Reaparece el primer ministro eslovaco Robert Fico tras su intento de asesinato: «No fue un loco»
Fico responsabilizó a la oposición del clima de odio en el país que ha eclosionado en su intento de asesinato
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, reapareció tras el intento de asesino del que fue víctima el pasado 15 de mayo en la localidad de Handlova, cuando un individuo le disparó cuatro tiros tras participar en una reunión del gobierno.
Fico resultó gravemente herido y debió ser sometido a una larga y compleja intervención quirúrgica para salvar su vida.
Finalmente, el primer ministro logró superar los días más críticos y abandonó el hospital el 31 de mayo.
En su primer mensaje público, difundido este miércoles en un vídeo publicado en Facebook, Fico aseguró que la agresión «no fue un atentado cometido por un loco» y responsabilizó a una «oposición frustrada».
El atacante «era solo el mensajero del mal y del odio político que la oposición frustrada y sin éxito en política impulsó en Eslovaquia», afirmó Fico.
El agresor, que fue detenido inmediatamente después de ejecutar el atentado, fue identificado como Juraj Cintula, de 71 años, un activista nacionalista polaco y poeta acusado de cercanía a grupos paramilitares.
Fico afirmó que no siente odio «hacia el desconocido que me disparó». «Lo perdono y espero que resuelva en su propia cabeza lo que hizo y por qué lo hizo».
Asimismo, anunció una rápida reincorporación a sus obligaciones de gobierno: «Si todo va según lo previsto, podré reincorporarme gradualmente al trabajo entre junio y julio».
Hasta entonces, continúa su recuperación en su residencia de Bratislava, donde se encuentra desde que fue dado de alta en el hospital.
Él, sin embargo, ha rechazado esas críticas y ha argumentado que él es partidario de la paz entre Rusia y Ucrania, y que la ayuda a Kiev lo único que hace es alargar una sangrienta guerra.
En su vídeo, Fico especuló con la posibilidad de que el atentado estuviera relacionado con su postura respecto al conflicto.
En ese sentido, insistió en que «rechazo la injerencia en los asuntos internos de terceros países, o la exportación forzada de la democracia a países que han decidido seguir su camino».