El miedo a la guerra nuclear con Rusia paraliza a Occidente en Ucrania
Un análisis apunta a que no existe verdadera voluntad en Occidente de que Ucrania gane la guerra y se conforma con que las fuerzas ucranianas contengan a Rusia
El bloqueo de las ayudas militares a Ucrania en el Congreso de Estados Unidos y en el Consejo Europeo muestra una actitud dubitativa de Occidente respecto a su compromiso militar con Ucrania en la guerra con Rusia.
¿Por qué las potencias occidentales no apoyan con más contundencia a las fuerzas ucranianas para que logren la victoria frente a Rusia?
Hasta ahora, las fuerzas ucranianas han denunciado la lentitud de Occidente a la hora de aprobar la ayuda, y criticaron duramente los retrasos en la entrega, primero, de los sistemas de artillería Himars, luego los carros de combate Leopard, y ahora los aviones de combate F-16.
Esos retrasos, denuncian, han lastrado las opciones ucranianas de defenderse y han permitido a Rusia conquistar y ocupar un 19 % del territorio ucraniano soberano, donde se han fortificado, haciendo más difícil ahora la reconquista.
Además, da la impresión de que Occidente ha enviado a Kiev las municiones justas y necesarias para contener el empuje ruso, pero no para expulsar a las tropas rusas.
Según el portal de periodismo de investigación especializado en geopolítica, Worldcrunch, es evidente que Joe Biden y sus aliados europeos «sólo suministrar armas exactamente suficientes para garantizar que Rusia no sea derrotada».
Es decir, sólo suministra las armas necesarias para que «Ucrania pueda mantener la línea del frente y no ser aplastada por Rusia», asegurándose que «las fuerzas armadas ucranianas no puedan hacer retroceder completamente a los rusos y que Moscú no sufra una derrota».
La afirmación aparentemente contradictoria con los objetivos públicos de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN encerraría una estrategia maquiavélica por parte de los altos mandos europeos: no quieren que Rusia gane la guerra en Ucrania, pero tampoco quieren que Ucrania derrote a Rusia.
¿El motivo? En opinión de los expertos de Worldcrunch, «un temor injustificado a una escalada de Putin» y, en particular, a una escalada nuclear.
Este modo de proceder explicaría por qué la guerra se sigue prolongando con los frentes prácticamente bloqueados desde el gran avance territorial de Ucrania en Járkov y Jersón en septiembre de 2022.
La realidad es que, si Occidente quiere que Ucrania gane la guerra, las fuerzas de Kiev necesitan un apoyo militar mucho mayor, como no se cansan de insistir los comandantes ucranianos.
Citando datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial, el análisis apunta a que la entrega de armas y municiones se ha ido reduciendo paulatinamente desde el otoño del año pasado.
Los países europeos, por su parte, prometiendo entregar un millón de municiones de artillería al año a partir de marzo de 2024 y entregarán únicamente entre 300.000 y 400.000 municiones.
Rusia, apunta el análisis del Worldcrunch, dispara cerca de 10.000 proyectiles de artillería al día, mientras que Ucrania dispara 2.000.
La superioridad de fuego de Rusia es, en este momento, aplastantemente superior a la ucraniana. ¿Qué salva realmente a Ucrania, por el momento? Rusia ha perdido su flota del mar Negro y, con ella, la capacidad de bloquear los puertos ucranianos, y la fuerza aérea rusa ha sido incapaz de dominar los cielos.
Las carencias en este momento del Ejército ucraniano afectan a todas las áreas: defensa aérea, artillería de largo alcance, aviones de combate, equipos de desminado y sistemas de guerra electrónica.
En ese contexto, lo más probable, apunta el análisis, es que Ucrania no pueda lanzar una nueva contraofensiva en este año.
Una vez se agote la actual ofensiva rusa, seguramente se abra en el frente una pausa operativa –en la que la guerra quedará reducida a combates de baja intensidad– que Rusia aprovechará para rearmarse y enviar nuevos batallones al frente.
¿Tendrán las fuerzas ucranianas la misma oportunidad de rearmarse para hacer frente a los que pueda venir en el futuro?
Si los paquetes de ayuda no se desbloquean a tiempo, lo más probable es que dicha pausa operativa sea más perjudicial que beneficiosa para las fuerzas de Kiev.
Un posible colapso de la Federación Rusa como consecuencia de una derrota en Ucrania podría implicar que miles de armas nucleares rusas quedaran fuera de control.
Sin embargo, permitir a Rusia anexionarse los territorios ocupados en Ucrania sentaría un precedente peligroso.
¿Se cedería también en caso de que, tras Ucrania, Rusia invada parcialmente un país de la Unión Europea y la OTAN?
En cualquier caso, en el estudio se concluye que «Moscú no tendría fuerza para invadir un país de la OTAN en esta década».
Además, frente a los temores de los países occidentales, se insiste en que es muy improbable que Rusia responda con armas nucleares a una situación comprometida en Ucrania, ya que, inmediatamente las fuerzas convencionales estadounidenses responderían y arrasarían las fuerzas rusas en Ucrania debido a su contundente superioridad.
La conclusión del informe es muy desesperanzadora para Ucrania. Por miedo a Rusia, «Occidente de ninguna manera ha hecho lo necesario para dar a Kiev el suficiente apoyo. Como resultado, lo más probable es que Ucrania pierda una quita parte de su territorio, tal vez más. Tampoco es probable que el país pueda incorporarse a la Unión Europea o a la OTAN por la posición de fuerza de Rusia».