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Los automóviles pasan junto a una pared cubierta por una pancarta con los colores de la bandera nacional en Teherán

Los automóviles pasan junto a una pared cubierta por una pancarta con los colores de la bandera nacional en TeheránAFP

Irán registró el número más alto de ejecuciones en casi diez años con 834 en 2023

El pasado año, los ahorcamientos en sitios públicos se triplicaron

El año 2023 ha sido el más represivo en Irán desde hace casi una década. La muerte de la joven kurda Mahsa Amini a manos de la Policía Moral desató una oleada de manifestaciones contra el régimen de los ayatolás, que sofocaron con una violencia extrema.

La opresión de la República Islámica se ha traducido en un récord de ejecuciones con 834 personas condenadas a la horca el pasado año, según han informado este martes dos organizaciones de derechos humanos. El número de ejecuciones, realizadas por ahorcamiento en este país, subió 43 % respecto al año anterior.

El peor año fue 2015 cuando se registraron 972 ejecuciones. Tanto Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, como Juntos Contra la Pena de Muerte (ECPM), con sede en París, han acusado a Irán de utilizar la pena de muerte para propagar el miedo en la sociedad tras las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini.

«Infundir el miedo social es la única forma en que el régimen se aferra al poder, y la pena de muerte es su instrumento más importante», señaló en el informe Mahmood Amiry-Moghaddam, director de IHR.

Irán ha ejecutado a nueve hombres por casos de ataques contra las fuerzas de seguridad en las protestas, dos en 2022, seis en 2023 y uno hasta ahora en 2024, según los grupos. Las ejecuciones aumentaron en otros cargos, en especial casos de drogas, que habían caído en años recientes.

«El dramático aumento en el número de ejecuciones por drogas en 2023 es de especial preocupación, al alcanzar 471 personas, más de 18 veces de lo registrado en 2020», señala el informe.

Miembros de minorías étnicas, en particular los baluchíes sunitas del sudeste de Irán, están «fuertemente sobrerrepresentados entre los ejecutados» por cargos de drogas, agrega.

Al menos 167 miembros de la minoría baluchí fueron ejecutados, es decir, 20 % del total de ejecuciones de 2023, pese a que el grupo representa solo el 5 % de la población iraní.

La mayoría de los ahorcamientos en Irán se realizan en los confines de una prisión, pero el informe señala que los ahorcamientos en sitios públicos se triplicaron en 2023 desde el año anterior, con siete ejecuciones.

Al menos 22 mujeres fueron ejecutadas, el número más alto en la última década, según el informe.

Amiry-Moghaddam confesó estar preocupado por la falta de reacción internacional ante las ejecuciones, lo que impulsa a la República Islámica a realizar más ahorcamientos.

«La inconsistencia en la reacción de la comunidad internacional con las ejecuciones en Irán es lamentable y envía la señal equivocada a las autoridades», afirmó.

Hartazgo entre los iraníes

El hartazgo de los iraníes con el régimen de los ayatolás se ha visto reflejado en la alta abstención durante las elecciones parlamentarias de este fin de semana. Los conservadores han reforzado su control del Parlamento iraní, con una muy baja participación.

Un gran número de candidatos reformistas que pretendían una apertura gradual de la nación, fueron descalificados por el Consejo de los Guardianes, el órgano que da el visto bueno a los aspirantes políticos, por lo que ya se preveía una victoria del oficialismo.

La baja participación ciudadana es una muestra clara del descontento con el Gobierno y la delicada situación económica. El dato oficial se sitúa en el 41 % de los 61 millones de electores iraníes. En pasadas citas electorales, la afluencia a las urnas había superado en ocasiones el 70 % de los potenciales votantes.

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