Orbán no pondrá fácil el acuerdo de los altos cargos de la UE: «Fue descarado»
El primer ministro húngaro asegura que tiene una lista alternativa de nombres y que, en ningún caso, Von der Leyen puede continuar en la Comisión
El equipo de negociadores de los populares, socialistas y liberales se encontrará de frente con la oposición de Hungría en la votación sobre los altos cargos de la Unión. El primer ministro Viktor Orbán dejó muy claro a su llegada a la sede del Consejo Europeo en Bruselas que rechazaba de pleno el acuerdo al que habían llegado los partidos de la gran coalición porque el entendimiento había sido «descarado».
Orbán cree que el pacto y los nombres que hay sobre la mesa no representan lo que votaron los ciudadanos el pasado 9 de junio. Por eso se opondrá a la hora de debatir el tema durante la cumbre europea, por mucho que se pueda aprobar sin su apoyo. De hecho, los negociadores dan por hecho la oposición húngara, como viene siendo habitual en las últimas votaciones del Consejo.
Los candidatos propuestos son el portugués António Costa para presidir el Consejo Europeo y la primera ministra estonia Kaja Kallas para ser la responsable de la diplomacia europea. Según lo acordado, Ursula von der Leyen revalidaría su mandato al frente de la Comisión Europea, algo que todavía ve peor el mandatario húngaro.
«Una presidenta de la Comisión como ella no puede permanecer (en el cargo) a nuestro entender», señaló al tiempo que criticó al Partido Popular Europeo por «haber engañado» a los votantes. La mayoría, según él, les votó porque querían un liderazgo europeo de derechas, pero el partido ha protagonizado un «giro hacia la izquierda».
Orbán aseguró que llegaba a Bruselas con una lista alternativa de candidatos, aunque no dio más detalles al respecto. La podría desvelar una vez comience el debate o guardársela para él, ya que no contará con el apoyo del resto de líderes.
Ellos no necesitan a Hungría para sacar adelante los nombramientos. El Consejo necesita lo que se denomina una mayoría cualificada reforzada para aprobar los altos cargos, lo que supone el sí de 20 Estados miembros que engloben entre ellos al 65 % de la población europea.