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Entrada de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Educación administrada por la UNRWA en la ciudad de Ramallah, en la Cisjordania

Entrada de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Educación administrada por la UNRWA, en Ramala​, CisjordaniaAFP

Israel acusa a 190 empleados de la ONU de tener vínculos con Hamás y la Yihad Islámica

Más de una decena de países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, han anunciado que dejan de financiar Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo

Israel redobla sus acusaciones sobre la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) y ha asegurado que hasta 190 empleados de la organización están involucrados en las actividades terroristas de Hamás y la Yihad Islámica.

Un informe de los servicios de Inteligencia israelíes de seis páginas, visto por la agencia Reuters, apunta a que 12 de los trabajadores de la UNRWA en la Franja de Gaza estuvieron involucrados en el ataque del pasado 7 de octubre y aporta nombres y fotografías de 11 de ellos.

Uno de los involucrados en el peor ataque en la historia de Israel sería un consejero escolar que ayudó a su hijo a secuestrar a una mujer durante la infiltración de Hamás, en la que murieron 1.200 personas y más de 240 fueron secuestradas.

Otro, un trabajador social de la UNRWA, está acusado de haber participado en el traslado a Gaza del cadáver de un soldado israelí asesinado y de coordinar los movimientos de las camionetas utilizadas por los asaltantes y de los suministros de armas.

A un tercer palestino del expediente se le acusa de participar en el asalto a la localidad fronteriza israelí de Beeri, donde murieron una décima parte de sus habitantes. A un cuarto se le acusa de participar en un ataque en Reim, donde se asaltó una base militar y se celebraba una fiesta en la que murieron más de 360 personas.

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yisrael Katz, ha instado al jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, a marcharse de Gaza. «Los empleados de la UNRWA participaron en la masacre del 7 de octubre», declaró. «Lazzarini debería sacar conclusiones y dimitir». Por su parte, Naciones Unidas defiende que no ha recibido todavía ninguna documentación por parte de Israel.

Según una funcionario israelí, citado por Reuters, el informe señala que hasta 190 trabajadores de la ONU son «combatientes empedernidos, asesinos». Israel afirma que alrededor del 10 % del personal de la UNRWA tiene algún tipo de conexión con Hamás y la Yihad Islámica.

La agencia emplea a 13.000 personas en Gaza. Tras las acusaciones de Israel, más de diez países, entre ellos los principales donantes, Estados Unidos y Alemania, han interrumpido su financiación a la agencia. España, sin embargo, mantiene su ayuda financiera a la agencia de Naciones Unidas.

El propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, confirmó ayer, durante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, que la «UNRWA es una agencia de Naciones Unidas indispensable para aliviar la situación humanitaria. No vamos a modificar nuestra relación con UNRWA».

«Seguimos muy de cerca la investigación interna, la está haciendo la propia UNRWA en cuanto ha tenido detalles sobre los actos de unas 12 personas de los 30.000 que forman UNRWA, de los 13.000 que trabajan en Gaza», defendió.

Israel lleva mucho tiempo denunciando que la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina es responsable de perpetuar el conflicto al desalentar el reasentamiento de refugiados. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha anunciado que ya se ha abierto una investigación y se ha procedido al despido de los 12 trabajadores a los que Israel acusa de haber participado en el ataque terrorista del pasado 7 de octubre.

En un cuidado mensaje lleno de equilibrios diplomáticos, Guterres reconoció, este domingo, que «los presuntos actos horrendos de esos empleados deben tener consecuencias», pero recordó que hay «decenas de miles de personas (unos 30.000)» que trabajan para esa agencia y que no deben ser penalizados. Por ello, el político portugués pidió a los países que «garanticen la continuidad de las operaciones de UNRWA».

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