Estados Unidos
La condena contra Hunter amenaza la campaña electoral de Biden y su camino a la reelección
El calvario para los asesores de la campaña de Biden apenas ha comenzado. El hijo del presidente de EE.UU. aún debe someterse a otro juicio por evasión fiscal
Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, fue declarado culpable de tres delitos graves relacionados con la compra de un arma en 2018 tras ser acusado de haber mentido en el formulario para acceder a esa arma.
Hunter afirmó durante la compra no ser adicto ni consumir drogas ilegales «cuando en realidad esa declaración era falsa y ficticia», sostuvieron los fiscales y así lo consideraron probado los miembros del jurado.
Ahora Hunter Biden está a la espera de la lectura de sentencia que se estima será en los próximos días. La pena máxima por el delito más grave de la acusación es de 10 años de prisión. Sin embargo, según las pautas federales de imposición de sentencias, Biden, que no tiene delitos graves previos, probablemente enfrentaría una condena menor.
Ya el presidente Biden dijo que no indultaría a su hijo si era declarado culpable. Sin embargo, Hunter sí puede apelar el veredicto. De acuerdo con The Washington Post, el mandatario demócrata dijo que «aceptará el resultado de este caso y continuará respetando el proceso judicial mientras Hunter considera una apelación».
El otro juicio contra Hunter
El calvario para los asesores de campaña de la reelección de Biden apenas comienza. En pocos días conoceremos la sentencia de este primer juicio, pero no es el último caso judicial del que tendremos noticias.
Hunter fue acusado el año pasado en Los Ángeles de evasión fiscal, presentación de declaraciones de impuestos falsas y dejar de pagar al menos 1,4 millones de dólares en impuestos federales entre 2016 y 2019. Tres de los nueve cargos presentados en su contra son delitos graves y el juicio de ese caso está previsto para septiembre por lo que será un foco de atención en la recta final de la campaña para la reelección de su padre.
Si bien el caso de las armas y el de evasión de impuestos son separados, surgen del mismo período problemático en la vida del hijo del presidente Biden y comparten algunas de las mismas pruebas.
Lo cierto es que estos casos provocan un impacto directo en la campaña. Por un lado, afecta personalmente al presidente Biden, que debería concentrar sus pensamientos y energías en una campaña agotadora mientras emocionalmente se ve agobiado por el hecho de que su hijo esté en prisión y el riesgo de que recaiga en el consumo de drogas.
Por otro lado, paradójicamente aporta un elemento positivo a su campaña. Los demócratas podrán argumentar ante las acusaciones republicanas de instrumentalización de la justicia para perseguir a Trump que el Departamento de Justicia actúa independientemente de la política, hasta el punto de que acusaron al hijo del presidente de un delito grave.
La diferencia sustancial en los casos judiciales que acechan a Trump y Biden es que en el primer caso, el candidato republicano a presidente es el propio acusado, mientras en el segundo se trata del hijo del candidato.
Hasta ahora está claro que Trump ha sabido aprovechar el proceso judicial en su contra para hacer campaña e incluso para recaudar millones en aportaciones de campaña, mientras está a la espera de la sentencia que probablemente no lo llevará a la cárcel. Por el lado demócrata, todavía es prematuro conocer el impacto en la intención de votos para garantizar o frustrar la reelección de Biden el 5 de noviembre.