Los israelíes exigen elecciones anticipadas tras la suspensión de las negociaciones para una tregua en Gaza
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha tachado de «delirantes» las exigencias de Hamás y ha remarcado que no cederá a los «dictados internacionales»
Las negociaciones para un nuevo alto el fuego entre Israel y Hamás, que llevan semanas gestándose entre bambalinas, han llegado a un punto muerto. Las partes se han mostrado incapaces de llegar a un marco de acuerdo común y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha decidido cortar por lo sano y detener las conversaciones sobre un tregua en la Franja de Gaza.
El mandatario israelí ha tachado de «delirantes» las demandas de la organización islamista palestina y remarcó que no cedería a los «dictados internacionales», en respuesta a las peticiones de su principal aliado, Estados Unidos, de considerar el reconocimiento de un futuro Estado palestino. Las rondas de conversaciones que estaban teniendo lugar en la capital egipcia, El Cairo, terminaron este martes sin resultados concluyentes.
La guerra en la Franja palestina se mantiene y la presión aumenta sobre el último refugio para los 1,5 millones de gazatíes que se hacinan en la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto. Ayer, el primer ministro israelí, durante una rueda de prensa, explicó que decidió retirar a su equipo negociador de las conversaciones porque «no estábamos consiguiendo nada, salvo las delirantes exigencias de Hamás».
Estas demandas, explicó Netanyahu, incluían el fin de la guerra en Gaza y la excarcelación de «miles de asesinos», además de reclamaciones sobre la polémica Explanada de las Mezquitas. El primer ministro israelí hace responsable a Hamás de boicotear las negociaciones por su «rigidez». «Esta fue una decisión tomada después de que ya habíamos recorrido un largo camino en las negociaciones y no recibimos nada más que demandas engañosas de Hamás», aclaró.
Ante el temor de un recrudecimiento de la ofensiva israelí en Gaza, Egipto ha empezado a construir una zona logística en la frontera para facilitar el traslado de la ayuda humanitaria hacia el enclave. El gobernador de la provincia egipcia de Norte del Sinaí, Mohamed Abdelfadil Shousha, explicó este sábado a medios locales en una visita a la zona que ese territorio servirá para «moderar la carga sobre los conductores así como las congestiones en Al Arish (capital del norte del Sinaí) y en las carreteras».
Las explicaciones de Netanyahu no han servido, sin embargo, para calmar los ánimos entre los israelíes que salieron a las calles para manifestarse contra el primer ministro y exigir elecciones anticipadas. La rebautizada Plaza de los Rehenes, en Tel Aviv, fue testigo ayer por enésima vez de los reclamos de las familias de lo rehenes que aún siguen en manos de Hamás –134, de los que se calcula que 31 estarían muertos– y sus partidarios. «El primer ministro Benjamin Netanyahu, y los sucesivos gobiernos nos han abandonado durante años», prorrumpió ayer Shlomo Alfasa Goren, familiar de Maya Goren, secuestrada en el kibutz Nir Oz y cuyo cuerpo está retenido por Hamás.
Cada vez son más las voces que claman contra Netanyahu. Durante las últimas semanas se han multiplicado las protestas por todo el país en contra del Gobierno israelí. Paralelamente a la manifestación organizada por el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, en Tel Aviv, se organizaron protestas antigubernamentales en 50 puntos distintos a lo largo y ancho de todo Israel. Las residencias privadas de Netanyahu en Jerusalén y Cesarea volvieron a convertirse en lugar de encuentro para aquellos que ven al mandatario como el responsable de la crisis que atraviesa el país.
La decisión de Netanyahu de abandonar la mesa de negociaciones también ha provocado malestar dentro del gabinete de guerra, creado tras la masacre de Hamás del pasado 7 de octubre, y que cuenta con la presencia del líder de la oposición Benny Gantz y Gadi Eisenkot. El acuerdo que se ha presentado como base de las negociaciones, que el primer ministro israelí ha rechazado de plano, plantea medidas concretas para conseguir un alto el fuego de al menos seis semanas y que, finalmente, se convierta en permanente, así como la completa retirada de las tropas de Gaza, la reconstrucción del enclave y la excarcelación de unos 1.500 prisioneros palestinos a cambio de la liberación de los rehenes israelíes.
Netanyahu está decidido a completar la ofensiva militar sobre la Franja de Gaza y entrar con todo su poderío en Rafah. Durante la noche del sábado, el Ejército hebreo ha vuelto a bombardear los alrededores de la ciudad, mientras que los palestinos intentan buscar una «zona segura». Además, las tropas israelíes asedian uno de los últimos hospitales en funcionamiento del enclave, el Complejo Médico Naser en Jan Yunis, que ya estaría «completamente fuera de servicio».
Jagan Chapagain, secretario general y director ejecutivo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, ha denunciado que la situación sanitaria en la Franja es «más que crítica». «Recuerdo a todas las partes que el derecho a acceder a la atención sanitaria debe respetarse incluso en tiempos de conflicto. Una vez más, pido un acceso seguro y sin obstáculos para los trabajadores humanitarios para que puedan continuar con su trabajo que salva vidas», ha manifestado Chapagain.