acto de presencia: Reconquista por parte de Francia y Vox por España. Marion Maréchal, sobrina de Marine Le Pen y cabeza de lista a las elecciones europeas por el partido de Éric Zemmour, señaló la «extrema importancia» de atender las reclamaciones de los trabajadores del campo porque es un tema que «tendrá consecuencias dramáticas en términos de autonomía alimentaria para Europa».

«Los franceses dependen totalmente del extranjero y sufren una escasez dramática», apuntó. «Quiero una Francia que no dependa de la asistencia social, que pueda levantarse cada mañana y que no pida ayuda a nadie», añadió.

Las críticas a la burocracia son comunes entre todos los asistentes. Véronique Le Floc'h, presidenta de Coordinación Rural, se queja del «infierno administrativo» al que están sometidos por un «Ministerio de Agricultura de 30.000 empleados» pero que no conoce la «lo que es la vida en una granja».

«En torno a 100.000 granjas han visto reducida su cuota de producción solo en Francia», informó Maréchal. Bart Dickens, presidente de Farmers Defence Force Belgium, se quejó de que a los agricultores se les tache de «cabrones» por cuestiones ideológicas y consideró el trato que se les está dando de «injusto».

Naciones Unidas calcula que la producción agrícola mundial deberá duplicarse para 2050 debido al aumento de la población mundial. A la pregunta de El Debate sobre cómo valora las políticas europeas que van en sentido contrario, Marion Maréchal criticó que nos estén «haciendo totalmente dependientes de la producción de otros países» y que «será muy complicado revertir esta tendencia porque es mucho más fácil destruir que reconstruir».

Jorge Buxadé, jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo, opina de manera semejante. «Agricultores y ganaderos en toda Europa se ven directamente afectados por las políticas de Bruselas y luego la ejecución de sus gobiernos», dijo a El Debate.

España no se libra de las consecuencias. «También en España, el sector agrario, el sector ganadero, el sector pesquero están directamente al borde del colapso como consecuencia de esa nueva normativa medioambiental», añadió y apunto que el problema de fondo es «el fanatismo climático que han reducido los márgenes, la productividad, la capacidad de creación de empleo y, sobre todo, la imposibilidad de poder competir en los mercados con toda la producción extranjera que viene sin cumplir las condiciones que se exigen a los nuestros».

A los manifestantes de toda Europa, varios partidos y medios de comunicación afines los tachan de «ultraderechistas» para desacreditar sus exigencias. Ante un posible cambio en las elecciones de junio, Buxadé considera que el 9 de junio es un día «clave» para «tener una nueva Comisión que ponga el sentido común, la creación de empleo, la productividad del sector agrario y ganadero como prioridades».