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Varias personas cruzan la valla en TexasRedes

Análisis

¿Qué está pasando en la frontera de Texas?

El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo esta semana que continuará defendiendo la frontera de su estado a pesar de la orden votada por 5 a 4 en el Supremo

El 22 de enero, el Supremo emitió una polémica decisión permitiendo a los agentes de la Patrulla Fronteriza de Eagle Pass (Texas) retirar la valla que delimita la ciudad con México. Esta decisión ha sido objeto de controversia desde diciembre de 2023, cuando el Tribunal Federal de Apelaciones dictaminó en contra de quitar la valla.

Sin embargo, a principios de 2024, el Departamento de Justicia de la ciudad presentó una solicitud ante el Supremo para revocar la orden, argumentando la necesidad de evitar que los migrantes pongan en peligro sus vidas al intentar cruzar a Estados Unidos –en diciembre se registraron 300.000 cruces ilegales, la mayor cifra de la historia–.

La narrativa de este acontecimiento se teje en una serie de eventos jurídicos que han mantenido a la comunidad en vilo. A pesar de la prohibición inicial del Tribunal Federal de Apelaciones respecto al levantamiento de la valla, el Departamento de Justicia de Eagle Pass ha buscado un enfoque más pragmático en el manejo del flujo migratorio.

Abbott ignora al Supremo

En una entrevista con Fox News el jueves, Abbott afirmó que Texas tiene un derecho constitucional a defenderse y acusó al presidente estadounidense, Joe Biden, de haber «abdicado su responsabilidad» en la protección de la frontera. Esta declaración se produce en medio de una creciente tensión entre el gobierno estatal y las decisiones judiciales.

El mandatario republicano respalda la instalación de más barreras como medida preventiva para impedir la entrada de migrantes, a quienes cataloga como «delincuentes». Esta perspectiva ha provocado un fuerte debate en el Estado y a nivel nacional sobre la dura postura de Abbott en materia migratoria.

Así, las acciones del gobernador plantean preguntas esenciales sobre la relación entre los estados y el poder federal, así como sobre la implementación de medidas unilaterales en el ámbito de la inmigración. Mientras Texas busca reforzar sus defensas en la frontera, las tensiones políticas y las consideraciones legales están en juego, marcando un capítulo crucial en el ya complejo escenario migratorio de Estados Unidos.

La Casa Blanca considera «inseguras» las acciones del gobernador

En un movimiento audaz, el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, declaró que si la Patrulla Fronteriza retira el alambre de púas, la Guardia Nacional volverá a colocarlo durante la noche. Esto sucede tras la orden de Washington de retirar la concertina en la zona del río Bravo.

Patrick desafía directamente las decisiones del gobierno federal, y la presión aumenta con maquinaria pesada enviada por Washington. La noche se perfila como un momento crítico en este enfrentamiento, donde las acciones de la Guardia Nacional podrían desafiar las políticas federales.

«El Estado solo ha permitido el ingreso a Shelby Park al público que visita un memorial, la prensa y gente que va al campo de golf aledaño, mientras restringe el paso de los empleados federales», según reza el comunicado del Departamento de Seguridad Interior.

La tarde del viernes, el presidente admitió que las políticas propuestas serían el conjunto de reformas más duras y justas en cuanto a asegurar la frontera.

Récord de cruces ilegales

En el escenario de una tensa confrontación entre Texas y Washington, el Gobierno de Biden ha destapado cifras alarmantes: diciembre marcó un hito sombrío con 302.034 detenciones en la frontera sur, cifra sin precedentes en un solo mes.

A pesar de este récord, las autoridades federales insisten en una disminución del 50 % en los cruces ilegales durante el 2024, según cifras preliminares. Para disuadir el flujo migratorio, la administración Biden ha intensificado las deportaciones de inmigrantes irregulares, retornando a sus países de origen a unas 472.000 personas solo en el segundo semestre de 2023. Entre ellas, 78.000 migrantes que habían cruzado en familia.

El gobierno argumenta que la mayoría de aquellos encontrados en la frontera en los últimos tres años han sido repatriados o expulsados. Este enfoque, caracterizado por una firmeza sin precedentes, ha resultado en un incremento significativo en las deportaciones, superando el total anual registrado desde 2015 en apenas seis meses del año pasado. El enfrentamiento político entre Texas y Washington añade una capa adicional de complejidad a la ya desafiante realidad migratoria en la frontera sur de Estados Unidos.