Boric y el estilo Yolanda Díaz
El Gobierno chileno ha reducido la jornada laboral en momentos en que el país crece muy poco y las estimaciones de aumento de PIB no superan el 2 %
Dar el ancho, se refiere a la persona que no cumple con las expectativas de lo que se esperaba de él. Es el caso del actual presidente chileno. El joven Gabriel Boric, se transformó en presidente de Chile, tras ganar en segunda vuelta al representante de la derecha chilena José Antonio Kast. Boric obtuvo aproximadamente un 56 % de los votos frente a un 44 % de los votos de su contrincante.
Las últimas encuestas, tras cumplirse la mitad de su mandato, dan a Boric un 24 % de apoyo. La delincuencia, el narcotráfico, la inmigración ilegal, la crisis de la salud y la ineficacia de los funcionarios nominados por Boric, explican esta estrepitosa caída en el apoyo al joven presidente. A lo anterior debemos agregar su inexperiencia y su incapacidad para gobernar, expresada en sus permanentes cambios de opinión respecto de materias importantes.
Boric está secuestrado por el Partido Comunista, cuyos principales dirigentes han viajado recientemente a Cuba, a suscribir y renovar acuerdos de cooperación con la dictadura cubana.
Boric también se ha encargado de enfrentar en distintos eventos y de manera muy torpe a los empresarios chilenos. Boric olvida que los empresarios son los que tiran el carro de la economía y que generan los impuestos que permiten financiar el aparato público, que incluye a más de 100 mil nuevos funcionarios ingresados bajo su gobierno sin procesos de reclutamiento objetivos.
Recientemente se dio a conocer información pública de que los funcionarios del Estado se ausentan en promedio más de 1 mes al año por «licencias médicas». Bajo el gobierno de Boric y al «estilo Yolanda Díaz» se ha reducido la jornada laboral, en momentos en que Chile crece muy poco y las estimaciones de aumento de PIB no superan el 2 %.
Lo que viene para Chile son dos años planos, con mucha influencia de la ONU - a quien Boric le tiene respeto reverencial - en un contexto en que no se descarta que la marxista chilena Michelle Bachelet podría ser carta competitiva para Secretaria General de la ONU.
Boric intenta desmarcarse de la izquierda dura y transitar hacia una social democracia - como lo insinuó Felipe González en su última visita a Chile- pero a Boric le sigue aflorando su pasado rebelde, cuando fue capaz de saltarse el torniquete para no pagar el boleto del Metro, insultar a la policía y a los militares y apoyar causas mapuche-terroristas en la Araucanía chilena.
Intentando ser un presidente «cercano» se fue a vivir al barrio Yungay, en el antiguo centro de Santiago y lo increíble es que en ese barrio es donde se cometen asesinatos brutales, casi todos con gatillo venezolano. Su pareja, Irina Karamanos, con la que inició el gobierno y quien eliminó la institución de «primera dama», ya no está con él. Otros de sus cercanos tampoco están, como el ex ministro Giorgio Jackson, que cuando era ministro de desarrollo social, su despacho fue asaltado de noche y se robaron los computadores y la caja de seguridad, cuyos documentos que guardaba, no se sabe qué eran y aún no hay resultados de la investigación. Lo más insólito es que ahora Jackson es profesor en la Barcelona School of Managemet de la Universidad Pompeu Fabra, en donde dicta la cátedra: «Políticas para la Infancia y la Juventud».
En los últimos días, el Ejército de Chile es atacado duramente por un indeseable e inesperado evento en que falleció un conscripto que realizaba el servicio militar. Este evento tiene en revisión al alto mando del Ejército y el gobierno tratará de sacar réditos de esta situación. Lo que viene para Chile es más de lo mismo, al menos por dos años.