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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto al canciller alemán, Olaf Scholz

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto al canciller alemán, Olaf ScholzAFP

Macron busca relanzar el eje francoalemán en plena campaña para las elecciones europeas

Las perspectivas electorales para los comicios del próximo 9 de junio son muy negativas tanto para el partido del presidente francés como para la formación del canciller alemán, Olaf Scholz

Entre los días 26 y 28 de mayo, el presidente francés, El presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto al canciller alemán, Olaf Scholz, realizó una visita de Estado a Alemania con el propósito de reforzar el eje francoalemán tras los múltiples desacuerdos que se han producido entre ambos países.

A pesar de la importancia que ambos ejecutivos han dado siempre a las relaciones bilaterales, esta ha sido la primera visita de un presidente francés desde la de Jacques Chirac, en el año 2000. Sin embargo, ha sido oportuna, pues se ha producido en un momento clave a apenas dos semanas de las elecciones europeas y en un contexto de creciente tensión con Rusia.

En este sentido, la visita pareció cumplir su objetivo principal y devolvió algo de impulso a una relación que no atravesaba su mejor momento. Esto es algo que también esperan la mayoría de socios europeos, sabedores de que el motor francoalemán sigue siendo clave para cualquier avance en Europa.

Las diferencias entre ambos países con respecto a la asistencia europea a Ucrania para combatir la invasión rusa han sido manifiestas. Mientras que Macron contempla el posible envío de tropas y la necesidad de una mayor autonomía europea en materia de defensa, el Gobierno de Olaf Scholz sigue descartando por completo lo primero, y aún mira con reticencia lo segundo, receloso de abandonar el paraguas de seguridad estadounidense.

Durante el encuentro que tuvo lugar en Dresde, el presidente alemán y exministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, reparó en estas diferencias con Macron y hábilmente concluyó que: «Donde nosotros vemos dificultades, él ve horizontes». Por su parte, el presidente francés pronunció un discurso decididamente proeuropeo en esta misma ciudad, en cuya región el partido Alternativa para Alemania (AfD) está logrando su avance más notable.

De hecho, las perspectivas electorales para las próximas elecciones europeas son muy negativas tanto para Macron como para Scholz. En el caso francés, todo apunta a que el partido Agrupación Nacional, de Marine LePen, se alzará con la victoria con más del 30 % de los votos, seguida de lejos por la coalición oficialista liderada por Reinassance, con apenas el 17 %. En Alemania, los sondeos apuntan a un escenario aún más aciago para el partido Socialdemócrata del canciller Scholz, que quedaría relegado a la tercera posición con el 15 % de los votos, por detrás de Alternativa para Alemania (17 %) y la conservadora CDU (30 %), que resultaría vencedora.

La visita oficial concluyó el pasado martes con un consejo de ministros franco-alemán y uno exclusivamente de defensa presididos por Macron y Scholz en el castillo de Meserberg. En la rueda de prensa posterior, ambos líderes dejaron de lado sus desacuerdos y se centraron en la necesidad de seguir trabajando de manera conjunta para afrontar los retos que afectan a todo el continente. En referencia al principal asunto que provocó las conocidas desavenencias, el canciller alemán aseguró, aunque de manera vaga, estar de acuerdo con «reforzar la seguridad y la defensa europea».

Sin embargo, quedaron patentes las limitaciones de esta ceremonia y de los discursos de ambos líderes, pues no se registró ningún avance en la agenda común de ambos países, más allá de repetir la voluntad de ambas partes de «avanzar en temas difíciles». Veremos si esta voluntad se mantiene tras las elecciones del 9 de junio.

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