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Simon Harris, nuevo líder del partido Fine Gael y virtual primer ministro de IrlandaPaul Faith / AFP

Simon Harris, el fenómeno político de TikTok que gobernará Irlanda

Como buen hijo de su época, ha medrado en política por su imagen: ahora tendría que de demostrar su capacidad de gestión

Simon Harris (Greystones, Irlanda, 17 de octubre de 1986), que se convertirá en Taoiseach –pronúnciese «toshek»– es decir, primer ministro de la República– el próximo 9 de abril asumió su primera cartera ministerial plena –antes era un mero secretario de Estado– en 2016, al ser nombrado titular de Sanidad. Aún permanecía en el cargo cuatro años después al estallar la pandemia de la covid.

Durante ese periodo Harris fue elogiado por su talento comunicativo, pero criticado por el número de muertes en residencias de ancianos y por sus recurrentes meteduras de pata. Sin ir más lejos, admitió que había sido «estúpido» afirmar, erróneamente, que la Covid-19 era la decimonovena epidemia de una serie, cuando el número se refería al año de su aparición.

El cúmulo de errores de gestión, sumados a sus peculiares declaraciones, implicó una sanción política: fue retrocedido a su casilla de salida en política, la de secretario de Estado, con responsabilidad sobre Universidades, en el nuevo Gobierno formado por el entonces Taoiseach, Leo Varadkar, a raíz de la ajustada victoria del Fine Gael, su partido, en las elecciones legislativas de 2020.

Mas Harris, a diferencia de cualquier político al uso que hubiera dedicado su tiempo a rumiar su venganza, usó el suyo para potenciar su popularidad. Como subraya la web www.político.eu , entendió que su nueva ocupación, pese a su menor rango, «ofrecía una base ideal para que Harris viajara semanalmente de campus en campus, publicando en microblogs y haciéndose selfies por todo el país, construyendo una imagen de legislador más conectado con las preocupaciones de los adolescentes y veinteañeros que luchan por formar una familia y garantizarse un hogar».

La apuesta resultó políticamente muy rentable. Poco importaba que Harris apenas hubiera sacado adelante siquiera alguna reforma de enjundia. Lo que contaba era su oratoria -admirablemente eficaz- y su intensa actividad en redes sociales. Porque su universo es Tiktok, donde le siguen 100.000 personas, diez veces más que en la cuenta oficial del Fine Gael.

Unas marcas arrolladoras que le permiten conectar con una mayoría de jóvenes irlandeses más preocupada en vivir bien que en permanecer fiel a sus raíces y tradiciones cristianas, pese al resultado del reciente referéndum. De hecho, Harris, en su etapa al frente de Sanidad, fue criticado de impulsar la Trigésima Sexta Enmienda de la Constitución, aprobada en referéndum, que eliminaba la prohibición constitucional del aborto, y la Ley de Salud de 2018, que permitía el aborto en determinadas circunstancias.

Atrás quedaron los tiempos–eran los años 70– en que Liam Cosgrave, un Taoiseach del Fine Gael, amenazó con dimitir si el Parlamento irlandés legalizaba los anticonceptivos. Harris ha acompañado con mucha armonía las evoluciones sociales de Irlanda. Lo mismo cabe decir, por ejemplo, en relación con el «matrimonio» homosexual, cuya aprobación apoyó con fervor.

Aunque a partir del 9 de abril, su prioridad deberá ser reflotar a su partido, tercero en las encuestas de cara a las europeas del 9 de junio, por detrás del Fianna Fail y, sobre todo, del Sinn Fein. Se avecina un terremoto en la apacible política irlandesa.