Rusia juega al gato y al ratón con la OTAN al ampliar sus fronteras marítimas en el Báltico y luego negarlo
El Kremlin anunció la ampliación de la frontera marítima rusa en aguas de Lituania y Finlandia
Con la excusa de adaptar las fronteras marítimas «a la situación geográfica moderna», sin explicar qué quería decir con esa frase, el ministerio de Defensa ruso amagó el 21 de mayo con ampliar sus fronteras marítimas en el Báltico a costa de las aguas de Finlandia y Lituania.
La ampliación, anunciada como un hecho en la web del ministerio de Defensa, afectaba a las aguas alrededor de San Petersburgo y del enclave de Kaliningrado.
La zona afectada sería el área marítima alrededor de las islas usas de Sommers, Gogland, Rodsher, Malyy Tyuters y Vigrund y la isla de soberanía compartida ruso finesa de Jähi.
El documento publicado también incluía una revisión de las fronteras marítimas de Kalinigrado alrededor de los puertos de Baltisk y Zelenogradsk en perjuicio de Lituania.
Las reacciones al plan, difundido por las agencias de noticias rusas, no se hicieron esperar.
El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, afirmó en Twitter que sigue de cerca la situación, y denunció que «Rusia no se ha puesto en contacto con Finlandia sobre este asunto. Finlandia está actuando como siempre: con calma y basándose en los hechos».
Finlandia forma parte de la OTAN desde el 4 de abril de 2023, por lo que una ampliación unilateral por parte de Rusia de su frontera marítima a costa de las aguas finlandesas podría suscitar un conflicto que derivara en la activación del artículo 5 del Tratado de Washington.
El ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, fue más allá y afirmó que el plan ruso era «una escalada evidente contra la OTAN y la Unión Eropea, y debe recibir una respuesta adecuadamente firme».
«Es una prueba más de que la política agresiva y revisionista de Rusia es una amenaza para la seguridad de los países vecinos y de Europa en su conjunto», afirmó por medio de una nota del ministerio.
Andris Spruds, su homólogo de Letonia, afirmó que el documento constituía «un desafío a toda la OTAN».
La titular de Defensa de Lituania, Laurynas Kasciunas, apuntó a que se trataba de una maniobra rusa para testar la capacidad de reacción de la OTAN ante un desafío de esta naturaleza.
Horas después de su publicación, y cuando la tormenta de críticas arreciaba, el Kremlin realizó una nueva maniobra de distracción al retirar el documento y afirmar que nunca existió ningún plan de ampliación de la frontera marítima.