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07 de julio de 2024

Tropas del Ejército de Israel

Tropas del Ejército de IsraelAFP

La decisión de Biden de frenar el envío de armas a Israel obliga a Netanyahu a repensar su estrategia en Rafah

El primer ministro israelí reunió ayer de urgencia al gabinete de guerra para abordar las últimas declaraciones de Joe Biden

La ofensiva militar de Israel sobre Rafah llevaba planeando desde el mes de enero. El Gobierno de Benjamin Netanyahu ha anunciado la invasión de la sureña ciudad de la Franja de Gaza en reiteradas ocasiones durante los últimos meses. Una amenaza que se puede interpretar como una manera de presionar a Hamás para que acepte las condiciones israelíes para un alto el fuego y la liberación de los 133 rehenes, que la milicia islamista palestina aún mantiene retenidos en el enclave.

El fantasma de la ofensiva israelí se materializó, este lunes, cuando los gazatíes recibieron la orden de evacuación, precedida por una ronda de bombardeos. En Rafah se refugian alrededor de 1,5 millones de palestinos, que han ido llegando hasta esta urbe, fronteriza con Egipto, desde distintas ciudades del enclave atacadas por el Ejército hebreo. Diferentes organizaciones humanitarias han advertido de que la situación en el enclave es «catastrófica». Rafah se ha convertido en el último gran escollo entre dos históricos aliados.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha marcado una gran distancia con el que, en su momento, llegó a llamar «amigo», Benjamin Netanyahu, tras unas declaraciones, durante una entrevista en la CNN, donde adelantó que, si las tropas israelíes invaden Rafah, su país dejará de enviar armamento ofensivo como artillería y bombas para cazas. «Los civiles han muerto en Gaza como consecuencia de esas bombas y otras formas en que atacan los núcleos de población», aseveró el mandatario estadounidense. Por ahora, las tropas israelíes se han hecho con el control del lado palestino del cruce de Rafah, principal vía para la entrada de ayuda humanitaria.

Las reacciones por parte de Israel, no se han hecho esperar. Netanyahu, en vez de replicar de manera directa como en anteriores ocasiones, ha optado por publicar en su cuenta de X, antes Twitter, un mensaje velado a Biden. «Estamos decididos y unidos para derrotar a nuestro enemigo y a quienes buscan nuestras almas. Si tenemos que estar solos, estaremos solos», aseveró el primer ministro israelí, en vísperas del Día de la Independencia, que el Estado judío celebrará el próximo 14 de mayo. En el vídeo, Netanyahu recuerda el embargo de armas impuesto por Estados Unidos en 1947, durante la guerra árabe-israelí.

Menos sutil ha sido el ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultranacionalista Itamar Ben-Gvir, quien compartió una publicación en X, donde afirmaba que Hamás «ama» al presidente estadounidense y ha llamado a «conquistar» Rafah inmediata y completamente. A pesar de que la mayor parte del Ejecutivo de Netanyahu insiste en seguir adelante con la ofensiva terrestre en el sur de Gaza, el anuncio de Biden ha provocado que Israel tenga que replantearse su estrategia. El gabinete de guerra se reunió de urgencia este jueves por la tarde, seguido de otro encuentro con el gabinete de seguridad nacional.

De estas reuniones se espera que el Ejecutivo de Netanyahu acuerde una postura común ante las declaraciones de Biden, que ponen en duda los envíos de armas a Israel. Según publican varios medios israelíes, el primer ministro de Israel ya habría empezado a desplegar toda su maquinaria diplomática para forzar un cambio de postura en el mandatario estadounidense. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, matizó las palabras del presidente, asegurando que Estados Unidos «seguirá proporcionado a Israel material defensivo». Las últimas declaraciones de Biden contrastan, sin embargo, con las últimas acciones de su Administración.

El pasado mes de abril, Washington aprobó un paquete de ayuda al Estado judío por valor de 26.000 millones de dólares. Por lo que muchos analistas, ven en estas declaraciones un movimiento electoral de Biden. La posición de su Administración con respecto a la guerra en Gaza le está pasando factura entre el electorado más joven y la población árabe. La situación en las universidades de Estados Unidos también afecta a la imagen del candidato demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre. Una oleada de protestas propalestinas ha incendiado los campus de todo el país. Unas manifestaciones que ya han empezado a llegar a Europa.

En paralelo, transcurren las conversaciones indirectas entre Hamás e Israel para un alto el fuego. Este lunes, la milicia fundamentalista palestina anunció que aceptaba la propuesta de los mediadores egipcios y qataríes. Sin embargo, ayer, la delegación israelí abandonaba El Cairo sin acuerdo. Una fuente estadounidense citada por Al Jazeera confirmó la suspensión de las conversaciones «debido a la situación actual en Rafah». Las posiciones entre ambas partes son irreconciliables, Netanyahu se niega a poner fin a la presencia militar en Gaza y sin ese requisito, Hamás no permitirá la liberación de los rehenes.

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