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Tanques militares israelíes cerca de la frontera con la Franja de Gaza

Tanques militares israelíes cerca de la frontera con la Franja de GazaAFP

Israel da un ultimátum a Hamás y pone fecha para el ataque a Rafah si no liberan a los rehenes

El primer ministro israelí ha anunciado que se ha levantado de la mesa de negociaciones y ha tildado de «delirantes» las demandas de la organización islamista palestina

La postura de Israel es firme. La ofensiva militar sobre Rafah, el último refugio para 1,5 millones de gazatíes, en la frontera con Egipto se llevará a cabo, a pesar de las presiones internacionales sobre el Ejecutivo de Netanyahu para que aumente el flujo de ayuda humanitaria sobre el enclave palestino y ofrezca refugio a los civiles. El país hebreo está dispuesto a entrar con todo su poderío hasta el último rincón de la Franja y ya ha puesto fecha a este momento si Hamás se resiste a liberar a los 134 rehenes que todavía mantiene cautivos, de los que se calcula que 31 estarían muertos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió abandonar la mesa de negociaciones con Hamás para establecer un alto el fuego en Gaza, porque, según explicó, las demandas de la organización islamista palestina eran «delirantes». «La esencia de nuestra política para liberar a los rehenes es una fuerte presión militar y una negociación muy dura. Así liberamos a 112 rehenes –durante la tregua del mes de noviembre– y así haremos hasta liberarlos a todos. Esta negociación nos obliga a dar un paso al frente», zanjó, este fin de semana, Netanyahu.

En su discurso afirmó que había mantenido una conversación con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a quien le ha reiterado su determinación de luchar «hasta alcanzar una victoria total», lo que incluye Rafah. «Quien quiera evitar que actuemos en Rafah, básicamente nos está diciendo 'perderán la guerra'. No permitiré eso», aseveró el mandatario israelí. Washington ha advertido a Tel Aviv de que no apoyará una incursión en esta ciudad, en la frontera con Egipto, si no existe un plan concreto para proteger a los civiles. Una hoja de ruta que Israel todavía no ha compartido con su mayor aliado.

En este sentido, Netanyahu ha declarado que «hay mucho lugar y mucho espacio al norte de Rafah». Las organizaciones internacionales, sin embargo, no comparten el optimismo del primer ministro israelí y denuncian que en Gaza ya no hay «lugares seguros». El jefe de Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha asegurado que «ya no existe ningún lugar seguro en Rafah y el temor es que el número de muertos y heridos vuelva a aumentar significativamente».

Una advertencia que ha lanzado también el director de UNRWA en Gaza, Thomas White: «Si hay una gran ofensiva en Rafah, no podremos llevar a cabo operaciones efectivas y seguras desde una ciudad bajo ataque del Ejército israelí». Aún así, los tanques hebreos están ya a las puertas de la ciudad sureña, tras haber derrotado ayer a la brigada de Jan Yunis, según anunció el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant. Desde hace casi un mes, las tropas hebreas asedian también los principales hospitales, Al Amal y Naser, en este último irrumpieron por la fuerza, el pasado jueves, obligando la evacuación de más de 10.000 desplazados y centenares de heridos y enfermos.

La presión aumenta sobre Hamás, sobre todo, tras las declaraciones ayer del miembro del gabinete de guerra israelí, Benny Gantz, que ha advertido a la milicia islamista de que, si no libera a los rehenes israelíes antes del 10 de marzo, Israel no dudará en lanzar la ofensiva militar en Rafah. Fecha que coincide con el Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes. Las palabras de Gantz fueron claras: «Si para el Ramadán nuestros rehenes no están en casa, los combates continuarán hasta el área de Rafah».

Netanyahu, férreo opositor a la solución de dos Estados, ha convertido el reconocimiento unilateral de Palestina en un ataque frontal contra Israel. Ayer, el Ejecutivo israelí aprobó por unanimidad una «decisión declaratoria» contra los dictados internacionales par la creación de un Estado palestino independiente. Según Netanyahu, implantar esta solución, tras el ataque terrorista de Hamás, representaría «una enorme recompensa al terrorismo».

«Israel rechaza rotundamente los dictados internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos. El acuerdo, en la medida en que se alcance, se realizará únicamente mediante negociaciones directas entre las partes, sin condiciones previas», explica el comunicado. Se trata de un mensaje directo para Washington que ha insistido durante las últimas semanas en la solución de dos Estados como única solución al conflicto.

A pesar de las cada vez más encendidas declaraciones de Biden contra la campaña militar israelí en Gaza, que ya ha sesgado la vida de más de 29.000 palestinos –según datos del Ministerio de Salud de Hamás– y que el propio presidente llegó a tildar de «exagerada», Estados Unidos ha vuelto a advertir de que bloqueará la nueva votación del Consejo de Seguridad de la ONU, que pide un alto el fuego en la Franja.

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