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Tropas ucranianas victoriosas izan la bandera azul y amarilla en una localidad reconquistada en el esteAFP

La guerra de Ucrania después de dos años

No podemos equivocarnos porque sería catastrófico para nuestro futuro. Está en juego nuestro modelo de vida, nuestra libertad y no deberíamos olvidarlo

Al inicio de este conflicto, provocado por la invasión de Rusia a Ucrania, casi todos los errores fueron cometidos por la parte rusa. El primero fue el propio ataque a Ucrania, que ya llevaba un tiempo preparándose para ello, asesorada mayoritariamente por estadounidenses y británicos, muy interesados en debilitar al oso ruso, mientras que los europeos nos situábamos en la posición clásica de la Vieja Europa, filosofar.

A partir de ahí múltiples errores que muchos expertos han analizado hasta la saciedad: fracaso de la operación relámpago; batacazo en el intento de un ataque aerotransportado sobre Kiev; errores militares y de inteligencia a la hora de evaluar las capacidades propias y las de los ucranianos; errores a la hora de evaluar el apoyo exterior a Ucrania; errores a la hora de evaluar el apoyo de la población ucraniana que les recibiría con los brazos abiertos y muchos otros errores que convirtieron los primeros momentos de este ataque en un verdadero desastre, trasladando a todo el mundo una sensación de incapacidad que no se correspondía con la idea que se tenía del gran ejército ruso.

Reparadores trabajan cerca de un edificio residencial dañado tras un ataque con misiles en Vyshgorod, en las afueras de KievAFP

Después de espectáculos como el de los mercenarios de Wagner, el reclutamiento de presos en las cárceles, los desastres en el campo de batalla, y todo tipo de acciones que no se corresponderían con esa gran Rusia que Putin proclama, parece que fue el ahora denostado Surovikin, supuestamente arrestado o encarcelado, y eso en Rusia siempre es un mal síntoma, el que comprendió que, ante la incapacidad de contener el avance ucraniano, lo más sensato era una retirada a tiempo que siempre es una victoria. En mi humilde opinión, fuese el o fuese el que fuese que tomó esa decisión, acertó.

La retirada de las fuerzas rusas a la carrera nos mostró una imagen que no pensábamos ver, y que parecía indicarnos que la cosa iba bien para los ucranianos y sus aliados y muy mal para los rusos. Quizás ese día comenzamos los aliados contra Rusia a cometer nuestros primeros errores, quizás interpretamos que después de esta retirada la victoria estaba más cerca. Erramos gravemente.

Guerra de Ucrania

Ese invierno, aprovechando las condiciones climáticas en la zona, que dificultan mucho las operaciones terrestres, los rusos se dedicaron a fortificar sus posiciones defensivas, a desarrollar un sistema de defensa casi infranqueable, sobre todo contando con que los ucranianos no disponían del control del aire y estaban en inferioridad artillera. La inteligencia británica informaba en aquel momento de su observación de las líneas defensivas construidas por los rusos. Se referían a una primera línea avanzada de combate y, a continuación, dos zonas de defensa muy fuertes, situadas entre ellas a una distancia de entre 10 y 20 kilómetros. Informaban también de que eran obstáculos muy serios y de que su utilidad dependía de que pudieran las fuerzas rusas contar con la artillería y el personal suficiente para mantenerlas.

Tropas ucranianas en una trinchera en el frente de DonetskAFP

Por otro lado, paralelamente al cambio de estrategia defensiva, iniciaron un cambio también en sus acciones ofensivas, pasando a utilizar los ataques lejanos realizados desde sus plataformas terrestres o desde unidades navales o aéreas, combinando el uso de drones y misiles de largo alcance, atacando objetivos civiles, infraestructuras críticas y sistemas de abastecimiento de todo tipo, con el claro objetivo de trasladar aún más sufrimiento a la población civil ucraniana y buscar una posible presión sobre su gobierno. También, se pudieron observar reuniones del más alto nivel entre rusos y chinos, coreanos del norte, iraníes y otros. Estas reuniones estaban claramente dirigidas a corregir la falta de algunos medios por parte de Rusia y el abastecimiento por parte de estos países. Así comenzaron a recibir diverso material del que carecían, misiles, drones, munición, etc.

