Más aborto e impuestos: las políticas que centrarían un hipotético segundo mandato de Biden en EE.UU.
Con su lema «terminar el trabajo» Biden insistirá en algunas de sus medidas fracasadas de cara a su segundo mandato
Terminar el trabajo, «finish the job». Con esa frase simple y directa el presidente Joe Biden anunció el pasado mes de noviembre de 2023 su candidatura a la reelección.
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En un vídeo en que argumentaba su candidatura pedía al votante su confianza para concluir los proyectos impulsados desde 2021.
Esa idea, además de la de bloquear el regreso al poder de los republicanos MAGA (Make America Great Again) en referencia a Donald Trump y sus seguidores, centró el contenido de aquel vídeo de candidatura y prácticamente todos los mensajes de precampaña de los demócratas.
Se puede deducir, por lo tanto, que un hipotético segundo mandato de Biden será principalmente continuista, lo que da algunas pistas sobre el contenido de los próximos cuatro años de Biden si mantiene el poder.
«Finish the job», de hecho, se ha convertido en un lema oficioso de los demócratas, como respuesta al «Hacer América Grande de Nuevo» o el «America first» de los partidarios trumpistas.
A falta de cerrar un programa electoral oficial, algo que sucederá después de que se formalice la candidatura demócrata de Biden tras las primarias, unos nuevos cuatro años de Biden en la Casa Blanca dejarán las puertas abiertas a nuevas medidas proabortistas, más impuestos y política fronteriza laxa.
Sin embargo, las pistas que ha ofrecido Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, responden solo a generalidades sin concretar y mucho contenido ideológico, algo que asusta a sus correligionarios demócratas.
Mientras la campaña de Trump se centra en mensajes simples pero efectistas por su concreción –control estricto de fronteras, poner fin a la guerra en Ucrania, menos impuestos, desarrollo económico e industrial, etcétera– Biden se pierde en inconcreciones.
El callejón sin salida en el que se ha metido en Ucrania –por prometer a Kiev más de lo que estaba en sus manos y podía ofrecer– las manos atadas ante Israel y sus constantes despistes han minado su candidatura antes incluso de que haya sido designado candidato.
La popularidad de Biden no deja de hundirse y nadie sabe muy bien qué más tiene que ofrecer Biden para mejorar la vida de unos ciudadanos hastiados por el vacío que les llega desde la Casa Blanca.
Trump, por el contrario, tiene la ventaja de que no tiene ningún compromiso internacional, puede decir lo que le parezca oportuno respecto a Ucrania, la OTAN o la Unión Europea porque no son esos los mensajes que interesan a sus votantes.
Eso ha permitido al magnate plantear su campaña en clave nacional, en un país donde el descontrol de las fronteras ha alcanzado unos niveles de incompetencia asombrosos.
Más aborto
En el plano del aborto, Biden propondrá medidas para volver a legalizar el aborto a nivel federal y desmontar la sentencia de la Corte Suprema que anuló en 2022 la sentencia Roe vs. Wade que permitió durante décadas el aborto a nivel federal con respaldo constitucional.
Nadie se esfuerza ya en que el presidente aclare la contradicción que entraña el hecho de que un presidente abierta y públicamente católico como él actúe frontalmente contra la doctrina de la Iglesia al promover y defender sin disimulo alguno el aborto como prioridad de su gobierno.
En cualquier caso, Biden deberá lograr el respaldo del Congreso para aprobar una Ley que consagre el aborto como derecho.
Esta medida, como otras, se estrellará contra el Senado, donde los republicanos mantienen la mayoría. Tendrá que esperar a que las legislativas de mitad de mandato, donde se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, le den de nuevo la llave del Congreso.
Según The Times, Biden ha realizado toda una serie de promesas a lo largo de esta legislatura que no ha podido cumplir y que se espera retome en el próximo mandato, pero cuya financiación no está clara.
Son medidas que ya trató de sacar adelante hace dos años, pero que los republicanos y un sector de los demócratas rechazaron por las dificultades de financiarlas.
La cuestión es, ¿de dónde piensa sacar el dinero Biden para aprobar esta y otras promesas? ¿Propondrá Biden recortes del gasto y control del déficit? En absoluto.
Esencialmente buscará financiarlo vía impuestos. Biden está decidido a establecer una tasa impositiva mínima del 25 % a las familias con ingresos a partir de los 100.000 dólares al año.
También ha prometido aumentar los impuestos a las empresas y aumentar al 40 % los impuestos a los considerados multimillonarios.
Hasta en dos ocasiones las propuestas medidas de Biden se han estrellado en el Congreso, que ha tenido que funcionar a toda máquina este mandato para cumplir su función de contrapoder y filtro de los desmanes presidenciales.