Estados Unidos recurre a la ONU como último recurso para frenar la ofensiva militar israelí sobre Rafah
La Casa Blanca valora presentar una resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pide un alto el fuego temporal en Gaza
Estados Unidos lo ha intentado todo, pero nada ha terminado surtiendo el efecto deseado en Israel. La maquinaria militar israelí está preparada para entrar con toda su fuerza en Rafah, el último refugio para 1,5 millones de gazatíes, una vez que, según ha confirmado el país hebreo, han conseguido derrotar a la brigada de Jan Yunis. El siguiente paso está claro y es la ciudad fronteriza con Egipto. La fecha está marcada ya en el calendario: 10 de marzo, coincidiendo con el inicio del Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes.
Israel ha dado un ultimátum a Hamás, y si no liberan a los rehenes israelíes antes de esta fecha –se calcula que la organización islamista retiene aún a 134 personas, de las cuales 31 estarían muertas–, los tanques hebreos entrarán, sin miramientos en Rafah. Estados Unidos ha intentado persuadir a toda costa a Israel, sin éxito, de que no lleve a cabo su ofensiva.
El presidente estadounidense Joe Biden tanto de manera pública como en privado ha asegurado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que no apoyará la campaña militar en esta ciudad sureña, si no existe un plan concreto para proteger a los civiles. Una hoja de ruta que Israel no ha compartido con su principal aliado. Ante la actitud desafiante de Tel Aviv, Washington ha ido un paso más allá y tiene previsto presentar un proyecto de resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pide un alto el fuego temporal en Gaza.
Un movimiento sin precedentes, ya que Estados Unidos ha vetado ya dos resoluciones en el Consejo de Seguridad que pedían, precisamente, una tregua en los combates. De hecho, se espera que hoy vuelva a bloquear una decisión similar a petición de Argelia. Por su parte, la medida que llevará Estados Unidos a la ONU, en caso de que Israel no rectifique en su intención de lanzar una invasión terrestre sobre la ciudad fronteriza con Egipto, plantea que «en las circunstancias actuales, una ofensiva terrestre de gran envergadura en Rafah provocaría más daños a los civiles y su posterior desplazamiento, incluso potencialmente a países vecinos», según un borrador recogido por la agencia Reuters.
En la práctica, si esta resolución acaba saliendo adelante, marcará un antes y un después en la relación entre Israel y Estados Unidos, ya que este último siempre ha actuado como parapeto del Estado judío en el seno de la ONU. El texto pide claramente un «alto el fuego temporal». Richard Gowan, director del organismo independiente International Crisis Group, ha asegurado que «el simple hecho de que Estados Unidos presente este texto es una advertencia para Netanyahu». Gowan ha explicado que se trata de «la señal más fuerte que ha enviado Estados Unidos a la ONU» y demuestra que «Israel no puede confiar indefinidamente en la protección diplomática estadounidense».
La resolución, sin embargo, presenta una serie de condiciones como que el país hebreo y Hamás lleguen a un acuerdo para liberar a los rehenes, así como el levantamiento de todas las barreras a la distribución de asistencia humanitaria en Gaza. Israel, sin embargo, sigue ignorando las crecientes presiones internacionales. Ayer, 26 de los 27 Estados miembros de la Unión Europea pidieron una «pausa humanitaria inmediata que conduzca a un alto el fuego sostenible». Aunque el alto representante de la UE, Josep Borrell, no reveló el país que se había abstenido en la votación, se presume que habría sido Hungría. Budapest ya ha bloqueado iniciativas similares anteriormente.
Las organizaciones humanitarias han advertido también de que una operación militar contra Rafah puede acarrear consecuencias catastróficas para la región. Unicef, la agencia de la ONU para la infancia, advirtió el lunes que no existen «lugares seguros» en Gaza. Estados Unidos también teme que la elección de la fecha, que coincide con el inicio de Ramadán, enfurezca al mundo musulmán y provoque un nuevo estallido de violencia a lo largo y ancho de todo Oriente Medio.