«Síndrome de la muerte súbita» Rusia se contradice a la hora de dar explicaciones sobre la muerte de Navalni
La versión oficial de la muerte de Alexéi Navalni empieza a circular. El Kremlin se ha desentendido por completo de dar las explicaciones pertinentes por la muerte del mayor adversario político del presidente ruso, Vladimir Putin, y ha relegado esta responsabilidad a las autoridades de prisiones. Más de un día después de que estas hicieran público un escueto comunicado notificando el fallecimiento del disidente, finalmente la causa que han alegado es «síndrome de la muerte súbita». Así se lo habría manifestado hoy un funcionario de la prisión en la que Navalni estaba cumpliendo condena a su madre, Liudmila Navalnaya.
Ayer, nada más conocer la noticia, la familia de Navalni pidió calma hasta que los hechos se confirmaran, ya que todo aquello que provenga de canales oficiales es susceptible de ser propaganda. Una vez que, efectivamente, se confirmó el terrible suceso. Los familiares del opositor ruso no dudaron en poner rumbo hasta la inhóspita cárcel donde estaba recluido desde el pasado mes de diciembre, en el Círculo Polar Ártico. Todo el procedimiento que rodea a la muerte de Navalni está contaminado. Incluso las versiones oficiales se contradicen.
La madre del disidente visitó esta misma mañana la cárcel de Jarp, pero no le dejaron ver el cuerpo. Un empleado del penal le aseguró que los restos mortales de su hijo habían sido trasladados a Salekhard, la ciudad más cercana a la penitenciaría, por agentes rusos. Sin embargo, el cuerpo del opositor ruso no se encuentra en la morgue donde, en un principio, las autoridades rusas habían asegurado que lo habían depositados tras el fallecimiento.
En otro giro de guion, funcionarios del Comité de Investigación ruso han asegurado al abogado de Navalni que todavía no se ha determinado el motivo de su muerte, según ha informado su secretaria de prensa, Kira Yarmysh. Contradiciendo la versión previa del funcionario de la penitenciaría IK-3. Estas mismas fuentes han explicado que se está realizando un «segundo examen histológico» y que los resultados no estarán disponibles hasta la próxima semana. La portavoz de Navalni no se ha dejado engañar por estas artimañas y no se ha cortado al denunciar que «están mintiendo».
El entorno de Navalni asegura que Moscú está haciendo «todo lo posible para evitar entregar el cuerpo» y así borrar toda huella de un posible envenenamiento. Este Comité de Investigación ya ha adelantado que no entregará el cuerpo del disidente hasta que no finalice el examen oficial. Para la familia esto no es sino una prueba más de que todos los indicios apuntan hacia una misma persona: Putin. Yarmysh ha explicado que, hasta el momento, no existe una causa oficial de la muerte de Navalni, por lo que califican de «propaganda» la hipótesis de que colapsó por un «coágulo de sangre».
«Entendemos claramente que la colonia está mintiendo, es obvio. No hay duda de que el asesinato fue planeado», ha afirmado la mano derecha del opositor ruso. Por ello, la familia ha exigido que las autoridades les entreguen el cuerpo de Navalni. «Hace tres años y medio, Putin intentó matar a Alexéi. Ayer lo mató. Todo el mundo sabe que el presidente de Rusia dio personalmente esa orden, así como sabe que Alexéi nunca le tuvo miedo, nunca guardó silencio y nunca estuvo inactivo. No debemos rendirnos, a esto nos llamó Alexéi», declaró la portavoz.
La viuda de Navalni, Yulia Navalnaya, se pronunció ayer en estos mismos términos, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich donde recibió la noticia de la muerte de su marido. Frente a los dirigentes y jefes de Defensa de varios países occidentales, Navalnaya aseguró que no cejará en su lucha contra Putin. «Serán todos llevados ante la Justicia y ese día llegará pronto», aseveró. Las versiones oficiales de la muerte del Kremlin empiezan a contradecirse y la teoría del envenenamiento con el agente nervioso Novichok gana cada vez más fuerza. El Kremlin ya lo intento en 2020, pero Navalni consiguió reponerse y desenmascarar a los agentes rusos que habían perpetrado el intento de asesinato.
La muerte de Navalni ha provocado fuertes protestas en Rusia que se han saldado con la detención de al menos 110 personas en 13 ciudades diferentes. El mayor número de detenidos se produjo en San Petersburgo, donde 69 personas fueron arrestadas. Rusia ya ha advertido de que «organizar o celebrar concentraciones no autorizadas, convocarlas y participar en ellas es una infracción administrativa». Aún así muchos rusos han desafiado al Kremlin con el simple hecho de depositar flores en memoriales improvisados en monumentos en recuerdo a los disidentes políticos.