El fin del invierno, la llegada del verano y la toma de decisiones acertadas, dieron como resultado un cambio de imagen, ahora eran las fuerzas ucranianas las que se mostraban incapaces de atravesar las líneas defensivas rusas. Se batían los ucranianos como héroes, pero comenzaba a percibirse que algo estaba fallando, que algo no estábamos haciendo bien. Estábamos armando a los ucranianos, pero no para ganar la guerra sino para mantenerse en ella, no les estábamos ayudando con decisión y no les estábamos proveyendo del armamento que necesitaban. Sin capacidad en el aire, en inferioridad artillera, con inferioridad en el número de hombres y sin misiles de medio y largo alcance, estaban abocados al fracaso en su ofensiva, con un coste de vidas humanas y una pérdida de material considerable. La guerra se iba transformando en una guerra de desgaste, algo que, a priori, parece beneficiar a Rusia, y digo «parece» porque el que no sea así está en nuestras manos, la de los países que apoyamos a Ucrania.

Hemos cometido numerosos errores, pero todavía podemos corregirlos y demostrar a Ucrania que los defendemos porque desde el primer momento de la guerra son «de los nuestros». Creímos que con apoyar a Ucrania con nuestras reservas, en algunos casos con material cercano a la chatarra, sería suficiente y no lo ha sido; hemos descubierto que no somos capaces de apoyar con decisión porque nosotros mismos no estamos preparados para la guerra, en las condiciones actuales no seríamos capaces de mantenernos en guerra más que algunos meses, y algunos no más allá de pocas semanas; los estadounidenses han obrado interesadamente, poniendo sus intereses por encima de todo, forzando a los países de la OTAN y la UE ha entregar su armamento, dosificando mientras el suyo, castigando así a Ucrania a una situación en la que podía mantenerse en el campo de batalla pero sin opciones de ganar la guerra, desangrando a Rusia pero desangrando mucho más a Ucrania, amén del negocio de venta de armamento del que salen inmensamente beneficiados.

Mapa interactivo que muestra la evolución de la guerra de Ucrania ofrecido por Liveuamapliveuamap.com

Los rusos se equivocaron y corrigieron parte de sus errores y ahora nos toca a nosotros, para no convertir esta guerra en un desastre para Ucrania y para Europa. Es hora de que la Unión Europea adopte una posición valiente, tenemos la oportunidad de comenzar a decidir la solución de nuestros problemas, más aún después de que Donald Trump haya amenazado con dejarnos en la estacada. Ellos, los ucranianos, han puesto los muertos y el heroísmo, han derramado su sangre, y ahora nos toca a nosotros apoyarlos con decisión y valentía.

Ucrania necesita drones, necesita artillería, necesita misiles que le permitan atacar las líneas logísticas de abastecimiento rusas, necesita aviones para disputar el dominio en el aire, necesita municiones y muchas otras cosas. Ucrania necesita nuestra ayuda y se la ha ganado a pulso. Estamos en un momento clave, todavía podemos corregir y cambiar el rumbo de una guerra en la que los ucranianos se juegan mucho y nos jugamos mucho los europeos. Si no ayudamos a los ucranianos necesitaremos todo lo que no les enviamos para defendernos a nosotros mismos porque volveremos nuevamente a ser el escenario donde se libre un conflicto a gran escala. Es hora de despertar y concienciarnos que la paz y nuestro modelo de vida lo mantendremos si lo defendemos.

Los frentes de guerra han quedado congelados. En la imagen, tropas ucranianas atrapadas en el barroAFP

La UE tiene la oportunidad de ayudar sin fisuras a Ucrania, salvo algunas excepciones que tenemos en nuestro club como son los húngaros y eslovacos, y presionar a los EE. UU para que apoyen con más firmeza. Tenemos la oportunidad de adoptar una posición estratégica propia y mostrar a los estadounidenses que si no vamos juntos perderemos todos, ellos también. No podemos equivocarnos porque sería catastrófico para nuestro futuro. Está en juego nuestro modelo de vida, nuestra libertad y no deberíamos olvidarlo. Convirtámonos en más Europa ganando para nuestro club a un socio que está llevando a cabo una gesta heroica en su lucha contra los rusos, es lo menos que debemos hacer por ellos.

  • Jorge Gómez es oficial de la Armada en la Reserva Exmiembro del CNI