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Campaña de rechazo a la exclusión del término madre de la Constitución en Irlanda@SenadorKeogan

Irlanda

«El deseo de mantener los valores que sostienen Irlanda», la clave del éxito frente al embate 'progre' contra la Constitución

Organizaciones católicas y políticos independientes celebraron el «aplastante» rechazo a las dos preguntas sometidos a referéndum por el Gobierno

Los promotores del rechazo a los cambios «progresistas» de la Constitución de Irlanda de 1937 lo catalogan como una «victoria del sentido común» que manifiesta el «deseo colectivo» de mantener los valores que sostienen a la nación.

El sábado, contra todo pronóstico y frente a la maquinaria institucional y económica del consenso 'progre' las organizaciones católicas y políticos independientes celebraron el «aplastante» rechazo a las dos preguntas sometidos a referéndum por el Gobierno de Irlanda.

Casi el 68 % de los votantes rechazó la llamada «Enmienda Familiar», que habría eliminado una cláusula sobre la importancia del matrimonio y la familia para la sociedad contenida en la Constitución desde 1937 y habría redefinido legalmente la «familia» como aquella «basada en el matrimonio o en otras relaciones duraderas».

La segunda propuesta de reforma constitucional denominada «Enmienda sobre el cuidado» que habría eliminado una cláusula que señalaba que «el Estado reconoce que mediante su vida dentro del hogar, la mujer brinda al Estado un apoyo sin el cual no se puede lograr el bien común», resultó ser aún más impopular, al sumar un rechazo de casi un 74 % de los votos.

Papeletas con las preguntas sometidas a referéndum en Irlanda@SenadorKeogan

Los principales partidos políticos de Irlanda y otros grupos influyentes respaldaron con una fuerte financiación la iniciativa del referéndum, que ante los rápidos cambios sociales del país como la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2015 y la anticoncepción gratuita en 2022 auguraban una fácil victoria de la consulta que finalmente no llegó.

Estado versus familia

La «Enmienda sobre los cuidados» habría eliminado un artículo de la Constitución irlandesa que decía que «el Estado, por lo tanto, se esforzará por garantizar que las madres no se vean obligadas por necesidad económica a realizar trabajos que descuiden sus deberes en el hogar».

Sin embargo, la campaña del «Si» a este cambio empezó a hacer aguas cuando el propio Leo Varadkar, primer ministro de Irlanda, dijo en una entrevista en Virgin Media One, a escasos días del referéndum, que «para ser honesto, en realidad no creo [el cuidado de los miembros de su familia] sea responsabilidad del Estado. Creo que es en gran medida una responsabilidad familiar».

Enfrente de la maquinaria gubernamental y con menos recursos económicos, se encontraba los obispos católicos que advertían que ambos cambios abolirían «toda referencia a la maternidad» y disminuirían la «importancia única de la relación entre el matrimonio y la familia».

Los prelados irlandeses afirman que «el compromiso del matrimonio contribuye al bien común de manera única al aportar estabilidad a la familia y a la sociedad, y que, en consecuencia, merece la protección del Estado».

La senadora Sharon Keogan, una de los pocos senadores independientes que habían hecho campaña a favor del voto «No», describió el resultado como una «aplastante» y dijo que el pueblo de Irlanda había dado una «paliza» al gobierno y a la oposición que se habían puesto de acuerdo para impulsar el referéndum el Día Internacional de la Mujer y Día de la Madre a nivel local.

«Victoria del sentido común»

«Es simplemente el mejor regalo del Día de la Madre que podríamos recibir jamás» dijo al medio Gript la activista Maria Steen quien además elogió la victoria del «No» en el referéndum como una «victoria del sentido común».

«Esta decisión del electorado irlandés envía un poderoso mensaje sobre la importancia de preservar los valores fundamentales frente a cambios sociales radicales», dijo el sábado Family Solidarity, un grupo de defensa conservador irlandés que se opuso a los cambios constitucionales.

«Esta victoria no es sólo un rechazo de una propuesta de referéndum específica; es una declaración del pueblo de Irlanda de que la unidad central de la sociedad –la familia basada en el matrimonio– debe seguir protegida y valorada. Subraya un deseo colectivo de mantener la integridad de los valores sociales que durante mucho tiempo han sido la base de nuestra nación».