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Presentación del dron de superficie Stalker 5.0 durante el Foro de Seguridad del mar Negro de OdesaEFE

Ucrania presenta un nuevo dron de superficie con vocación de ser la mayor pesadilla de Rusia en el mar Negro

Las fuerzas ucranianas presentan el dron de superficie Stalker 5.0 USV que podría entrar en servicio próximamente en el mar Negro

El Foro de Seguridad del mar Negro, celebrado hace unos días en Odesa, acogió la presentación de una nueva arma para Ucrania: su dron de superficie Stalker 5.0.

Los drones de superficie han sido un arma esencial para disputar a Rusia el control del mar Negro y forzar a los barcos de la Flota Rusa a retirarse aguas a dentro o a permanecer atracados en puerto.

Incluso en la seguridad de los puertos rusos en la Crimea ocupada, los barcos de la potencia ocupante se han mostrado vulnerables a drones como el temible Magura V5, que ha desatado el caos entre los buques de guerra rusos en el mar Negro y en el mar de Azov.

El Stalker 5.0 USV es una evolución del Magura V5. Se trata de una embarcación no tripulada de 5 metros de eslora y 1,2 metros de manga. Más pequeño, ligero y veloz que su predecesor con capacidad para transportar armas, equipos y provisiones para las tropas ucranianas…, o bombas para destruir las tropas rusas.

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Su sistema de guiado se basa en las transmisiones de la red de satélites de Starlink, propiedad de Elon Musk, debido a la seguridad que proporciona el sistema para seguir funcionando incluso cuando la conexión es precaria.

Por lo tanto, Stalker está diseñado para esa doble fusión: vehículo de transporte logístico, y dron de superficie kamikaze para golpear buques enemigos, gracias a su capacidad para portar 150 kilos de explosivos.

Puede realizar, al igual que su predecesor Magura V5, funciones de reconocimiento en áreas costeras y fluviales.

El aparato puede alcanzar una velocidad máxima de 40 nudos gracias a su motor de gasolina de 60 caballos, y cuenta con una autonomía de 600 kilómetros.

Su precio, además, es cinco veces menor que el del Magura al costar 60.000 euros la unidad.

El desarrollo de nuevos drones de superficie para el mar Negro, en paralelo con el desarrollo de nuevos drones aéreos y, en menor medida, drones terrestres, muestra hasta qué punto la guerra en Ucrania ha inaugurado un nuevo modo de hacer la guerra.

En ese sentido, la irrupción de los drones de forma masiva –en realidad los drones ya se emplearon en las guerras de Irak y Afganistán, pero es en Ucrania donde se han mostrado como un arma decisiva– en el campo de batalla ha convertido la guerra de Ucrania en la primera guerra robotizada.